Capítulo 4

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Rylie en multimedia.

-Odio ser el soplón pero si no me explicas que pasó anoche simplemente contaré todo a tía Melany -vi su expresión burlona-. Oh, no te rías querido primito, tomé fotos para que me creyeran y lo van hacer.

-Te odio - se levantó de su cama y miró por la puerta, la cerró y volvió a mí-. No es sencillo de explicar porque casi no sé que sucede -tomé aire para gritar pero su mano tapó mi boca-. Te estoy diciendo la verdad, sólo sé que los hermanos Ry son peligrosos ¿ok? Solo no les busques peleas, no te acerques, sigue derecho y no les hagas mal a ellos, sólo dales cumplidos cuando lo pidan y sigue el juego así no quieras hacer mal a otros, es la única forma para sobrevivir en el instituto.

-¿Qué?

-Ah, y no te acerques a Benny Wells, es el muñeco de burlas de los Ry -abrió la puerta de su habitación y me arrastró hasta ella.

-¿Los Ry? -pregunté antes de que me cerrara la puerta en la cara.

-Sí, los hermanos. A Ryan ya lo conoces y a Rylie la conociste ayer regando malteadas. Los hermanos Ry.

(...)

- ¡COREY! -gritó mi querido primo con su cara roja y sus lentes volteados y un mechón de cabello que le caía en la frente-. No solo haces que se me haga tarde sino que dañas como voy vestido.

- Aburres de esa forma, agradéceme luego -chasqueé los dedos y me fui a seguir explorando el instituto-. Vete, puedo sobrevivir sin ti -sin esperar su respuesta atravesé dos puertas de madera que llevaban a la cafetería.

- ¡Te vas a perder idiota! 

Mi primo calló al instante que entró. Rylie me observaba con sus grandes ojos azules como si intentara buscar alguna respuesta en mi interior, pero me concentré en el chico tirado en el suelo intentando pararse y un Ryan torturándolo sin darse cuenta de nuestra prescencia.

Al demonio, me vale huevo su fama de mierda.

- Ni se te ocurra, Coral -me dijo entre dientes mi primo pero hice caso omiso del apodo y de todo lo que saliera de su boca.

- Déjalo en paz Ryan, lo torturas desde que te conozco -dije con la más seriedad que pude. 

- No te metas en mis asuntos, es mi marioneta, mi juguete, mi saco de boxeo y muchas cosas más, a menos que desees tener su lugar -sonrió y sus pómulos un poco rosados me dieron nauseas.

- Te ayudo a levantar -pasando de largo de Ryan, levanté al chico con cuidado y pasé su brazo por mi hombro, tomé su bastón y me comencé alejar.

-Esto no se queda así -murmuró Ryan y sentí sus pasos tras de mí. La campana sonó y alumnos no tardaron en aparecer, muchos callaban al ver los Ry y otros murmuraban viéndome con el chico blanco. No importó, Ryan continuó.

- Ryan detente -como buen latino volteé mi cabeza como el exorcista y observé a Rylie tomando sus cosas y tomando a su hermano por el brazo-. Es hora de irnos.

- Te vas arrepentir -me advirtió Ryan y salió primero que su hermana. Ella, mirando directo a mis ojos sonrió y desapareció por la puerta dejándome un interrogante en la cabeza.  

(...)

- Te debo esta vida y la otra, gracias muchas gracias... ¿Cómo te llamas? -el chico blanco y un poco ojeroso que rescaté.

Los Hermanos RyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora