Introducción

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El cielo, ese lugar al que las personas que han sido buenas, van cuando mueren, contrario a lo que todos pensamos, el trono de Dios cambia constantemente de dueño, después de 5 milenios, ahora es Toshinori Yagi quien lleva el título de Dios, el Todopoderoso, el omnipotente, el buena onda, el chévere.

De vez en cuando Dios se cansa de ser Dios, así que toma vacaciones algunas veces por milenio, como es un hombre responsable, siempre deja a cargo a su fiel compañero, un Arcángel de alto rango y "algo más" según las malas lenguas, su nombre era Aizawa.

La tierra nunca se daba cuenta de la ausencia de su deidad, al fin y al cabo esta había dejado de intervenir en sus asuntos, después de todo, el primer Dios había dotado de libre albedrío a los humanos, el sitio al que fueran a parar después de morir era enteramente su elección.

Ahora el cielo se encargaba únicamente de regular el flujo de almas para evitar sobrepoblación, asignando un cuerpo a las almas humanas y enviandolas a la tierra, había ocasiones en las que alguien acumulaba muchas buenas acciones, a esos excepcionales seres humanos se les daba el privilegio de ser ángeles así estos comenzaban su viaje como algo pequeño, podian ser querubines, serafines o incluso  cupidos, aunque pequeños, estos últimos eran bastante respetados, ya que no eran precisamente ángeles y sus  poderes  afectaban a todo aquello que tocaran sin importar que o quien fuera, hacerlos  enojar no era buena idea.

Cuando un ángel se esforzaba lo suficiente podía ascender a un rango mucho mayor o incluso podía competir por el trono de Dios.

En contraparte tenemos el infierno, un sitio de tormento eterno, reservado para humanos de mal corazón, igual que el cielo, este cambia de gobernante constantemente, ahora es Enji Todoroki el hombre que lleva sobre sus hombros la carga de ser conocido como Satanás, la serpiente, el maligno, el bastardo que chupa tus cosas cuando se caen al suelo

A diferencia del cielo en el infierno no tenían problemas de sobrepoblacion, sólo los demonios vivían allí, las almas que llegaban eran usadas como combustible y fuente de energía,  así se mataban dos pájaros de un tiro,  ellos aprovechaban una fuente de energia, limpia, barata y confiable al tiempo que evitaban que los humanos malvados reencanaran, aún así estos seguian apareciendo, Enji no tenía por qué preocuparse de una crisis energética.

—¡¡Disfruta el smog de tus amados humanos, Toshinori!!— Solía gritar Enji desde las profundidades del Inframundo.

Y en el cielo estaban hartos de eso, a diferencia de los demonios, los ángeles tenian que tragarse enormes nubes de humo pestilente, pero de eso no trata esta historia, no señor.

Katsuki estaba más molesto de lo habitual y no era para menos, Aizawa había comenzado sus vacaciones 6 meses antes de que las de Yagi terminaran.

Lo explicaré, cuando el Dios en turno o un ángel requieren vacaciones largas, el solicitante es enviado a la tierra encarnado en un ser humano, sin poderes ni recuerdos, nacería , crecería, viviría y moriría como una   persona, cuya existencia estaría llena de amor, comodidades y diversión, de esa forma volvería de nuevo al cielo, relajado y listo para seguir trabajando, si pedía vacaciones cortas, sólo se le enviaba a la tierra un determinado número de días o meses.

El único problema era que ahora algunos ángeles encarnados estaban en peligro, sin dios ni Aizawa vigilandolos, los demonios podrían acercarse a dichos ángeles y tratar de corromperlos, si eso sucedía estos se convertirian en demonios al morir y las fuerzas del infierno serían más poderosas.

Y eso preocupaba a Katsuki Bakugo, un cupido recién ascendido, angel en entrenamiento y aspirante al trono de Dios.

En ese momento el y otros de sus compañeros se encontraban reunidos discutiendo el asunto en una pequeña cafetería celestial ubicada sobre el cielo de París, aunque todos eran muy jóvenes se tomaban muy seriamente todo lo que se relacionara con sus compañeros.

Angelito de mi guarda ¿Mi dulce compañía?  [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora