¡Pepe! - Jalonso Villanela

Quince

Dedicado con emoción y esperanza de que no me maten a iQue_Patata j-hopexmica y f4ncyJ4l0ns0 💖💖💖

JOS SIENDO... JOS.

Aquel día el pelinegro se había levantado temprano, bastante a decir verdad, pues la conversación que había tenido con su mejor amigo (el cual no le había contestado ninguno de los mensajes de disculpa que este le mando) seguía fresca en su memoria, y no le había dejado dormir casi nada.

Por lo que llego bastante temprano al instituto, sin embargo sabia perfectamente que el ojiazul era de aquellas personas bastante puntuales y que no tardaría demasiado en llegar.

Fue directo a su casillero, el cuaderno para la primera hora estaba ahí, además de que lo ocupaba necesitaba de alguna forma u otra hacer tiempo antes de ver a aquel rubio que, como pueden notar, no sale de su cabeza.

Tenia miedo sobre cómo reaccionaría al verlo.

Mientras caminaba a su casillero se percató de las miradas hacia él. Siempre habían estado, mas nunca les había echo caso, ni las había notado.

Rió amargo, tenía una idea de que era lo que pensaban aquellas personas. "Oh, mira, ahí va el tonto que no se da cuenta que le gusta a Villalpando", "Pobre tonto, no se daría cuenta ni en un millón de años", "Siempre es un odioso con el rubio, pero aún así, ¿como no puede darse cuenta?", "Pobre inepto", "Deberíamos tratarlo mal como venganza", "Hablaremos con la señora de la cafetería para que le quite los postres", "No mas martes de pudín para él".

Bien, ya estaba delirando. Grandioso.

Le gustaba a un chico, eso de por si ya era bastante para asimilar. Y ahora resulta que su amigo piensa que le gusta ese chico. No podía ser posible.

Porque no, Alonso no le gusta. No puede gustarle. ¿Por qué le gustaría?, no es la gran cosa.

Una persona más no seria diferencia. Aquel rubio, no podía ser la diferencia. No iba a serlo. No podía.

¿O si?.

No, Alonso solo era un chico mas, sin nada en especial. Ese lindo cabello teñido no era para tanto. Sus hermosos ojos azules podrían ser mejores. Esos tiernos suéteres que siempre llevaba podrían quedarle mejor. Esas pequeñitas pequitas podría ser mas lindas. Su dulce olor... Y esa bella sonrisa...

No.

Alonso no le gustaba.

Sacudió su cabeza para intentar despejarla de todos esos pensamientos que lo bombardeaban sin piedad. Suspiro y reviso una vez mas que llevara todo lo que necesitaba para la próxima clase. Pero antes de que cerrará su casillero, unas manos tocaron sus hombros, llamándolo.

Jos giro para encontrarse con aquellos ojos azules que brillaban al mirarlo, el dueño de esos ojos sonriendo en grande.

— ¡Hola, Pepe!.

No..., Alonso no le gustaba.

— ¿Que quieres, Villalpando? —cuestionó, su voz sonando mas brusca de lo que le hubiera gustado.

Alonso frunció el ceño. Villalpando. Volvimos a lo mismo de antes, pero..., esta vez, hay algo mas. El rubio estaba casi convencido de que el mayor tenia algo, pues este ya no se comportaba así con él.