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Justin's Point of View.
Los acordes de The Feeling retumbaban en Staples Center, bebí agua en un extremo del escenario y sequé con una toalla el sudor que corría por mi frente. Con una goma para el pelo, me lo sujeté para evitar que me diera en la cara y cuando estuve listo, me acerqué el micrófono para empezar a cantar la letra de la canción.
"You are to me. A part of me just like anatomy, oh. You're pulling me. You're pulling me in like you're gravity, oh."
El público gritaba y me enfocaba con las cámaras de sus teléfonos a cada movimiento que daba. Me sentía bien esa noche, después de todo el caos que había en mi vida por culpa de Sydney, había logrado estabilizarme un poco. En cierta medida, me sentía bien porque ella estuviera asistiendo al concierto, su presencia me hacía bien, ella era todo lo que necesitaba aunque me doliera admitirlo.
La amaba con todo mi corazón. Y odiaba que ella estuviera pensando en otro que no fuera yo.
"I'm notorious for thinking you're full of beautiful, instead of hollow... Sugar on your lips, it's hard to kill. Jagged like a pill, so hard to swallow."
Mi voz apenas salía con fuerza frente al micrófono, mis fans me acompañaban pletóricas y llenas de emoción así que decidí dejarles el estribillo con Halsey para que pudieran cantarlo. Una sonrisa salió de mis labios escuchando su reacción y levanté la mirada hacia el extremo en el que estaban sentados mis amigos y la chica a la que ahora no podía llamar novia, porque solo nos unía un contrato como pareja.
Continué cantando la canción sin moverme de aquella zona, no podía dejar de mirar y señalar hacia dónde se situaban. Porque me era inevitable no cantarla sin que los recuerdos acudieran a mí. Era prácticamente imposible.
Recibí el golpe de un cojín por la espalda y eso, junto con las carcajadas de Sydney, provocó que abriera mis ojos con pesar. Continuó lanzándome el resto de cojines que había sobre la cama y su risa no cesaba, porque parecía divertirse cuando me molestaba o, mejor dicho, le pareció interesante romper mi sueño de aquella manera.
─¡Despierta ya, baby! –Gritó entre risas.
Me giré con la ceja levantada. Viendo como agarraba el cojín más grande y antes de que me lo lanzara, decidí levantarme para intentar devolvérselo con la misma moneda. Sydney salió corriendo por la suite en la que estábamos hospedados. Habíamos viajado a Noruega con la intención de pasar desapercibidos o al menos, tener un poco más de intimidad que la que teníamos en Los Ángeles.
Y podía decir que lo habíamos conseguido. Porque aquí los paparazzis no nos persiguieron y pasamos desapercibidos ante la gente.
─ ¿Con esa energía te despiertas por la mañana? –Me reí corriendo aún tras ella, dando vueltas alrededor de una de las mesas que había en la suite.
