MADRUGADA
Jos apretó sus ojos en el momento en que se dio cuenta de que comenzaba a despertarse, en un pobre intento por volver a conciliar el sueño, cosa que no pasó. Dejó escapar un pequeño suspiro, aún sin abrir los ojos.
Se encontraba, extrañamente cómodo en la posición en la que estaba.
No fue sino hasta que sintió algo removiéndose en sus brazos, que los abrió.
Alonso se encontraba dormido contra su pecho, manteniendo su boca ligeramente abierta dejando salir pequeños ronquidos que fácil se hacían pasar por suspiros. Sus ojos cerrados suavemente, sus pestañas viéndose tan hermosas aun en la oscuridad que había.
Entonces Jos recordó todo lo que había pasado antes, dándose cuenta de que no se encontraba en su habitación, y que era bastante tarde, pues el cielo estaba oscuro.
No había llegado a dormir a su casa.
Su mamá lo matará.
No había forma alguna de levantarse sin despertar a Alonso, así que con todo el dolor de su corazón, quitó sus brazos de la cintura de su novio.
Alonso despertó.
— ¿Pepe? —murmuró aturdido, abriendo sus ojos lentamente, observando a su novio ponerse sus zapatos rápidamente.
El rubio se enderezó en su cama, tratando de procesar lo que estaba pasando, el por qué su novio estaba tan alterado. Y por qué era tan noche y él estaba ahí.
— Oh... —musitó, una vez que su cerebro hizo clic.
— Si, oh... —le dijo de vuelta, el pelinegro, poniéndose de pie y yendo a buscar su celular— Mierda... —susurró, maldiciendo internamente cuando notó que se había quedado sin batería.
Vaya suerte tenia. Alguien debería considerar hacerle una limpia.
— ¿Tiedes llamadas peddidas? —preguntó Alonso, pensando que aquella era la razón de la grosería dicha por el otro. José negó rápidamente, mirándolo.
— Está descargado... Me matarán, ya puedo sentir el golpe —hizo una mueca de terror, para después dirigirse a la puerta, siendo detenido por su novio.
— ¡Espeda! —gritó, tapando su boca al instante. Lo que menos quería en ese momento era despertar a sus padres o alguno de sus hermanos— Espeda, si sales pod ahí despertadas a alguien, y entonces si estademos muertos.
— Yo ya estoy muerto —masculló, tomando de nuevo la perilla de la puerta para abrirla, siendo detenido una vez más.
— Pepe... —le advirtió, el pelinegro se alejó de la puerta temeroso.
— ¿Entonces, qué se supone que haga? ¿salir por la ventana? —preguntó, con algo de diversión.
A Alonso se le prendió el foco.
— Debes estar jodiendome... —murmuró Jos, mientras observaba los tres metros y algo de caída desde la ventana al patio— Ni de pedo puedo bajar por aquí —se alejó de la ventana, volteando a ver con el ceño fruncido a su novio.
— Si sales pod la puerta, y mi mamá, o peod, mi papá te ve, te castran —le dijo serio.
Jos tragó saliva duramente.
Volvió a asomarse por la ventana, si se colgaba del marco de esta, tal vez la caída no seria tan dura, y conservaría todas sus partes.
Dios, no puede ser que realmente lo esté considerando.
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¡Pepe! - Jalonso Villanela
FanfictionDonde Alonso solo quiere llamar la atención de Jos... O donde Jos odia que el molesto chico rubio lo llame Pepe.