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Seguramente sabía que me metía en un sitio donde terminaría con quemaduras. Pero me hacías sonreír. Mucho. Que fui incapaz de evitarlo. Y por un tiempo también fui gilipollas, pensando que dejarías todo ese presente que suenan tan a pasado, por mí.
Me creía eso de que mañana lo dirías todo. De que realmente me querías a mí. Que ya no aguantaba más. Supongo que no me di cuenta de que eres de esas personas que lo quieren todo. Y todo no se puede. Salvo que mientas. Y en eso rozas la perfección. Por lo menos hasta que te acuestas y te pones a pensar.
Y aún ahora desde fuera sigo viendo que sigues igual. Que sonríes en las fotos como si no hubiera pasado nada. Aún me escribes de vez en cuando, supongo que por tu afán de no apagar nunca las llamas. Igual la razón es que preferiste mentir y callar a dar la cara.
Pero seguramente lo peor sea cuando uno se miente a sí mismo. Como hice tanto tiempo. Yo, que te hubiera dado todo.
29 noviembre, 2016.
Bajé del escenario cuando terminó el concierto de Purpose Tour. Había sido el turno de Londres. Sonreí satisfecho dando por finalizada la ronda de conciertos por Europa y sobre todo, una etapa más. Porque hasta febrero no volvería a retomar la gira. Estaba siendo bastante exhausta pero con el apoyo de la gente que me quería, lo estaba logrando.
Sobre todo después del mal momento que atravesé queriendo olvidar a Sydney. No había sido fácil, para nada. Pero podía decir, que gracias a las decepciones que envolvieron nuestra relación, ahora era mucho más fuerte.
─ ¿Vienes a cenar o te vas a descansar al hotel? –Preguntó Nick, apareciendo por allí junto a Fredo.
─ No, iré al hotel. El jet sale de madrugada y quiero descansar un poco. –Sonreí de lado.
─ Nosotros nos apuntamos a la cena. –Christian y Delia caminaron hacia ellos.
Me encogí de hombros conteniéndome la risa y tras coger varias botellas de agua me fui hacia la furgoneta dónde me esperaban mis guardaespaldas. Era tarde y quería descansar.
─ No te olvides de mí. –Murmuró Neil apareciendo por detrás y levanté la cabeza antes de cerrar la puerta del coche.
Sonreí y me aparté para que se sentara a mi lado.
─ ¿Vemos alguna película antes de irnos? –Le cuestioné cuando dejé descansar mi cabeza en el asiento.
─ Claro, pero pensaba que tenías pensado dormir.
─ Dormiré en el jet, son demasiadas horas.
Neil asintió y miró su teléfono con una sonrisa en su cara.
─ ¿Vas a dejar de hablar con Mía o me voy a tener que poner celoso? –Gruñí con aparente molestia, pero finalmente acabé riéndome por la cara que puso─ Es broma, Ken, sé mis privilegios. –Le di un codazo.
