Capítulo 13

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  Salazar estaba atado al mástil en medio de la cubierta, así lo había mandado Jack, no confiaba en el español, así que era mejor tenerlo en frente cuidando sus movimientos. El barco se dirigía a ese lugar, todavía secreto para los españoles, donde los cinco barcos que quedaban estaban siendo restaurados y equipados como podían.

Salazar pudo escuchar dónde se encontraba ese lugar, así que ya sabía ahora hacia dónde dirigir el Sigilosa María, pues estaba seguro que su nave estaba cerca. Conocía bien a Lesaro, un hombre astuto que conocía a la perfección su nave, pues, a pesar de ser un buque de guerra pesado, sabían cómo hacerla veloz cuando el momento lo ameritaba. Para buena suerte de ellos, no habían necesitado usar esa estrategia con tanta regularidad, por lo que muy pocos sabían de ello, incluyendo a Jack. Creyendo que simples barcos españoles estaban acechando, no estarían preparados para un ataque sorpresa del Sigilosa María y mucho menos cuando el navío sabía ser "invisible" en la penumbra de la noche. 

Salazar sonreía malicioso y en silencio durante el viaje. 

-Capitán, el clima está empeorando- 

-Atentos a cualquier pequeño haz de luz que vean entre la niebla, esos navíos tienen la misma desventaja que nosotros- contestó Jack mientras dirigía la nave 

- ¿Preparamos los cañones, capitán? - 

-Sí, estén listos. Seremos nosotros los que atacaremos primero- 

La calma en el viaje se hizo presente en los siguientes minutos, Jack dudaba ahora que los barcos estén cerca. Pero prefería mantener la alerta en la tripulación hasta llegar, aún faltaba poco más de una hora de viaje, según sus cálculos.

Jack dejó a su primero al mando en su puesto y bajó a cubierta a buscar una botella de ron, no pudo evitar cruzar miradas con Salazar.

Decidió acercarse a él, después de todo, así como estaba atado no podría hacer nada.

- ¿Tienes frío? Creo que puedo conseguirte ropa en mi camerino- 

A Salazar no le faltaban ganas de tomar al muchacho y con sus propias manos romperle el cuello. 

Jack se acerca lentamente al rostro del español con una sonrisa, mientras sus ojos lo miraban intensamente. 

-No pienses que todo fue mentira, a mí también me gustó lo que pasó allí arriba en el puesto del capitán-

Salazar empezó a jalonear su amarre para poder soltarse y golpear a Jack, pero era imposible, las cuerdas rodeaban varias veces su cuerpo inmovilizándolo casi en su totalidad. 

-Yo mismo me encargaré de borrarte esa sonrisa. Disfrutaré el verte morir- 

- ¿Tanto como lo hiciste cuando repetías mi nombre esa noche que me llevaste a tu habitación?

Jack emitió una risa burlona, Salazar estaba perdido, no podía hacer nada contra él ahora. 

-Son buenos recuerdos, los atesoraré por siempre-

El joven pirata dio media vuelta y entró al camerino. Como buena tripulación, habían dejado dos botellas de ron para él, Jack no podía estar más agradecido, empezó de beber de una rápidamente. 

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-Capitán, barco a la vista. Es el Reina Isabel-

Lesaro tomó el catalejo del oficial y observó el navío que a lo lejos se hacía notar entre la niebla gracias a las luces de las lámparas. El clima no le permitía distinguir bien a las personas moviéndose en cubierta. 

-Preparen los cañones y todavía no prendan ninguna lámpara- 

- ¿Los cañones, señor? ¿Hundiremos uno de nuestros barcos? - 

Del amor al odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora