Un lugar a donde volver

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Izuku daba vueltas en la cama, incapaz de consiliar el sueño, Katsuki llevaba días siendo distante con él, ni siquiera lo miraba a la cara y la verdad era que no le gustaba.

No era la simple sensación de haber molestado a alguien, Deku sentía que de verdad lo había lastimado aunque en realidad no sabía por qué, Izuku en su inocencia creía que Katsuki solo había tratado de imitar a Todoroki, pero a diferencia del muchacho heterocromatico, Katsuki le había provocado un pequeño ataque de pánico, al ver a Kacchan acercarse tanto a su rostro su pulso se aceleró y le invadió la verguenza, terminando por voltear el rostro, era una sensación familiar y desconocida al mismo tiempo.

Nunca se había detenido a pensarlo pero lo cierto es que Katsuki es muy atractivo, aparte de eso contaba con muchas otras cualidades que lo hacían destacar, si tuviera que decirlo lo cierto era que incluso su actitud le parecía encantadora e Izuku comenzaba a cuestionarse y  a reprocharse su incapacidad de notar todo ello antes.

La situación transcurrió fríamente durante algunos días que a Izuku le parecieron una eternidad, cada día al llegar de la escuela encontraba comida caliente y la casa limpia, aún así el lugar se sentía tan grande y solitario que era incómodo estar en el, era desagradable comer solo sabiendo que tú compañero te evitaba.

Deku necesitaba con urgencia arreglar las cosas, su corazón le pedía a gritos hacerlo.

No esperaba que un sueño le diera la idea que necesitaba.

Un bosque verde y frondoso, un lago en el centro de un claro, era una sensación de deja vu que no pudo ignorar, era como si el lugar mismo lo estuviera llamando.

Estaba decidido un fin de semana solo para los dos, su padre solía decir que nada fortalecía más los lazos masculinos que pasar tiempo a solas en el bosque con tu mejor amigo, bien, diciéndolo de esa forma ciertamente no sonaba muy bien, pero simplemente tenía que intentarlo, solo esperaba que Katsuki pudiera tomarselo bien.

Mientras tanto, Katsuki estaba en la habitación, un escalofrío recorrió su espalda advirtiéndole de un peligro inminente, pero nada pudo hacer para escapar, Izuku abrió la puerta sin tocar truncando su posible escape.

—Kacchan, eh decidido hacer una pequeña excursión al bosque este fin de semana, me acompañaras ¿verdad?—.

A pesar de quererlo, no podía negarse, pese a lo ocurrido anteriormente aún quería permanecer al lado de Izuku, más bien, aún mantenía en pie la farsa de protegerlo, con el juramento que Todoroki había hecho, Izuku y su alma estaban a salvo de los demonios por el resto de su existencia mortal e inmortal, Katsuki tenía la esperanza de poder hacer las pases con Izuku por lo que terminó aceptando, el estaba consciente de que su actitud no era la mejor, pero poco podía hacer, sus sentimientos de estaban saliendo de control poco a poco, en un breve impulso casi había besado a Izuku, de no ser por el evidente rechazo de Midoriya, Katsuki de verdad hubiera seguido adelante, por eso lo evitaba, creía que Deku estaba enojado, los constante esfuerzos de Izuku por acercarse a él, Katsuki los veía como meras cortesías, después de todo Izuku era muy amable y muy gentil.

Izuku salió complacido de la habitación, ahora solo faltaba buscar un lugar para visitar que estuviera al alcance de los bolsillos de un Universitario.

Después de mucho buscar termino por encontrar un lugar que encajaba en sus posibilidades economicas, la montaña Hakurei, un sitio de incomparable belleza, rodeado de frondosos bosques, un territorio deshabitado casi en su totalidad, contaba con un único hostal, una vieja casa remodelada y reparada una y otra vez, que había pertenecido a uno de los primeros médicos de la región, una persona cuyo nombre había sido olvidado desde hace mucho.

Unas cuantas fotografías bastaron para convencer a Izuku, quien no podía creer que un sitio tan hermoso no fuera un gran centro turístico, aunque por otro lado así era mejor, si se hiciera conocido probablemente terminaría destruido.

Hizo las respectivas reservaciones y el siguiente viernes por la tarde tanto el como Kacchan estaban en un autobús con rumbo a unas pequeñas mini vacaciones, antes y durante el viaje Izuku había intentado por todos los medios iniciar una conversación con kacchan, pero este último se seguía rehusando a mantener demasiado contacto con el, Izuku estaba en su limite, toda esa indiferencia le estaba lastimando.

Fue un viaje largo y agotador, ambos llegaron exahustos, apenas pusieron un pie en la habitación cayeron cada quien en sus respectivas camas, Izuku pensó que lo mejor sería descansar, mañana sería otro día, pondría todo su empeño en reconciliarse con Katsuki.

Angelito de mi guarda ¿Mi dulce compañía?  [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora