Capítulo 18.

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Habían unas cuantas personas en la cancha, unos apoyaban a Ryan, otros rogaban en silencio no ser los próximos de su enojo y otros simplemente apreciaban como Benny era golpeado. 

Rylie llegó antes que yo y entonces pensé que ella pararía la pelea de su hermano pero no fue así. De alguna forma me sentí decepcionado así que intervine yo.

Tomé el brazo de Ryan antes de que le diera un nuevo golpe a Ben. El chico de ojos azules me miró entre sorprendido y furioso, yo apreté el agarre en su brazo y lentamente lo fui alejando. Todo quedó en completo silencio. Empujé a Ryan hasta dejarlo al lado de Rylie, cuando me aseguré de que no haría ningún movimiento en falso, me giré hacia Benny.

Hice una mueca mientras me acercaba. Tenía su cabeza gacha mientras parecía controlar su respiración. Me agaché a su altura y le toqué su hombro.

-Pensé que esto había terminado -susurró y entonces alzó su cabeza. Su labio estaba partido y en su pómulo se comenzaba a formar un moretón.

-Yo igual -susurré de vuelta. Miré a los alrededores hasta dar con su bastón, lo alcancé y se lo di-. Vamos, tienes que levantarte. Hay que llevarte a la enfermería.

Con cuidado lo ayudé a pararse de su sitio, y sin mirar a alguien, fuimos en dirección de la enfermería. Cuando estuvimos allí, decidí esperar afuera mientras Ben era atendido. Mientras esperaba, observé la figura de Ryan pasar en dirección a los baños mientras miraba el suelo. No tardé en ir a seguirlo.

Cuando entró a los baños, unos segundos después salieron dos chicos. Aproveché y entre silenciosamente. Ryan se encontraba lavando su cara, echaba y echaba agua, y estregaba y estregaba, parecía querer arrancarse el rostro.

-Oh por Dios, no quiero a nadie aquí. ¡¿Es tan difícil entender?! -dijo con frustración y volteó a verme-. Puede que estés con mi hermana pero a mí no me causas nada. Vete de aquí.

Me centré en su mirada. Parecía agotado, cansado. No se veía satisfecho como en muchas otras ocasiones cuando ha golpeado a alguien o puesto en ridículo. Ryan no se veía bien.

-No te ves para nada bien -intenté acercarme lentamente.

-No me importa como carajos me vea. He dicho que te vayas -su mirada fue desafiante y me hizo detenerme.

-¿Por qué golpeaste a Benny, Ryan? -dije con cautela.

-Porque sí, porque quise y me divierte -se encogió de hombros-. Ahora hazme un favor y lárgate.

-¿Y por qué no te ves feliz? 

-Porque tú dañas toda mi diversión, maldición. Vete, en serio, hazlo por tu cuenta o yo lo hago -dijo exasperado y dio unos pasos en mi dirección.

-Solo quiero saber la verdadera razón y te dejaré en paz -alcé mis manos en señal de rendición.

-Se burló de la muerte de mi padre y le di su merecido. ¡LARGO! -un golpe impactó contra la pared y yo asentí.

Salí del baño cerrando la puerta con suavidad. Esperé unos segundos y escuché unos sollozos ahogados, y entonces me fui.

Encontré a Ben de pie al lado de la enfermería. Apresuré el paso y cuando lo tuve en frente lo miré con repulsión.

-¿Cómo quieres que las cosas cambien si tú mismo lo empeoras todo? -dije entre dientes y me acerqué más a él-. ¿Cómo planeas que no te traten mal cuando tú también lo haces?

Tomé el hielo que sostenía contra su mejilla y lo arrojé al suelo.

-¿Pero que estás diciendo? -su voz parecía asustada y entonces me alejé.

-Burlarse de la muerte de un padre no es de hombres. Madura Ben.

Me fui de allí, tenía que encontrar a Rylie.

(...)

Mordía mis uñas mientras iba de un lado para otro en la habitación de mi primo. Mis padres habían llamado a tía Melany hace unos tres minutos y estaba un poco ansioso por lo que podría ocurrir. Si todo salía bien llamaría a Rylie de inmediato.

-¿Se puede saber por qué estás tan ansioso? -dijo mi primo con disgusto-. Y no hablo de que el tío Noah haya llamado a mamá. Desde la mañana estás así.

-Pues cuando dejé a Ben en la enfermería intenté buscar a Rylie -expliqué-, pero no la encontré, entonces fui por Ryan al baño y tampoco estaban. No fueron a clases y no los vi en el recreo. No sé nada de ellos.

-¿Quién te preocupa? ¿Ryan o Rylie? -lo pensé un segundo y suspiré.

-Realmente me importan los dos -recordé lo sucedido en el baño.

-Si, claro -se formó un pequeño silencio en donde solo se oían mis pisadas de un lado al otro-. Creo que mamá ya terminó de hablar con mi tío -y ante esto la puerta de la habitación se abrió.

Paré mis movimientos y me sentí más nervioso de lo normal ante la mirada de tía Melany.

-Me imagino que tus padres te dejaban salir después del colegio y los fines de semana hasta la hora que te diera la gana -suspiró mirándome.

-La verdad tía, tenía un toque de queda hasta las diez de la noche en semana -dije un tanto pensativo-. Y los fines de semana tenía un toque de queda hasta las doce, pero eso era muy temprano así que iba a quedarme al apartamento del tío Thomas -asentí y me encogí de hombros, no era tan callejero igual. Al salir del colegio pocas eran las veces que llegaba tarde y solo era por proyectos en grupo, y los fines de semana solo salía con mi extrovertido tío-. ¿Por qué?

-Quiero volver a ver al tío Thomas, era muy divertido cuando estuve en las últimas vacaciones -dijo Louis antes de que Melany pudiese hablar. Yo asentí.

-Él se había ofrecido a cuidarme pero papá no me dejó -dije un tanto triste.

-Tú necesitabas disciplina, no empeorar -dijo tía Melany.

-Sólo dime si tengo permiso o no -dije con cansancio.

-Tus padres me pidieron que te diera el permiso, dijeron que de todas formas lo harías si te dijera que no -alzó una ceja y yo asentí, mis padres me conocían bien.

-Tía, créeme, yo hago las cosas con mucha amabilidad, pero no me impongas una regla, solo me dan ganas de romperla. Si tú me dices que es negro, yo solo diría que es blanco para llevarte la contraria -me senté en la cama junto a mi primo-. Quise pedir permiso porque quiero hacer las cosas bien.

Ella pareció meditarlo unos segundos hasta que finalmente asintió.

-Puedes salir con la chica, si quieres puedes traerla a casa a cenar si lo desean -me sentí muy feliz en ese momento pero solo me limité a asentir-. Mientras no dejes tus deberes de lado y no te metas en problemas, no habrá inconvenientes.

-Gracias tía.

(...)

Rylie, ¿te parece bien si salimos este fin de semana? 

A los segundos sonó mi celular.

Me parece bien. ¿En el parque de la otra vez? 

Ahí podemos encontrarnos, déjame sorprenderte.

Perfecto, ahí nos veremos entonces. Adiós Corey <3.

Y ante ese pequeño corazón me sentí desfallecer de amor.

Los Hermanos RyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora