Capítulo 9

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Salazar era un hombre que se rodeaba de amigos y familiares, pero siempre prefirió mantener su casa en soledad. Los sirvientes se iban luego de terminar sus labores, que prácticamente era mantener la casa ordenada y limpia y hacer la comida solo para una persona. El español había perdido a su esposa dos años atrás y nunca habían tenido hijos. Por eso, llevar a Jack no era un problema; era el lugar más seguro en realidad.

Al llegar no demoraron mucho en subir al dormitorio y terminar lo que se había empezado en el Sigilosa María. Jack descubrió un lado totalmente opuesto a lo que conocía de él, ese lado que solo afloraba cuando la persona realmente se había enamorado. Teniendo eso en sus manos y usando las palabras correctas, Salazar aceptaría finalmente irse con él y el Reina Isabel.

Y así lo convenció.

Habían pasado casi toda la noche ocupados en besos, caricias y todo lo que esto conllevaba. Ahora, satisfechos de unas horas de mucha pasión, simplemente estaban en la cama conversando tranquilamente.

-No puedo creer lo que me dices, Jack-

Comentó Salazar con la mirada perdida en el techo de su habitación.

-Bueno ¿por qué mentiría? Todo pirata sabe de mis historias, a veces me sorprende que tu gente no lo sepa. Ustedes están siempre a nuestras espaldas-

-Pero eras tan solo un niño cuando decidiste escapar para ser un pirata ¿por qué? -

-Siempre anhelé la libertad, bajo el cuidado de la familia de mi madre jamás la hubiera conseguido-

Salazar rio divertido, al mismo tiempo que giraba su cabeza para verlo a los ojos.

-Ay, ahora entiendo por qué mi propuesta fue rechazada-

Jack se encontraba echado sobre su pecho con la almohada enredada entre sus brazos para que sirviera como soporte para su rostro.

-Para aceptar una propuesta, esta tiene que ofrecerte algo muy tentador. Cosa que no tenía la tuya, pero la mía, en cambio, te ofrece una total libertad personal-

-Y amor, hombre. Y amor- dijo Salazar

Jack no quiso responder, sabía que eso nunca pasaría. Solo asintió con una sonrisa y acarició suavemente el rostro del español.

-Mañana en la noche nos llevaremos el Reina Isabel y partiremos a una nueva vida-

Salazar volteó su cuerpo para mirar con más comodidad al joven pirata. Aun le era difícil creer que realmente accedía al plan de Jack.

- ¿Cuál será el puerto en el que desembarcaremos primero? -

-Tortuga-

- ¿Tortuga?... No creo ser bien recibido ahí-

-Al contrario. Ese lugar está lleno de ebrios piratas que no saben ni siquiera en dónde están parados. Soy el único pirata que conoce tu rostro a la perfección y podría reconocerte sin el uniforme. Solo necesitas cambiar de estilo, soltarte el cabello, ponerte un sombrero y no habrá problemas-

El español mantenía el ceño fruncido, demostraba su poca fe en el plan del joven.

-Estarás bien, confía en mí-

Jack imitó los movimientos de Salazar para que así ambos queden cara a cara.

Se miraron en silencio durante unos segundos.

-Recuerdo que cuando mi padre intentaba explicarme lo que era el amor, él solía decir que era como tener una llama encendida dentro de tu pecho-

Jack frunció el ceño extrañado.

Del amor al odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora