Capitulo 2 El vidrio que se desvaneció

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-¡Arriba! ¡A levantarse! ¡Ahora!

Escuché una chillona y horrenda voz por lo que sabía lo que era: tía Petunia quería que hiciéramos el desayuno, de nuevo.

-¡Ya vamos!- respondió Harry

-¡Ahora!- dijo tía Petunia después de dar un golpe sonoro provocando que me levantara de un salto golpeándome en la cabeza y tirando a Harry al piso.

-¡Lily!

-¡Lo siento!- dije sin parar de reír por la expresión de su rostro

-Vamos, que hoy es el cumpleaños de la pelota, digo Dudley.

Reí sin poder evitarlo, ya que Dudley realmente tenía esa forma. Sin más que decir salimos de nuestro "cuarto" que sería exagerar demasiado ya que dormimos en una alacena debajo de las escalera. Espeluznante, sí, pero aveces era divertido, cuando no estaba huyendo de los bravucones mi hermano y yo nos poníamos a competir sobre quien mataba más arañas e insectos en un minuto.

Cuando entramos en la cocina fui directamente a la estufa pasando de largo a tío Vernon que como de costumbre, estaba engullendo sus huevos con tocino en su "Plato especial" que era más grande que mi rostro . Solo paró un momento para ver a Harry y decirle su habitual "Péinate" de cada semana. Yep, que acogedora era mi casa.

Como animal, mi primo pelota entró a la habitación corriendo con su madre detrás. Dudley se parecía mucho a tío Vernon. Tenía cara grande y rosada, poco cuello, ojos pequeños de un tono azul oscuro, y abundante cabello rubio que cubría su cabeza gorda. Harry decía que se parecía a un cerdo con peluca pero yo decía que parecía más una pelota como la que habituaban los niños pequeños.

Puse los platos en la mesa con ayuda de Harry. Entre tanto, Dudley contaba sus regalo. Su cara se ensombreció.

-Treinta y seis. -dijo a su madre y padre -Dos menos que el año pasado

-Cariño, no has contado el regalo de tía Marge.

-Muy bien treinta y siete entonces.- Dijo poniéndose rojo

Harry como anticipando su berrinche al igual que todos, se comió su tocino como si no hubiera un mañana, por otro lado yo tomé mi desayuno a medio terminar y lo lleve a la cocina, no sin antes tomar a mi hermano de la mano.

-Dulzura-Tía Petunia habló en un tono nervioso sabiendo que se avecinaba -, cuando salgamos te compraremos dos regalos más, ¿qué te parece?

-Que pelota tan más malcriada.- murmuré haciendo que Harry se ahogara con su tocino por reír

El teléfono y tía Petunia salió corriendo. Cuando regresó tenía una enfurecida expresión y a la vez asustada.

-Vernon, la señora Bennet no puede cuidar a los niños.

Mientras Harry no podía ocultar su alegría, yo no lo podía hacer con mi decepción. La señora Bennet, una mujer anciana muy muy amable, siempre me daba galletas, pero al pobre de mi hermano apenas y le daba un dulce rancio de limón, solo que el tenía que hacer cosas, se podría decir era su favorita, decía que le recordaba a mi madre pero cuando le preguntaba cosas sobre ella y mi padre, cambiaba el tema. Era extraño, cuando estaba cerca de ella mi cabello se tornaba con destellos pelirrojos en mi azabache usual.

-¿Qué hacemos, Petunia?- tío Vernon parecía de verdad mortificado

-Tendremos que llevarlos con nosotros...

-¡No!-gritó Dudley sobresaltando a todos- No quiero que ellos vengan, ¡lo arruinarán todo!

-Tranquilo, terroncito, encontraremos un solución.

Los Mellizos Potter: El Comienzo. (Primera Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora