Sin Límites

11. Tomando decisiones.

Mi cuerpo está tenso, siento la mirada directa de Alexis sobre mí, Matt me ve sonriendo y Emma está en medio de todo sin saber qué hacer. Le lanzó una mirada esperanzada a que reaccione, a que me ayude, le pido a gritos con los ojos que haga algo, suspiro con alivio cuando toma aire dispuesta a abrir la boca.

—Matt, necesito en serio tu ayuda con urgencia —dice rápido, él la ve confundido, pero se deja arrastrar por ella hasta su habitación.

Suspiro una y otra vez, recobrando el aliento y mínimamente la calma, doy un paso hacia el frente, dándole la espalda, me erizo al sentir sus pasos acercarse.

—¿En el periódico? —pregunta intrigado, sus manos sobre mis hombros me giran para estar frente a él, sus ojos azules me escrutan una vez más.

—Sí, trabajé como secretaria por unos días, pero el pago era tan poco que renuncié para buscar algo mejor —hablo rápido y con torpeza y él solo me ve con el ceño fruncido.

—Le gustas —afirma, sonrío nerviosa y evito sus ojos.

—¿Umm?

—No te hagas la tonta, sabes de lo que hablo... Le gustas a ese Ken. —Río divertida por la manera en la que suena lo que acaba de decir, él me ve fijamente y cuando mi ataque pasa, sonríe él.

—¿Tenemos que hacer algo mañana? —Intento cambiar el tema.

—No lo sé, dime tú. —Se acerca, me intimida y lo sabe, relamo mis labios, intento decir algo pero no puedo porque se pega a mí—. Quieres que me vaya, ¿cierto? No te gusta que ese sujeto, que te llama Nena, te vea conmigo.

—¡Alexis, no es así! —digo intentando alejarme de él, la palma de su mano empuja mi espalda contra su cuerpo—. Me pones nerviosa, me siento acorralada, no me gusta esa sensación.

—Lo siento. —Me suelta poco a poco—. Nunca ha sido mi intención hacerte sentir así, sé que he sido un poco insistente, pero me gusta lo que veo, me agrada quien eres.

—Basta —digo enrojecida, su nariz roza la mía, abro los labios un poco y él ríe.

—Te gusta este juego. —Arquea una ceja y yo niego riendo.

—Si no fueras mi jefe, tal vez.

—Me tengo que ir. —Me corta tajantemente, asiento y camino hacia la puerta con él a mi lado.

Me apoyo en el marco de la puerta, él se acerca y besa mi mejilla derecha.

—Espero que me llames si hay algo que hacer.

—Al menos mañana no lo haré, tómate el día y descansa... Cuídate, nena. —Imita la forma de hablar de Matt, logrando que no pare de reír.

Cierro la puerta y al fin me siento a salvo, aunque no me gusta la presencia de Matt en mi departamento, tengo demasiados problemas para estar lidiando con uno más.

—¡Pau! —grita Emma desde su habitación.

—Aquí estoy —respondo entrando.

Veo a Matt y después a ella, no sé cómo logro contener la risa, ella me da la espalda y Matt me ve.

—¡Listo! —Salta de la pequeña banca donde estaba y sonríe—. Se me hace tarde para llegar al partido, ya sabes, tengo que cubrir la serie regular. Solo venía a saludar rápidamente.

—Lo entiendo, gracias por venir —respondo ignorando los gestos de Emma que solo me hacen reír.

Se le nota incomodo y con deseos de salir corriendo. Mordiendo mis labios para no reír, salgo tras él de la habitación, no dice una sola palabra mientras caminamos hacia la puerta, debe estar pensado que soy de esas tipas locas desesperadas por un novio.