¿SALIR?.
Aquel pelinegro gruñó mientras se revolvía en su cama. El maldito sol que se colaba por su ventana le había dado en toda la cara, despertándolo. Apretó sus ojos intentando volver a conciliar el sueño y se cubrió con su colcha hasta la cabeza para que el sol ya no lo molestara.
Un momento... ¿el sol?.
Abrió sus ojos exaltado mientras se sentaba en su lugar. Comenzó a buscar su celular pasando su mano por sus sabana hasta que lo encontró. Lo encendió para ver la hora.
7:03 a.m.
Las clases iniciaban a las siete en punto.
Mierda.
Corrió lo más rápido que pudo a su armario, tomó el primer pantalón y camiseta que encontró limpios y se adentró en el baño. Minutos después salió "peinado" y con su camiseta puesta, mientras intentaba terminar de lavarse los dientes y al mismo tiempo lograr meter la otra pierna al pantalón.
Una vez listo bajó corriendo las escaleras y se adentró a la cocina, encontrando a su hermana desayunando tranquilamente mientras hacía sabe que cosa en su celular. Miguel fue directo a la alacena.
— ¡¿Por qué no me despertaste, María?! —preguntó exaltado sacando una rebanada de pan tostado.
— Primero que nada, no me digas María, y segundo, ¡lo intente!, ¡pero es imposible despertarte! —el Canela menor se dirigió al refrigerador para sacar la mermelada.
— No te creo ni madres.
— Miguel, tu jodida alarma estuvo sonando por quince minutos. Te sacudí, te grite, ¡incluso te golpee con tu almohada y nada!. Me rendí y baje a desayunar.
Bueno, tal vez eso si lo creía.
Una vez que terminó de untar el pan, lo llevó a su boca y le dio un gran mordisco. Inmediatamente quiso darse un gran golpe.
¿Por qué se lavo los dientes antes de desayunar?.
— Me voy —fue a la sala con el pan en su boca y tomó su mochila y llaves. Abrió la puerta y volvió a tomar el pan con su mano— ¡Adiós, Yaya! —salió cerrando la puerta y comenzando a correr lo más rápido que pudo hacia la preparatoria.
Una vez que entró al instituto, (vaya suerte que no hubiera ningun maestro custodiando la entrada), corrió por los pasillos completamente vacíos hasta llegar a su salón. Tocó la puerta, segundos después esta se abrió dejando ver la aburrida cara de su profesor.
— ¿En serio, Joven Rivera?, otra vez tarde.
«Fíjese que no me había dado cuenta».
— ¿Pue... Puedo pasar? —preguntó agitado, su condición física era pésima.
— Que sea la ultima vez que llega así de tarde —Canela asintió, igual que las otras veces en que le han dicho lo mismo— Pase.
Acomodó mejor su mochila y entró al aula, su vista fue directo a un rubio que intentaba reprimir una risa al verlo entrar tan tarde y tan desaliñado. Fue a sentarse en la butaca frente a él.
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¡Pepe! - Jalonso Villanela
FanfictionDonde Alonso solo quiere llamar la atención de Jos... O donde Jos odia que el molesto chico rubio lo llame Pepe.