REGALO DE GIGI

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Al día siguiente... Rin había pasado parte de la mañana completamente distraída pensando en Sesshoumaru. La primera llamada de la mañana había sido de Izayoi, pidiéndole detalles de la salida con su hijastro. En una nube, la fiera le contó cada detalle especial y emocionante de la noche, mientras Izayoi suspiraba al otro lado del teléfono emocionada. Mientras conversaban, Sesshoumaru recibió en su oficina al mensajero de Hitomi que llevaba el collar para Rin. Deseosa de ayudar, Hitomi le mandó el collar en un lujoso empaque de regalo, con una nota que le daba ánimos y le pedía conservar a Rin.

"Buena suerte y no la pierdas amigo, cariños Hitomi!"

Al leer la nota Sesshoumaru sonrió complacido y le entregó el sobre con el cheque al mensajero, más una jugosa propina. Una vez solo en su oficina, pensó en la mejor forma de darle su regalo a Rin. Ya estaba de bueno humor porque irían a almorzar y luego de compras para el cumpleaños de Gigi y la idea de cenar con ella y darle su collar, lo hizo sentir cosquillas en el vientre. Las horas hasta el almuerzo pasaron veloces y cuando Sesshoumaru fue a buscarla a la oficina la encontró en el baño lavándose las manos. Desde adentro, ella le dijo que saldría en un minuto. Una vez en el carro, Sesshoumaru le preguntó si deseaba comer primero y luego buscar el regalo.

"Si tengo algo de hambre!"

Durante el almuerzo, Sesshoumaru no pudo disimular su enamoramiento comiéndosela con los ojos mientras Rin hablaba de su vida. Deteniéndose un segundo, al darse cuenta que los ojos ámbar se perdían en el escote de su blusa, Rin lo sujetó por la barbilla recordándole que sus ojos estaban más arriba.

"Mis ojos están aquí arriba!"
"Me encanta tu blusa"

Rin levantó una ceja y lo miró con los ojos chispeantes, retirando su mano suavemente le preguntó si la estaba escuchando o simplemente estaba hablando sola.

"Como es que una sola mujer es tan bella y sensual? Me encanta como se mueven tus labios al hablar"

Sin argumentos para responder, Rin lo escudriñó con la mirada un instante y sin percatarse que lo hacía, se humedeció los labios antes de sonreír completamente sonrojada. Como podía resistirse ante semejantes palabras, no sabía, lo que le provocaba era pasar sus dedos por aquel rostro sereno y besarlo con los ojos cerrados, olvidándose de todo. Un segundo después, Rin no supo como seguir hablando, porque la cabeza le daba vueltas con preguntas de porque le decía esas cosas o se comportaba como si no tuviera una novia y la quisiera a ándole la mano, Sesshoumaru le pidió que siguiera hablando. Saliendo de su remolino mental, le siguió contando detalles de su vida. Una vez que comieron postre entre miradas silenciosas, Sesshoumaru le dijo que la juguetería preferida de Gigi estaba muy cerca. Rin estaba fascinada de ver aquella faceta tan paternal de él, y estaba totalmente consciente que solo servía para sentirse mas atraída a él.

"Que quieres hacer después de comprar el regalo de Gigi?"
"Regresar a la oficina por supuesto, Inutashio-sama podría necesitarme!"
"Yo te necesito más, estoy seguro que podré convencer al viejo de prescindir de su tesoro un viernes en la tarde!"
"Pero pensará que estoy holgazaneando y no le digas viejo!"

Riéndose para sus adentros, Sesshoumaru la miró un instante antes de tomar el teléfono y llamar a su padre. Una vez que su progenitor contestó, le explicó como si fuera un negocio millonario, la importancia de tener a Rin para él solo toda la tarde. A su lado, Rin lo escuchaba casi sin respirar, hasta que le pasó el celular para que hablara con su jefe.

"Inutashio-sama?"
"Hola Rin, la estas pasando bien? Te trata como te mereces?"
"Ajá...señor si usted quiere..."
"No te preocupes, puedes disfrutar el resto del día con él, ahora sí parece hijo mío, cuídate pequeña!"
"G-gracias señor!"

LEYES DE AMOR.  SESSHOMARU Y RINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora