Angelito de mi guarda ¿Mi dulce compañía? [Finalizada]

Un nuevo comienzo

—Bendito sea Heavenflix—Dijo Kaminari mientras veía a Bakugou retorcerse de emoción en su cama como si fuera una colegiala, era una pena que la aplicación no le permitiera sacar capturas de pantalla a los programas que veía, .

—Mejor veamos que hace Midoriya, creo que Bakugou estará así por un rato—Dijo Kirishima, esa app les permitía espiar casi todo lo que ocurría en la tierra, algunos programas eran solo accesibles para Dios y otros tantos eran PPV (Pago por ver), era una fortuna que fueran usuarios premium.

Mientras tanto en la tierra.

—Estas enamorado y por lo que me has contado eres plenamente correspondido—Camie no se reservó nada y sin rodeos dijo lo que pensaba, ella e Izuku caminaban rumbo a la casa de la rubia, situación que aprovecharon para conversar.

—No puedes saber eso el no me ha demostrado na...—.

Camie no dijo nada, suspiró intentando relajarse y se detuvo repentinamente, se plantó frente a Izuku y comenzó a estirarle las mejillas mientras le gritaba a la cara.

—¡Es obvio que le gustas, te cela, trato de besarte, cuando le dijiste que te atraía se puso  contento ¿Que otras prueba quieres? ¿Que se ponga al cuello un cartel que diga : Soltero y esperándote? Escucha, Izuku, cariño, los chicos como el son fáciles de entender si sabes cómo tratarlos, es más que obvio que la expresión de sus sentimientos no es su fuerte, pero lo demuestra con sus acciones, si tú te quedas esperando a que él lo ponga en palabras, va a ser una espera bastante larga—.

—Si pero...—.

—¿Vas a decirme que no te gusta? Por qué si es así, iré tras él—Sentencio la joven—Imaginanos, seríamos perfectos juntos ¿No lo crees?—Camie fingía emoción ante la posibilidad de una relación con aquel rubio de mal talante, dicha acción pareció surtir efectos en Izuku quien sintió la desagradable sensación de los celos emergiendo de su interior.

—No... ¡No lo hagas, por favor!—.

—¡Midoriya Izuku!—Grito la rubia.

—¡¿Si!?—.

—¡Firmes!—Izuku aún en confusión acató las órdenes de la rubia—¡Su misión soldado será ir y capturar el corazón del objetivo, el fracaso es inadmisible, si mañana no sé presenta cojeando recibirá un castigo severo! ¡Media vuelta! ¡Go!—Con ese último grito Camie dio una fuerte palmada al trasero de Izuku, quien como si fuera un caballo, salió corriendo a toda velocidad.

Camie se quedó en medio de la avenida, sonriendo satisfecha e indiferente a las miradas curiosas de los transeúntes, quienes no sabían que pensar antes todo ese escándalo.

Izuku, por su parte, corría a toda velocidad por la calle, con el único objetivo de encontrar a Kacchan, su respiración agitada y las piernas adoloridas no eran un obstáculo para el, el auténtico problema sería encontrar el valor para confesarse, decirlo era más fácil que hacerlo y sin duda temía que los nervios le traicionaran, pero, no había motivo para estar nervioso ¿Cierto? Ambos se gustan así que no debería haber problema, Camie no le mentiría ¿Cierto? Poco a poco Izuku comenzó a bajar la velocidad hasta que su apresurada carrera se convirtió solo en una caminata rápida y de allí hasta solo ser un andar titubeante que expresaba claramente la inseguridad de aquel joven.

La brusca reducción de velocidad no evitó que eventualmente llegara a su hogar, el cual para su sorpresa no mostraba signos de que hubiera alguien adentro.

—Tal vez salió—Pensó Izuku y se dispuso a practicar  lo que pretendía decirle al rubio.

En otro lugar de la casa Katsuki se hayaba encerrado en el baño, en exactamente el mismo dilema que Izuku.