Capítulo 14.

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-Oh vamos Corey -dijo Ryan con su palma en la frente.

-Yo no soy tan atlético como tú -dije mientras me atragantaba en agua por la increíble sed que me dominaba.

-Sólo has corrido un kilómetro, no es para tanto. Haces que pierda la emoción -dice con un puchero y se siento en el césped. 

No pude evitar imaginar a Rylie haciendo eso y una linda sonrisa se puso en mi rostro.

-¿Pucheros? Vamos amigo, soy heterosexual, tendrás que hacer algo mejor -dije y me golpeó en el hombro con más fuerza de la que pudiera imaginar.

-¿Sabes qué? Jódete -dice y comienza a correr para poder alcanzar al grupo que ya se había alejado mucho de nosotros.

Todo ha estado en paz en estos días, es increíble. He estado saliendo con los hermanos Ry y con Ben a pesar de que éste ha estado muy callado y hasta diría que temeroso cuando estamos con los Ry. Yo le he dicho que no hay de qué preocuparse, que todo estaba resuelto y si pasaba alguna cosa no dudara en decirme, así estaríamos bien entre todos.

He tenido la gran oportunidad de juntarme con Rylie y también con Ryan, ignorando cualquier mirada o aviso de mi primo diciéndome que puedo estar cometiendo un gran error pero ya no me importa. Rylie ha hecho de cuenta que nunca me he confesado delante de ella o de nuestro presunto casi beso, y eso me parece excelente.

-¿Ya te cansaste? -dice Ben cuando llega a mi lado y se detiene. Para él es sencilla esta clase, su condición física y su dependencia de un bastón hace que el entrenador no lo obligue a correr, sino a caminar al paso que Benny desee.

-¿Crees que un kilómetro es poco? -digo en mi defensa y me acuesto sobre el césped.

-Cuando podía correr lo consideraba la distancia mínima -sonríe y yo ruedo los ojos.

-Son unos engreídos.

-Claro que sí, deberías aprovechar tus piernas estables -hice una mueca.

-Lo sé -lo miro-. Lo siento.

-No hay por qué.

Se formó el silencio más incómodo de toda mi vida. Así que me dispuse sólo a mirar el cielo frente a mí y a pensar en otros asuntos como: Qué estará haciendo mamá o papá o si aún recuerdan que me tienen aquí votado. Blanqueo mis ojos ante ese pensamiento que es interrumpido por la melodía de un celular.

Miro a Ben y lo escucho murmurar con un poco de enojo. Su ceño se frunce y luego sus ojos se abren tan inmensamente que pareciera que se fueran a salir, su cara se llena de ira y sólo se va con la velocidad que su querido bastón le permite. Yo me siento confundido y miro en su dirección y podría jurar que estaba gritando por su celular para luego colgar y guardarlo en su bolsillo, sin embargo no se detiene. Lo pierdo de vista cuando entra de nuevo al instituto así que me pongo de pie dispuesto a seguirlo.

-Que bueno que ya decidió parase Clayton -dijo el entrenador con voz fuerte-. Veo que tendrá que correr otro kilómetro para recompensar su baño de sol. Corra antes de que reconsidere mandarlo a detención.

-Enseguida -miro el instituto y luego miro la cancha para correr entorno a ésta.

(...)

Estoy solito. Y a pesar de que ame la soledad pues en estos momentos no quiero estarlo.

Cuando terminó la clase de educación física no vi a Ryan ni a Benny por ningún lado. Cuando fui a la cafetería tampoco a Rylie con sus amigas, lo cual era extraño, siempre la podía encontrar ahí. Sin más opciones me uní a mi primo en su mesa con sus amigos.

-¿Y por qué no estás con los Ry y el chico del bastón, Corey? -me preguntó un chico de ojos verdes y yo solo subí mis hombros. No le tengo que dar explicaciones a nadie.

-Yo también me pregunto lo mismo -dijo en un susurro Louis y yo lo miré aburrido.

-Eres  un chismoso -digo y tomo mi bandeja para llevarla a su lugar con las demás bandejas encima de una mesa.

Me compro un jugo en caja y salgo de la cafetería mientras busco algo mi celular. Algún PDF que tenga pendiente por leer, en ves de concentrarme en buscar algún libro por ahí me fijo en la figura que camina a paso lento a un lado mío.

-¿El entrenador se enteró de que me fui? -preguntó Ben a mi lado y yo lo miré alzando una ceja.

-Agradece que no -dije con detenimiento y observé que se había cambiado de ropa.

-Menos mal, temía ir a suspensión -sonrió.

-¿Por qué te fuiste? -pregunté.

-Tenía que arreglar un asunto importante en casa -detuve mis movimientos y me crucé de brazos.

-¿Era necesario el cambio de ropa? 

-Es necesario cuando tu hermano te arroja una jarra de jugo encima -dice también deteniéndose y mirándome a los ojos.

-¿Tienes un hermano? -dije algo incrédulo. Nunca escuché mencionarlo.

-Sí, Corey, tengo un hermano del cual no hablo mucho porque no nos llevamos tan bien.

-Oh -digo y me siento estúpido por este interrogatorio-. No te sientas presionado, solo te vi muy enojado cuando contestaste tu celular -algo en su expresión cambia, es distinto, noto su nerviosismo pero contesta tan relajado que dudo de mi análisis.

-Tenía un control por mi lesión, alguien que podría decirme que nunca volvería a utilizar mi  bastón en la vida, pero ese mismo día tenía una cita con el doctor para evaluar si mi discapacidad empeoraba o mejoraba -dice.

-No comprendo, ibas a ir a diferentes lugares para que te dijeran lo mismo -no pregunté, confirmé y él negó.

-Es normal mis citas con el doctor para ver mis mejoras, pero el otro era como un cirujano, o eso dijo mamá, que me evaluaría para darme algún tipo de esperanza -se encogió de hombros y yo asentí-. Mi hermano aplazó esa cita con el cirujano para que fuera con el de compras porque no quería ir solo. La aplazó para dentro de 3 meses, eso fue muy frustrante para mí y ya no pude hacer nada.

-Lo lamento mu... -la melodía de su celular me interrumpe y él hace una mueca de disculpa.

-Es mi hermano -dice con tristeza y contesta alejándose de mí para hablar con privacidad.

Por mi parte retomo mi camino por el pasillo perdiendo la voz de Ben. Después de andar tranquilamente hasta encontrar un sitio dónde leer. Oigo los sollozos en uno de los baños de chicas y es justo de una chica, valga la redundancia. Me hago al lado de la puerta y se escucha que llora fuerte, intento girar el tomo de la puerta pero está con seguro.

-¿Hola? ¿Oye te encuentras bien? -digo y escucho como paran los sollozos-. Oye, no te preocupes, si no quieres hablar conmigo puedo llamar a alguien -nada-... o si quieres puedo irme y haré de cuenta que no escuché nada, probablemente ni nos conozcamos -digo como último recurso y como no recibo ni una respuesta, suspiro y tomo mi camino.

-Espera -esa voz tan conocida. Volteo y veo a Rylie con sus ojos rojos, haciendo que el azul de sus iris resalte.

Antes de que pueda preguntar qué le pasó, ella corre hacia mí y me abraza mientras junta sus labios con los míos. 

Los Hermanos RyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora