Capítulo 11

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La mañana de aquel sábado comenzó muy rutinaria; toda la semana Yoongi trato de evitar a Jimin, los momentos en la alcoba fueron muchos más silenciosos e incómodos que siempre. El rubio respeto la decisión de su hyung de no tocar el tema de aquella felación, Jimin al igual que aquel alfa elimino esa noche de su mente.

Todo marchaba aparentemente normal para la familia Min y Park, claro, todo cambio cuando el timbre de la enorme puerta sonó. No fue de extrañar el ver a los abuelos Min frente a esta, se veían alegres, aunque Yoongi y su madre no tanto, pero por lo menos el padre e hijo de estas dos personas se notaba cómodos con la visita.

— ¿Cómo están, señor y señora Min? — . Un muy alegre Jimin se acercó y con una pequeña reverencia saludo a los invitados, los dos viejos se observaron alegres al percibir un poco del olor característico de su nieto en el chico, pero la desilusión apareció cuando examinaron su cuello y este estaba tan pulcro que les fue inevitable no fruncir el ceño, Yoongi rodó los ojos y se acercó a tomar las pequeñas maletas que traían.

Compartieron el desayuno y luego cuando la tarde cayo un pequeño almuerzo. Los abuelos de Yoongi y el abuelo Park estaban muy alegres, al parecer eran los únicos cómodos con la situación, pero aun así la incomodidad se sentía en el ambiente. Las madres de Jimin observaban a su hijo con total preocupación, toda la semana fue parecida, ninguno de los dos jóvenes implicados en esta situación habló de lo sucedido, aunque por la inexistente marca de apareamiento era muy obvio que nada había pasado, o eso era lo que todos en esa casa pensaban, aun así, esto tenía muy desilusionado al abuelo Young, el hombre deseaba con todo su frágil corazón que su nieto Jimin fuese feliz frente a su alfa.

En uno de los enormes sofás se encontraba aquel rubio, sentado con sus piernas pegadas a su pecho y la cabeza reposada en sus rodillas, la música calmada y pausada resonaba en sus audífonos. Su primo se encontraba a su lado leyendo el libro de economía dado por su abuelo.

El chico Jeon fue criado para seguir los pasos de aquel canoso lobo, el señor Park había visto la visión de su familia en esos oscuros ojos y aunque el temperamento denotaba sus raíces, su corazón era igual de bondadoso que el de Jimin, el joven lobo tenía la madera y temple que ellos requerirán en sus empresas y en sus vidas.

La comodidad del silencio que disfrutaban aquellos dos jóvenes se vio interrumpida por los señores Min; Haneul observo a su esposa Yoonhee con una muy amplia sonrisa, ambos miraron ahora al chico de piel clara que justamente pasaba por allí.

— Jimin, querido—. Hablo la mujer mientras tomaba asiento junto a él. —Es una linda tarde del sábado, no te parece salir, no sé al acuario—.

— Seria genial, me arreglare y estaré listo en un momento—.

— No Jimin, mi esposa no habla de que vayas con ella—.

— En realidad, Jungkook no puede salir, tiene examen final—. Dice y el pelinegro baja su libro para asentir con un seco movimiento de cabeza.

— Eso tiene solución—. Dice la mujer levantándose.

— ¡Yoongi, querido! —. Corre hasta el chico que la mira, confundido lo toma del brazo jalándolo hasta el enorme sofá.

— Lleva a Jimin al acuario—. El rubio estaba a punto de inventar alguna excusa para no obligar a su hyung a salir con él, pero es Yoongi quien habla primero.

— Claro, Jimin, iremos en tu auto el mío está en el taller—. El rostro de Jimin toma un espectacular brillo, corre escalera arriba para alistarse lo más pronto posible, Jungkook sonríe al ver aquel acto, pero luego le gruñe a Yoongi. Este le devuelve la mortal mirada, y las chispas entre ellos dos terminan cuando es Jeon quien se levanta, hace una pequeña reverencia y chocando el hombro del pálido sale de la habitación.





...

Luego de más de una hora en la que Yoongi tuvo que esperar al rubio por fin se encontraban ya en el pequeño auto rojo de Jimin; el viaje fue silencioso, pero no incomodo, Yoongi se notaba sereno y no había molestia en su rostro como otras veces.

Llegaron al enorme y concurrido acuario, por ser día feriado las familias y niños que se encontraban allí eran demasiados. Jimin había corrido como niño pequeño dejando atrás a Yoongi, quien tuvo que gritarle para que se detuviera, su corazón casi sale de su pecho cuando vio como por poco el cuerpo de Jimin era arrollado por un auto, no fue más que el susto, pero eso basto para que Yoongi sermoneara al pequeño.

— ¿Puedo comprar un gorro? — . Pregunto Jimin.

— Si es lo que quieres, no tienes por qué pedir permiso—.

— ¿Y hyung también puede ponerse el gorro? —. Yoongi observo detenidamente aquel estante donde cientos de objetos relacionados con el acuario estaban, estuvo a punto de negarse, pero la cara emocionada de un rubio le pudo más, se acercó y tomo una sencilla gorra con un pescadito amarillo en ella, pero cuando volteo a enseñársela a Jimin, este tenía el peor gorro que él jamás hubiera visto, tejido y de color gris simulaba un tiburón.

— ¿Hyung? —. Puchero Jimin, Yoongi desistió de su simple gorra y tomo uno parecido a la de Jimin.

Se sentía ridículo con eso en su cabeza, pero el rubio parecía mucho más feliz y eso podía tomarse como recompensa para Yoongi.

— ¡Una foto! —. Dijo emocionado, tomó su celular y se acercó a Yoongi quien no se quejó y aceptó el ser fotografiado, miro la cámara fijamente, observo en la pantalla la enorme sonrisa que Jimin tenía y le fue imposible no sonreír igual. Jimin chillo por la bonita imagen y aunque comenzó a caminar Yoon pudo escuchar perfectamente como decía algo de que era perfecta para el álbum.

— ¿Qué jodida cosa es eso? —. Dijo Yoongi acercándose a uno de los cristales observando con terror uno de los peces.

— Los peces abisales son especies acuáticas hyung y habitan en las profundidades, son realmente feas, les gusta la oscuridad como a hyung... ¿no viste buscando a Nemo? —.

— Pues sí, tú me obligaste a verla—.

— Cierto—. Yoongi sintió la decepción en aquella palabra y cambio de tema, a pesar de todo en su mente nunca estaba lastimar al rubio, pero Jimin era tan persistente que Yoongi recurría a una personalidad agria para buscar su cometido.

— ¿Y eso que es? —. Pregunto señalando cualquiera de los muchos peces.

Jimin se acercó para ver de qué hablaba su Hyung. —Es un pez gato cristal, son fascinantes, les gusta comer alimentos frescos o secos, pero prefieres alimentos vivos, son muy bellos, lastimosamente no viven mucho y odian la soledad, tienen que vivir con compañía siempre—.

— Ya recuerdo, es el que querías una vez ¿cierto?, creo que alguna vez me dijiste que debía comprarte uno, trabajé todo el verano para conseguirlo y cuando lo hice Kook se lo comió, siempre dije que era una malnacida piraña—.

— Ah, sí, recuerdo también, pobre kookie, lloro mucho, creía que era una goma—.

— Nunca supe porque te gustaba, era espantoso—

— Bueno hyung, solo tenía 7 años, creía que era medio invisible y pues quería un pez... invisible—. Susurro esto último sintiéndose algo tonto por sus antiguos sueños.

— Eras un niño raro—. Yoongi sonrió tocando la punta de la nariz de Jimin, quien se sonroja ante aquel pequeño gesto.

— Es sorprendente que aún tengas recuerdo de eso hyung—.

— Solo tengo buena memoria—. Dijo y Jimin asintió, no quiso decir nada más, pero ambos sabían que mentía, la memoria de Yoongi era tan mala como la de todos aquellos peces; Yoongi continúo caminando y Jimin sonrió de lado mordiendo su labio llenando su pecho un poco más de felicidad.    

A boy? ((OMEGAVERSE )) YOONMIN (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora