Piernas ➳ y.m |

15

El salón en el que se encontraban Namjoon, Yoongi y Seokjin era gigante sin exageraciones. Con un escenario pintado de negro y brillantes cortinas rojas tan largas que daban la impresión de estar pintadas en lugar de hechas con tela. Docenas de esbeltos bailarines  caminaban apurados para entrar al lugar, Yoongi buscaba con la mirada a solo uno.

Casi tan grande como el lugar era él nerviosismo del anteriormente nombrado chico, que ocultaba sus manos en el gran saco negro que usaba. El que le prestó su hermano y que antes fue elogiado por Seokjin y Jimin entre bromas sobre lo adorable que lucía por ser tan delgado.

—Estoy seguro de que va a alegrarse. Podría apostar a que él y el otro chico no son nada—a su lado su hermano y Jin debatían entre sí el estaba siendo engañado o no, también si todavía podía considerarse en una relación con Jimin. Lo último era un poco doloroso de reconocer pero seguía siendo debatible. El hecho era que Jimin había invitado a la pareja que lo acompañado, pero no a él. Incluso evadió el tema cuando lo mencionaron.

Para cuando apagaron las luces y comenzaron a nombrar a los concursantes el corazón de ninguno en esa línea de asientos podía con los nervios. Los tres compartieron una mirada, casi igual de tensos, con Yoongi ganando por obviedad.

Fue así como comenzó un largo conjunto de presentaciones muy buenas, con cada bailarín dando un show extraordinario, cada uno más emocionante que el anterior. Después del sexto concursante dejó de prestar atención por solo un minuto. Sólo eso. Intentaba recoger el avión de papel que se le había caído, el que había hecho para controlar la ansiedad. En ese intervalo de menos de dos minutos y un movimiento escuchó la presentación que haría a su corazón acelerarse y romperse igual de rápido.

"Acto número ocho, participantes Park Jimin y Lee Taemin."

No escuchó el final de la oración, dejó de prestarle atención a todas las cosas cuando miró a Jimin entrar al escenario. Llevaba una camisa blanca un poco grande y pantalones negros ceñidos, con un saco morado. Un saco con brillos. Muchos brillos. Su camisa estaba semi desabotonada y llevaba la corbata mal puesta, dando la ilusión de que había estado haciendo algo antes. Por lo que decía la canción que bailaban, algo como tener sexo. O algo así. Sentía la mirada de Jin y Namjoon justo a su lado pero no le importaba. A decir verdad, solo podía ver a Jimin cuando bailaba. Sin importarle las manos del otro bailarín sobre el. Tal vez, a otros les parecería difícil de entender el por qué de su poco interés ante algo así. Pero, bastaba con fijarse en la expresión que llevaba ese chico al terminar de bailar. La sonrisa más brillante y los ojos más felices los llevaba su amor cuando hacía lo que adoraba. Eso no tenía precio. No valía un arranque de ira o ataque de celos.
Al acabar, salieron con la misma destreza, y recibieron la ronda de aplausos más grande de la noche. Cómo dicen, cerraron con broche de oro.

Le dolía el corazón de pensar que iba a perderse algo tan importante cómo eso por su inseguridad. Le dolía más de pensar que Jimin no quería que el estuviera ahí.

—¿Vas a ir ahora?—los dos voltearon con genuina curiosidad cuando Nam preguntó, a lo que respondió comenzando a andar.

—¡Espéranos! ¿Cómo carajo piensas entrar?—venían corriendo, tratando de perseguir a Yoongi y fallando gracias a la velocidad que la silla adoptó al bajar una especie de rampa entre el angosto pasillo que llevaba a la parte de atrás del escenario.

—Disculpe, venimos por Park Jimin. Tenemos que decirle algo importante—ni bien el guardia asintió al ver la invitación al evento entró cómo una bala, perdiéndose entre toda la gente que había moviéndose de un lugar a otro. Algunos pararon, quizás preguntándose que mierda hacía un inválido en los bastidores de un concurso de baile.