EXHIBICIÓN DE ARTE

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Cuando Rin abrió la puerta, Sesshoumaru tuvo dos segundos de mutismo antes de decirle que lucía hermosa y entregarle un sencillo ramillete de margaritas, envueltas en un papel amarillo. Aunque no eran sus favoritas, aquel sencillo y delicado ramo la hizo derretirse un poco más de lo que ya estaba. Sesshoumaru estaba tan guapo, que le provocaba besarlo.
Una vez que puso las flores en agua, salieron del apartamento en silencio. Rin no recordaba sentir tantos nervios en una cita y mentalmente empezó a contar despacio para tranquilizarse. Se sintió cautivada cuando, como todo un caballero, Sesshoumaru le abrió la puerta del automóvil y la ayudó a subir. Los primeros metros del trayecto, Rin se concentró en todo fuera del automóvil. Estando ahí, de pronto sintió como si una ola de arrepentimiento la revolcara por salir con un hombre que tenía novia. Notando su incomodidad, Sesshoumaru le preguntó se estaba bien, en un tono tan sereno que Rin no pudo mentirle.

"Es que me preocupa tu novia, no quiero causarte problemas o causármelos!"
"Kagura está fuera de Tokio y yo puedo salir con mis amigas!"
"Kagura suena a nombre de modelo...exactamente cuantas amigas tienes?"

Sesshoumaru no se inmutó por el tono ácido de Rin, al contrario, se alegró porque eso dejaba ver que de alguna forma él no le era indiferente como ella se empeñaba en hacerle creer. Hablando de forma pausada y sin mirarla, le dijo que efectivamente Kagura había sido modelo unos años atrás.

"Sobre mis amigas, solo tengo una que realmente me interesa. Es inteligente, elegante, no le da miedo decirme lo que piensa o tirarme objetos a la cabeza y es realmente hermosa, lo que más me gusta es su sonrisa...cuando me la merezco!"

Rin se pasó la mano por el cuello tratando de que la cara no se le pusiera exageradamente roja o su corazón no latiera tan acelerado. Parpadeando un instante y torciendo la boca para no sonreír demasiado, miró a Sesshoumaru con una expresión de felicidad y picardía irresistible.

"Me debes una taza!"

Sesshoumaru no pudo evitar soltar una risa y sin decir nada asintió con la cabeza. Haciendo una nota mental de ir mañana mismo a comprarle una taza.

"La exposición a donde vamos, la artista es amiga tuya o solo él?"
"Ambos, fuimos compañeros de universidad!"
"Ahh!"
"Rin donde estudiaste?"
"Aquí en Japón, tenía una beca!"

Notando que estaba más relajada, Sesshoumaru se atrevió a preguntarle detalles de su vida, incluido como había conocido a su padre.

"Fue por un amigo suyo al que le hice un trabajo de varios meses con unos contratos y unas demandas. Hoito-sama me recomendó con tu padre que buscaba un abogado para la empresa. Justo después de entrevistarme me ofreció el trabajo, fue muy emocionante!"
"Hasta que llegué yo a torcerte los ojos!"
"Si, quiero decir no...oye tu fuiste hostil desde el primer día que nos presentaron, claro como estabas pensando lo peor de mi. Sabes que? Todavía no logró entender que era lo que te molestaba tanto, yo ni me metía contigo...es más, nunca debí hacerlo!"

Las últimas palabras se escurrieron fuera de la boca de Rin y sin quererlo sintió un nudo en la garganta y desvió la mirada. En un segundo, el recuerdo del encuentro entre Sesshoumaru y Kagura le dio ganas de llorar pero se contuvo, para no hacer una escena. Frente al volante, Sesshoumaru revivió sus días en Okinawa y estiró la mano para estrechar la de ella con ternura, diciéndole que lo lamentaba. Calmada y emocionada por aquel tierno y sincero gesto, Rin se volvió con una sonrisa, diciéndole que no era necesario pedirle más disculpas y que olvidaran eso.

"Yo acepté tus disculpas y tu amistad"
"Pero lo que hice fue horrible..."
"Olvídalo sí? Ya quiero ver la exposición de tu amiga!"

La actitud despreocupada de Rin le dibujó una sonrisa y más que nunca deseaba recuperarla, cada día que pasaba comprendía mejor porque su padre se refería a ella como a un tesoro. A partir de ese momento, el trayecto pasó volando y en menos de lo esperado estaban en la exposición. Para sorpresa de Rin, no era una exposición de pinturas sino más bien de joyas. En cuanto entraron, Rin le dio las gracias a Izayoi por el vestido porque el evento era de lujo. Tampoco pudo evitar alegrarse de que Kagura estuviera fuera de la ciudad, dándole la oportunidad de tener a Sesshoumaru con ella. Respirando de forma imperceptible, recordó los consejos de Izayoi y el deseo de tener a su 'amigo' entre sus brazos. Junto a ella, Sesshoumaru sentía una mezcla de felicidad y culpa, quizás era mas sencillo conquistarla si le decía que ya no tenía novia, pero comprendía que Rin podría tomar eso de la manera equivocada y creer que era solo para agregarla a su lista de conquistas. Seguiría con su plan de amigos ganándosela poco a poco. Complacido por las miradas de admiración que recibían de los demás invitados, Sesshoumaru apoyó su mano en la espalda de Rin para avanzar entre la gente. Ella no exteriorizó su turbación por sentir aquella mano pesada pero tibia y cerró los ojos un instante. Una vez que vio a sus amigos entre la multitud, Sesshoumaru se inclinó sobre ella para susurrarle que la pareja que se acercaba era la artista y su esposo.

LEYES DE AMOR.  SESSHOMARU Y RINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora