Los Dursley son una familia orgullosa de ser normales, era las últimas personas que se esperarían encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso. No estaban para esas tonterías.
El señor Dursley era el director de una empresa llamada Grunnings, que fabrica taladros. Era un hombre corpulento, rojizo, casi sin cuello y con un bigote inmenso. La señora Dursley una mujer delgada, con un cuello casi el doble del largo de lo normal y le servía para ver la vida de sus vecinos. Los Dursley tenían un hijo llamado Dudley y según ellos no había niño mejor que él.
Tenían todo lo que querían, pero también tenían un secreto, y su mayor temor era que fuera descubierto: los Potter.
La señora Potter hermana de la señora Dursley. La señora Dursley la odiaba, se negaba a verla. Sabían que los Potter también tenían unos mellizos pequeños, pero al igual que a su hermana se negaban a verlo, decían que los pequeños Potter eran mala influencia, no querían que Dudley se juntara con alguien como ellos.
El señor y la señora Dursley estaban alegremente ignorando las nubes amenazando con una tormenta. La señora Dursley canturreaba haciendo el desayuno junto a Dudley.
El señor Dursley salió camino a trabajo. Al llegar a la esquina percibió una sensación extraña sin hacerle mucho caso siguió su camino a través del trafico matutino hacía su trabajo.
A mitad de la mañana el señor Dursley salió de su oficina a tomar el almuerzo y, ¡Vaya sorpresa que se encontró! Grupos de personas vestidos con túnicas y capas murmurando cosas como : «Si ¡Por fin se ha ido! ¡Quien-tu-sabes se ha ido!» ,«Si, los Potter, eso es lo que eh oído» o «El pobre Harry... La pequeña Lilian...» Pensando inmediatamente en la familia de su esposa. Regreso a su oficina aun pensando en eso hasta que salió del trabajo.
-Petunia, cariño, ¿has tenido contacto con ellos?
-No.-respondió con frialdad
-Ellos tienen dos hijos ¿No? Mellizos, de la edad de Dudley, Howard y Lana
-Harry y Lilian. Nombres horribles en mi opinión. Vulgares. ¡Ja! Como ellos.
Sin decir más, ambos se fueron a la cama en un tranquilo y a la vez
Era una noche tranquila, un gato que llevaba todo el día haciendo guardia no mostraba señales de adormecerse. Un hombre apareció en la esquina que el gato había estado observando.
En Privet Drive nunca se había visto hombre así, alto, delgado y muy anciano, a juzgar por su barba y cabello plateados, tan largos que podría sujetarlos con un cinto. Llevaba un atuendo muy peculiar y nada común se podría decir, una túnica larga, y una capa color purpura con unos anteojos de media luna. El nombre de aquel hombre era Albus Dumbledore.
-Debería haberlo sabido.
Rió entre dientes y murmuró cuando se puso la vista en el gato que parecía verlo como si lo que estuviera haciendo fuera algo normal y cotidiano que se hiciera todos los días.
Como si el gato le leyera la mente al anciano, de una forma increíble se convirtió en una mujer de aspecto cansado aunque con una sonrisa en la cara que llevaba unas gafas de montura cuadrada, una túnica negra, y una capa color esmeralda con su cabello recogido en un moño con un claro disgusto.
-Me alegra de verla aquí, profesora McGonagall.
-¿Cómo ha sabido que era yo?-preguntó con los labios fruncidos
-Mi querida profesora, era evidente que usted estaría aquí.
-¿Porqué no esta de fiesta? Debí haber pasado por una 12 fiestas de camino hasta aquí, ¿le gustaría un caramelo de limón?
-¿Un qué?
-Un caramelo de limón.Una clase de dulce que al parecer a los muggles les gusta mucho.
-No, muchas gracias.-suspiró, era hora de hacer las preguntas de las que tanto ha temido respuesta- ¿Son ciertos los rumores?
Albus Dumbledore pensó un momento antes de responder.
-Me temo que si profesora, los buenos... Y los malos.
La profesora no lo podía creer esas personas tan buenas, ¿Cómo la vida puede ser tan injusta?
-Lily... James ¿Están muertos?-No pudo evitar que sus ojos se llenaran de lagrimas.
-Por desgracia sí, lo están.
-¿Quien-usted-sabe está muerto?
-Creo es momento de que lo llamemos por su nombre. Voldemort
McGonagall asintió nerviosa, una vez mas suspiro al razonar los hechos de todo lo que pasaba.
-Un momento... Lily y Harry, ¿Dónde están?
-La pequeña Lilian y el bebé Harry están en camino. Hagrid está en camino con ellos.
-¿Hagrid? ¿Fue buena idea confiarle los niños a Hagrid?
-A Hagrid le confiaría mi vida-respondió Albus con una voz tan firme que a la profesora no le dio duda alguna de que decía la verdad.
-Apropósito profesor, o creo que sea buena idea dejarlos aquí con esta...familia de muggles los eh observado todo el día y son la peor familia que he visto.-Menciono McGonagall con una nota de preocupación en su voz.
-Es el mejor lugar para ellos, sus tíos podrán explicárselos cuando sean mayores...
Un sordo ruido interrumpió la conversación, al dar vuelta para ver el origen, las dos personas quedaron cegadas por una luz a lo lejos, aunque entre mas se acercaba mas se distinguía la figura enorme. La persona aterrizo con cuidado de no dañar a los pequeños.
-Profesor Dumbledore, Profesora McGonagall.
Saludó con un asentimiento la gigante persona.
-Hagrid.-Le sonrió Dumbledore- ¿Qué tal el viaje? ¿Hubo problemas? ¿Acaso es la motocicleta de Sirius Black?
-El viaje estubo bien, señor, no hubo ningun problema los pequeños se durmieron a la mitad del viaje y sí, la motocicleta es de Sirius, él y Remus estaban en la casa. Debastados.
El profesor con mucho cuidado le quito al pequeño Harry de los brazos de Hagrid y la profesora a la dulce Lilian, ambos con una cicatriz, Harry en la frente y Lilian en la sien izquierda.
-¿Puedo despedirme?-Pregunto Hagrid con lágrimas enormes en los ojos
-Vamos, Hagrid, esto es temporal-respondió Albus con una sonrisa tranquilizadora.-Los volverás a ver cuando sea debido.
-¿Porqué se tiene que quedar aquí?
-Es demasiado peligroso Hagrid, el ministerio no lo permitiría.
Hagrid más decepcionado que nunca asintió.
Con mucho cuidado colocaron a los pequeños enfrente de la casa número 4 de Privet Drive. Donde sería su nuevo hogar.... Temporalmente
-Suerte,Potters.
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Los Mellizos Potter: El Comienzo. (Primera Temporada)
Hayran KurguSinopsis Los mellizos Potter, famosos por algo que ni siquiera recuerdan. A los once años, ambos hermanos recibirán una carta que cambiará su vida por completo, los introducirá al mundo de la magia y tendrán aventuras que nunca creyeron posibles. C...