FIESTA Y VERDADES

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Sesshoumaru pasó por ella para ir a la fiesta en punto a la 1, cuando se saludaron la estrechó contra él dándole un suave beso en la mejilla que la hizo sentir en las nubes. Cuando llegaron a la fiesta, Rin pudo ver una faceta tierna y encantadora de Sesshoumaru con su ahijada. La familia de Robert era encantadora y se sintió como en casa. Cuando tuvo tiempo de conversar con Hitomi le contó como había recibido su collar.

"El restaurante es una belleza, súper acogedor y me pareció que estaba nervioso por darme el collar, puedes creerlo, él nervioso por algo?"
"Se pone nervioso solo cuando es algo o alguien muy importante para él"

Rin sonrió emocionada y soltó una risita cuando Hitomi le dijo que hacían una pareja hermosa. Luego le pidió ayuda para acomodar para rellenar la piñata. De lejos, Sesshoumaru las vio conversar sintiéndose feliz que se llevara tan bien con ellos. Junto a él, Robert le dijo que cerrara la boca porque se le estaba cayendo la baba.

"Te tiene como loco, parece que no respiraras!"
"Silencio!"
"Sabes que? Pienso que no deberías esconderle la verdad sobre tu noviazgo, si se entera te va armar un alboroto!"
"Tu crees?"
"Claro, todas las mujeres están locas y a ella la llamas la fiera, a ti si que te gusta meterte en problemas!"
"Algo parecido!"

Sesshoumaru resopló tratando de armar la explicación en su mente de porque no le había dicho que era un hombre soltero desde hacia días. Era mejor seguir el consejo de Robert y cuando estuvieran solos se lo diría. Por el momento era hora de cantar cumpleaños y cuando Rin buscó su compañía, la tomó de la mano y la abrazó por detrás como lo más natural del mundo, haciéndola recordar la tarde que habían pasado en Okinawa. Una vez que Gigi sopló las velitas, Sesshoumaru le pidió que lo acompañara a sentarse para hablar, cuando le preguntó si la estaba pasando bien, Rin fue sincera y le dijo que sus amigos eran muy agradables. En ese momento, Sesshoumaru vio la oportunidad de confesarse, pero en eso llegó la niña.

"Padrino tienes que venir, vamos a romper la piñata!"

Ambos se levantaron y antes de alejarse le guiño un ojo en una actitud tan sexy que Rin sintió cosquillas en todo el cuerpo. Sin apurarse, caminó hasta donde estaban todos los pequeños listos para golpear la piñata. Ahí estaba él en primera fila, arrodillado junto a su ahijada, susurrándole quien sabe que palabras porque la pequeña se reía con un brillo en la mirada que la iluminaba. Cuando Sesshoumaru se dio cuenta que lo veía, le dedico una sonrisa y Rin se mordió el labio sonrojada. Una vez que los caramelos rodaron por el piso, Rin buscó un refresco y se sentó a verlos. Realmente quería ser parte de eso pero saber que tenía una novia arruinaba todo y en ese momento tomó una decisión, pero decidió disfrutar aquella tarde. Estuvo sola un rato, hasta que la abuela de Robert se acercó con una sonrisa.

"Como la has pasado?"
"Excelente, son una familia preciosa!"
"Gracias. Sabes que nunca había traído a nadie a las fiestas de Gigi, debes ser alguien muy importante para él!"
"En serio?"
"Si!"

Rin se sonrojó e inmediatamente lo buscó con la mirada. Estaba con la cumpleañera sentado en el suelo revisando el botín de dulces. Con el afán de no ilusionarse por nada, se puso a conversar con la mujer y cuando Sesshoumaru fue a buscarla, no notó su presencia hasta que lo tuvo enfrente. Inmediatamente, la abuela se disculpó diciendo que iba a buscar un trozo de pastel. Sentándose junto a ella, le preguntó sino le importaba quedarse para estar con Gigi cuando abriera los regalos.

"Quieres que yo me quede?"
"Claro, sé que no he estado contigo hoy, pero prometo recompensártelo!"
"No es necesario, es lindo verte con tu ahijada!"

Sesshoumaru tuvo la impresión que algo le molestaba pero no se atrevió a preguntarle, prefería esperar cuando estuvieran solos con todo el tiempo para hablar. Todos los regalos fueron un éxito y Rin se sintió aliviada que Gigi brincara como loca por haber recibido dos de la amiga de Sesshoumaru. Estaban tomando un café en la terraza cuando Sesshoumaru notó que Rin se quedaba como ida, pensando en algo. Rodeándola por la cintura, le preguntó al oído si deseaba irse; volteándose para que solo él la escuchara le dijo que era una excelente idea.

LEYES DE AMOR.  SESSHOMARU Y RINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora