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"Tardes tranquilas"

Cuando Seokjin se enteró de que su hermano tenía un acosador inválido, se extrañó sobremanera. Y cuando escuchó que lo miraba cúal espía desde la ventana del edifico de departamentos 206, se sintió maravillado de pensar que probablemente conocía al acosador en cuestión. Porque bueno, había solo un inválido viviendo en ese edifico. Y daba la casualidad de que era justamente un paciente suyo.

Min Yoongi.

La noticia lo metió en un estado de sorpresa tan grande que tardó alrededor de cinco días en procesar la situación. Cuando supo que a Jimin le gustaba que el tipo extraño del otro lado de la ventana lo mirara, decidió intervenir. Así que llamó a su novio, Kim Namjoon, quién era nada más y nada menos que el hermano mayor de Yoongi. Más grande aún fue su sorpresa al enterarse de que su muy traicionero novio ya sabía de esto, y no sólo lo sabía, sino que también los había visto hablarse una vez. Según el eran adorables y ya estaba "listo para la boda". Pero, por muchas ganas de emparejarlos que sintiera, no iba a sucumbir ante esa clase de amor.

Fue así como un día luego de los ensayos de Jimin en el estudio lo acompañó a ver a Yoongi. Lo único que sabe es que desde ese día esos dos han sido insparables. Y raros. Eran básicamente anormales, mejor dicho. ¿Quién diablos se enamora de un stalker ventanero? eso era demasiado raro hasta para el. Aunque bueno, no es como si el pudiera criticar mucho la situación. Era un terapeuta de veintiocho años enamorado de un mecánico de veinticuatro. Al parecer el amor funciona de formas muy misteriosas.

—¿Deberíamos despertarlos, cariño?—preguntó luego de haber tomado las fotos suficientes un muy enternecido Namjoon admirando a unos profundamente dormidos (y abrazados) novios.

No, la verdad creo que deberíamos irnos a casa.

—Buena idea. Podríamos ir a acostarnos juntos también, ¿no?—propuso indecentemente el moreno de inocente sonrisa frente a él.

Siempre y cuando no sea a dormir, Namie—contestó batiendo sus pestañas, caminando hasta acercarse más.

—Por el amor de Dios, ¿podrían irse a la mierda?—se quejó con voz adormilada el dueño del departamento, logrando que ambos dieran un salto de sorpresa y se removieran avergonzados.

¡Min Yoongi! ¿quieres matar a tu pobre hermano? maldita sea.

—La verdad en este momento, sí. Me apetece golpearte hasta que hagas silencio o te mueras, con cualquiera está bien. Pero no tengo cómo hacer eso, estoy algo incapacitado por el momento como podrás apreciar—se burló—Vayánse antes de que despierten a mi niño.

Ya está, nos vamos, solo vinimos a traerte tu correo, estaba acumulándose—aclaró Seokjin—Y sólo para que lo sepas, es MI niño. Cuidado donde tocas si no quieres morir, maldito perro cojo.

La muy estruendosa risa de Jimin los sorprendió a todos otra vez, en esta ocasión logrando que a Namjoon se le cayera el celular.

Si no salen van a ver como beso a este tipo, y dudo que quieras ver eso, Jin—advirtió el más pequeño de los presentes acurrucándose aún más en los brazos de Yoongi.

Dios sabe que no quiero—contestó el mayor, ahora saliendo de la habitación—Qué asco me dan—terminó a lo lejos, enviando las fotos que había tomado Namjoon a su teléfono.

☾☾☾

Ahora yacían con enormes sonrisas, mirándo el techo en el silencio más cómodo del mundo. Sólo eran ellos dos en aquella habitación con montones de libros apilados en el suelo, con palitos de paletas de fresa sobre la mesa, con el corazón acelerado y mil palabras en la boca. Se habían pasado mucho tiempo juntos hablando de todo tipo de cosas, limitandose a disfrutar la compaía del otro sin verdaderamente exigir nada.

Piernas ➳ y.m | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora