Que puto asco es este inmsomio que padezco está noche,
Maldito repudio me doy al mirarme frente el espejo,
Blasfemias digo por cada paso que doy,
Los esclavos son más libres que yo cuando hablo de usted, amor,
Oh musa querida vuestro altar os llama,
Para que calenteis el trono con tan magníficas nalgas,
Marchaste mujer,
sin ser desterrada,
Con paso firme y las manos arraigadas.
Surcando en el cielo intenté cosechar mis recuerdos,
Para que haci tu fantasma me acoja en su lamento.
Estoy ciego,
Solo veo las hojas de este libró,
Cuan lejos quiera o lo que desee,
Pero más allá que ficción no es,
Mi lírica me hace ser dios,
Siendo que prefiero el puesto de un guerrero,
para pugnar entre tus piernas con mi oscura expresión.