Rin estaba sentada a la izquierda de Inutashio, revisando varios contratos. Ambos hablaban muy quedo, tanto que Sesshoumaru no alcanzó a escuchar lo que decían. Había regresado de Alemania hacia dos meses y aunque la empresa estaba prácticamente igual, había un cambio que no lo complacía demasiado la nueva asistente de su padre era una mujer joven, que en tan solo dos meses se había ganado la confianza de Inutashio. Además de una reputación de una profesional intachable y algo seria. En resumen, una versión femenina de si mismo.Para él, Rin era como un enigma, un secreto que no se revelaba ante nadie, mucho menos ante él. Era callada, de mirada inexpresiva y parecía evitar todo contacto innecesario con las demás personas. Sin embargo, escuchando los comentarios de algunos empleados, sabía que al tratarla, era amable y siempre estaba dispuesta a ayudar. Con aquella manera de ser, jamás se habían visto en la necesidad de hablar más de lo absolutamente necesario. Lo que generalmente era un seco saludo de buenos días y dos o tres palabras corteses. El único que parecía sacarle una conversación completa, era su padre.
Eso lo carcomía, porque estaba acostumbrado a que las mujeres cayeran rendidas a sus pies. Aunque no era mujeriego, estaba acostumbrado a las atenciones femeninas y le incomodaba que ella no se tomara la molestia de verlo a los ojos, o tratar de coquetear con él, como todas las demás.Apartando aquel desconcertante pensamiento, se acomodó la corbata y se aproximó hasta la mesa. Tomó asiento junto a su padre, de frente a Rin. Utilizando un tono neutral saludo a ambos.
- Hola Papá, Srta. Honjo.
- Que bueno que viniste hijo, tienes que firmar varios documentos. Rin por favor entrégaselos.
- Puede llevárselos para leerlos con calma. Por favor téngalos firmados a más tardar el martes.Sin siquiera levantar la vista de lo que estaba escribiendo, Rin alargó la mano entregándole los papeles, todos con marcadores para que Sesshoumaru supiera donde firmar. Lo hizo sin levantar la mirada, actitud que lo enfureció. Desde que la conocía siempre hacía eso, darle documentos sin dignarse a verlo.
El tono de Rin era hueco, sin llegar a ser grosero. Sin embargo, él sabía que no era el tono agradable que usaba para conversar con su progenitor y eso lo hostigaba, lacerando su orgullo de hombre. Dio una hojeada rápida los papeles en su mano, y luego empezó a hablar con su padre como si Rin no estuviera ahí.
- Papá quisiera ir contigo a Okinawa la próxima semana.
- Excelente idea, ya no iremos solos Rin.Feliz, Inutashio acepto la proposición de su hijo. El viaje a Okinawa significaba una alianza con una enorme empresa que generaría grandes ganancias para las Industrias Shikon No Tama y tener a su hijo mayor era motivo de alegría, ya que se sentía apadrinado por el conocimiento y aplomo de su amado primogénito.
Rin se paralizó y dejó de escribir poniendo su pluma sobre los papeles. Ella siempre acompañaba a su jefe en sus viajes en calidad de asistente y abogada. Pero al escuchar a Sesshoumaru, había dado por un hecho que en esta ocasión, Inutashio prescindiría de sus servicios.
Ella sospechaba que no le caía bien a Sesshoumaru por lo que pensó que era mejor excluirse de aquel viaje. No sabía con exactitud porque percibía la apatía de aquel hombre, pero las miradas ácidas no eran producto de su imaginación. Por esa razón, desde la primera mirada asesina, procuraba mantenerse alejada de aquel inexpresivo hombre de ojos hermosos pero fríos.
- Inutashio-sama, si su hijo lo acompaña no creo necesario mi presencia. El también es abogado y al cliente le dará una excelente impresión verlos juntos, a mi ya me conocen.
- Claro que dará muy buena impresión. Pero necesito a mi abogada estrella conmigo, eres mi amuleto de la suerte pequeña. El cliente no solo te conoce, te quiere. Estoy seguro que si no vas ellos se sentirán defraudados, además Izayoi ira con nosotros y sabes lo mucho que disfruta de tu compañía, podrás ir de compras con ella el fin de semana.Ante las palabras amables de su jefe, Rin ahogó el reproche y sonrió. Al desviar los ojos, vio que Sesshoumaru le lanzaba una mirada furiosa y asesina. Incómoda por la silenciosa pero muy latente agresividad de Sesshoumaru, Rin le habló a Inutashio en mandarín, a sabiendas de que su agresor no entendería nada. Obviando la mirada de fuego, Rin le comunico a su jefe sus sospechas
- Inutaisho-sama tengo la leve sospecha que no le agradó a su hijo, ya se fijo en como me tuerce los ojos, parece que quisiera eliminarme, no seria mejor que fueran solo los tres.
- Rin mi hijo le tuerce los ojos a todo el mundo eso no quiere decir que no te quiera, solo no se a tomado le tiempo de conocerte.. dijo su jefe soltando una gran risa.
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LEYES DE AMOR. SESSHOMARU Y RIN
FanfictionSesshomaru es un buen abogado, decide regresar a Japon despues de un largo tiempo esperando encontrar algunos cambios, pero jamas se imagino lo que iba a encontrar ... Espero no defraudarlas y que les guste esta nueva historia... gracias a todas por...