Capítulo 10.

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Podía más o menos definir los sentimientos que corrían por mis venas y me agradaban, esa sensación de que vas a caer al abismo y aún así tú te apresuras en acelerar para sentir ese ensordecedor golpe que te hará desconectar cada uno de tus sentidos. Que importa, sentir esa adrenalina corriendo por mi corazón hace mis acciones más interesantes.

-Siento que esto va a salir un poco mal, Corey -dice Benny mientras echa el segundo tarro de pintura en el balde.

-¿Tú crees? -digo sosteniendo una cuerda muy templadamente-. Yo creo que saldrá genial.

-A veces creer no es suficiente -dice en tono melancólico.

-No quiero filosofías ahora, mi mente ya parece una -digo poniendo los ojos en blanco.

-Entonces se va a enojar, de eso no tengo duda.

-Cuando haces una broma estás dispuesto a recibir una igual o peor. Creo que soy piadoso con ella, ¿no te parece? 

-Creo que tienes razón.

-¿No que creer era malo? -digo con risa.

-Cállate -dice serio pero luego se le escapa una pequeña sonrisa.

Luego de unos treinta minutos, terminamos absolutamente todo lo que necesitábamos terminar. La soga colgada y templada que sostiene la puerta que al abrirla Rylie caerá sobre ella todo un balde de sólo pintura rosita para que luzca con ella y su ternura.

-Me iré entonces -dice Ben y acepto su despedida.

-Hola querida -digo coqueto por mi celular.

-¿Me estás coqueteando? -dice ella ofendida.

-Ya quisieras. Quería darte la ropa de tu hermano, no lo encontré y pues es más fácil dártela a ti -crucé los dedos para que aceptara, sería épico.

-Oh, era eso -dice en voz baja-. Claro, ¿dónde te veo? -reí mudamente.

-Estoy en la cafetería, te veo aquí en cinco minutos y entra por la puerta principal, la otra le están haciendo mantenimiento -dije tranquilo.

-¿Es en serio? Me tocará dar toda la vuelta -se escuchó un silencio-. ¿Y si vienes tú aquí?

-No me apetece, te espero diez minutos, si no vienes concluyo que la ropa de tu hermano no vale nada y se irá a la basura -digo sentándome.

-Está bien -dice y cuelga. No comprendí si eso era un okey de me vale un comino la ropa de mi hermano o un okey, voy para allá.

En cualquier caso, mi broma no sería un desperdicio, a alguien le caería y nunca sabrían que soy yo.

A final de cuentas, terminé acostándome sobre una mesa y comencé a pensar en uno que otro libro que he leído, había llegado a la conclusión de que hace tantas semanas que no leo ni lo mínimo y eso me tiene bastante desconcertado, pero da igual.

En medio de mi pequeño ensimismamiento, pues se me pasaron los diez hermosos minutos, sólo noté el ruido del balde y el grito de Rylie haciendo eco por toda la cafetería. Me levanté lo más rápido que pude y ver su cara de horror me llenó de risa y diversión mi cuerpo, se intentó acercar a mí con mucha furia pero cayó de inmediato al suelo recibiéndola un gran y feo golpe pero a pesar de que me divertía demasiado, fui de inmediato a ayudarla...

...Ayudándola a parar, hizo que me llenara de pintura terriblemente y así ella comenzó a reír, quise mostrarme enojado pero me daba risa también así que sólo la acompañé. Reímos y reímos por un buen rato hasta que notamos que nos encontrábamos demasiado cerca el uno del otro, quise acercarme y acariciarle su bonito cabello ahora azul pero no me atreví, tan solo comencé a dar pasos hacia atrás manteniendo sus ojos en los míos. Di uno, di dos y tres, pero ella me siguió y a la final yo me detuve, Rylie dio el cuarto paso y yo acorté esa pequeña distancia entre nosotros. Era el beso más extraño y sensacional que había dado, simplemente era magnífico.

Aunque sólo duró muy poco, a los segundos parecía que recordamos que éramos nosotros y nos alejamos rápidamente.

-¿Qué...pasó? -dijo lentamente Rylie.

-Un gran error, claramente -dije agachando cabeza, estableciendo un espacio.

-Tienes razón -dijo ella cuando la vi a los ojos.

-Espero te haya gustado mi broma y no me vuelvas hacer una. Adiós -tomé mi mochila y, literalmente huí de la presencia de Rylie.

Estaba asustado y a la vez emocionado, la verdad no tenía idea de lo que abarcaba mi cuerpo pero era una mezcla tremendamente deliciosa. 

En los baños noté que estaba lleno de pintura y ni me importo. Esta era la mejor broma que había hecho en mi vida. Resultó mejor de lo que yo había planeado, luego hablaría con Rylie sobre lo sucedido porque yo sí sentí algo en cada segundo, sentí que mi alma se encendía y todos mis sentidos gritaban que sí cuando las advertencias de alejarme gritaban a coro que, es más divertido la parte donde le llevamos la contraria a nuestra vida.

-Tú -dijo un chico cuando entró en el baño y me vio por el espejo.

-Yo -contesté.

-¿Tú eres Corey Clayton?

-El mismo -dije mientras quitaba un poco de pintura de mi cara.

-Benny te necesita -abro los ojos pero desaparece antes de que me dé tiempo a preguntar qué significa lo que dijo. Tomando sabias decisiones, decido dejar la tarea de quitarme la pintura para después y salgo de inmediato a buscar algo raro de lo normal. 

-¡Vamos Ryan! -escuché a varios chicos gritar a la salida del instituto. Sospeché lo peor al escuchar ese nombre y salí corriendo en dirección a la puerta pero ésta estaba cerrada. Mis pulmones se quedaron sin aire cuando vi a Benny tirado en el suelo siendo golpeado por pateadas y un tanto mojado de pintura.

-¡Ábranme! -grité e hice la fuerza que pude a esa puerta pero era imposible-. ¡Ryan! -era en vano, nadie me escuchaba y era una pérdida de tiempo, sin embargo continué golpeando y lanzando patadas a la puerta, sentía que la quebraría pero no me importaba.

Era desgarrador ver lo que le hacían y simplemente no era justo, me dolía bastante verlo así. Lo veía luchar, intentaba agarrar su bastón pero Ryan le seguía lanzando patadas que pareciera que lo fuese a matar. Esto era el colmo. A la final sentí mucha impotencia y recosté mi frente delante del vidrio de la puerta. Pensé y pensé hasta que recordé que las ventanas eran sencillas de saltar sin quebrarme un pie y eso fue justo lo que busqué hacer. Tomé el impulso para salir a correr cuando algo me dejó sin aliento.

-Vamos Rylie, hermanita, tú coronas -dijo Ryan. Retrocedí mis pasos dados y observé a Rylie con un gran bote de pintura...

No Rylie, no lo hagas.

 ...Rylie le arrojó toda la pintura contenida dejando empapado a Benny desde su cabello hasta los pies.

¿Ese sentimiento de amor que sentí hace un rato? Desapareció.


Perdón la demoraaaa.

LOVE <3

Los Hermanos RyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora