Del amor al odio

Capítulo 20

¡Último capítulo!
*Según lo que leí, el "sparrow" era el apellido de Jack, pero en la quinta película resultó ser un apodo con la que se le conoció, así que, como este fic se basa en la película decidí quedarme con eso. Solo quería aclararlo.

Casi un año habían pasado desde que la leyenda de Jack había pasado de boca en boca hasta que no había pirata alguno que no conociera a Jack "sparrow", nombre que se había ganado por haber estado en la cofa y desde allí atraer al mismo capitán Salazar hacia su muerte. "Tan pequeño, pero tan listo como un gorrión alborotado arriba en la cofa" habían sido las palabras de uno de los tripulantes de la Wicked Wench, solo eso había bastado para que Jack obtenga su conocido nombre.

Aquella leyenda había llegado a los oídos de la armada española y, por supuesto, a la británica también, aunque para estos últimos eran noticias positivas. Con Salazar y el Sigilosa María fuera del mapa, los británicos aprovecharon la poca fuerza pirata para terminar el trabajo del español; sin embargo, ellos no eran como el capitán Salazar, la lucha no había dado buenos frutos y ahora, a casi un año de lo ocurrido en El Triángulo del Diablo, la población pirata seguía creciendo tanto en barcos como en personas. La piratería se recuperaba nuevamente.

Jack era capitán del Wicked Wench, lo había heredado al morir su capitán y la tripulación no podía estar más de acuerdo. Disfrutaba de la fama, la admiración y de los buenos beneficios que esto conllevaba. Exigía siempre que lo llamasen capitán y como tal, ya había hundido dos barcos británicos y uno español, estaba realmente disfrutando de muy buenos tiempos. Joven, respetado y cada día con más riquezas. Las damas no le faltaban tampoco, ya no recordaba la última vez que había extrañado el calor de un cuerpo y la suavidad de unos labios, tenía eso ahora en cantidad. Aunque admitía que, en ocasiones, mientras disfrutaba de un encuentro apasionado con alguna fémina, cerraba los ojos y recordaba la primera noche que había estado con el capitán español. Después de casi un año de lo ocurrido, uno que otro joven se le había insinuado, pero a él simplemente no le llamaba la atención, a él solo le había gustado un hombre y nadie se igualaba a Salazar. No lo extrañaba, pero solía preguntarse qué hubiese pasado si él no hubiera muerto, si hubieran estado juntos. Era extraño, pero era cierto, Salazar era y siempre sería el único hombre en su vida.

-La flota entonces es ahora de ocho barcos, capitán-

-Muy bien- respondió Jack sin prestar atención

- ¿Capitán? -

-Está bien... sí-

Jack estaba tumbado en una cómoda y acolchonada silla en su camerino, recibía los informes de su primero al mando. Una rubia, casi de su misma edad, estaba sentada en sus piernas mientras le acariciaba sus pectorales suavemente, tenía una botella de ron casi vacía en la mano y su mirada estaba en la nada, sus pensamientos lo habían traicionado llevándolo a los ojos del capitán Salazar.

-Capitán... ¡capitán! -

- ¿Ah?... ¿qué? -

-Sus barcos señor-

-Ah... sí ¿cuántos son? -

-Ay, Jack ¿en qué andas pensando, tontito? - la mujer rio divertida

-Oh, lo lamento, dulzura, te pagaré por las horas que estés aquí, no te preocupes- Jack le dio un gran sorbo al licor y luego continuó - ¿Cuántos dijiste que eran? -

-Ocho, capitán. Su flota es ahora de ocho barcos-

-Perfecto, podremos sacar del camino a los camisetas rojas-

- ¿Saldremos ahora, capitán? -

Jack hizo un puchero pensando en su respuesta. Había estado planeando un ataque sorpresa a la armada británica hace varios días, varios barcos habían estado interrumpiendo sus viajes, quería deshacerse de ellos atacando el puerto durante la noche. Ese viaje consistía de unos cuatro días máximo y tenía que llevar más barcos con él, ya que en el camino tendría que enfrentarse al menos con dos barcos enemigos, necesitaba refuerzos.