"Hace tanto tiempo que has dejado de ser un amor importante, admirable... Deseable..."
Y como cada mañana y cada noche antes de dormir veo tu pequeña foto en el interior de mi cartera, de vez en cuando también me atrevo a darle un vistazo a tus viejas fotografías en Facebook.
Veo tu rostro, pongo atención en tu mirada. Miro a detalle cada uno de tus rasgos faciales. Vuelvo a las fotos del ayer, aquellas en donde tenías 13 años y veo a ese chiquillo de cabello negro y piel traslúcida del que me enamoré. Después observo al joven en el que te has convertido, un chico completamente diferente. Físicamente distinto e interiormente aún más. Ya eres alguien completamente diferente. Dos años y medio lograron hacer de las suyas al grado de hacerme notar que eres un desconocido para mí.
¿Quién eres? Volviste ¿Qué buscas?
Hoy, a 18 años de edad, tres años después de que me abandonaste a mi suerte al fin logré arrancarme la venda que me cegaba la razón: ya no te amo a ti como tal, nunca lo hice. Sólo amo y amé la idea de lo que fuiste, de lo que fuimos... Amo la idea de tu recuerdo. Ese niño de 13- 14 años del que yo me enamoré. Me quedé atrapada entre la mala hierba del pasado. Me aferré con desesperación a tu recuerdo. Grité y lloré esperando que volvieras, pero sin ser capaz de buscarte. Traté de arrancarme del alma hasta el último trozo de ese jodido amor, pero cuanto más intentaba más tóxico se volvía.
Van tres meses y contando que volví a alejarme de ti. Sé que tal vez piensas que, al ser la tercera vez que hago lo mismo, lo hago porque tú me hiciste lo mismo la primera vez. Pero también tengo la certeza de que no te importa. Así eres tú, todo te importa una mierda. Nada ni nadie te importa, sólo Ella. Esa es mi razón. Ese es el motivo de mi indiferencia. Lo que me hace querer alejarme de ti. Me purga, me fastidia, detesto que me hables de ella. Porque lleva mi mismo nombre.
Aunque ¿Sabes? Esa debería ser la última razón de la lista. Déjame ver si puede enumerarlas...
1.- Aún te guardo cierto rencor por dejarme así sin más, sin darme una explicación en el momento de mi vida en el que más te quería, porque antes había sido herida de tal manera que creí que el mundo se me venía abajo, porque creí que un corazón maltrecho y lastimado como el mío era capaz de volver a querer.
2.- Porque eres una persona demasiado tóxica, absorbes la felicidad de los demás cual dementor sin darte cuenta.
3.- No eres capaz de confiar en mi.
4.- Me haces daño, o mejor dicho, contigo en mi vida me hago daño, me auto lesiono a mi misma.
5.- Alejarme de ti me evoca tranquilidad.
Pero de ninguna de ellas eres culpable, la culpable soy yo por decidir sentirme así. Confiaba en la idea de que volver a tenerte en mi vida me haría bien, me haría feliz, pero no es así. Únicamente traes un torbellino de caos y destruyes la poca estabilidad emocional que tanto me ha costado lograr.
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Después de tiempo le he vuelto a escribir a tu recuerdo. Hasta el día de hoy, en mi graduación del programa Bachillerato Avanzado en la universidad, no me había dado cuenta que en verdad soy capaz de desear a otro hombre que no seas tú. No querer. No amar. Sólo DESEAR. Desear que me mire, que me toque. Sentir otras manos recorriendo mi cuerpo, aunque las tuyas jamás lo hayan hecho. Desear sentir su piel sin indumentaria junto a la mía, que me rodeé con sus brazos y notar la calidez de su cuerpo junto a mi. Sentir su cuerpo vibrar de placer. Ser capaz de complacer y que me complazcan. Desear sentirme viva de nuevo. Desear estar con ese alguien porque quiero y no por la necesidad de sentirme "amada". Perderme entre sus brazos y debajo de sus sábanas hasta el amanecer, pensando sólo en él; y no en un cobertizo del taller del colegio cuando todos se iban de cosecha a medio día, con mi buen amigo, dejándome llevar por esa extraña mezcla de diversión, dolor y placer para olvidar, imaginando que quien me tomaba y me hacía suya en ese momento eras tú.
Hoy le he visto de esa forma por primera vez. Y lo mejor es que lo deseo por lo que él es. Por su personalidad, por su cuerpo. Ese cuerpo, esos labios que me vuelven loca; que deseo para mi.
Extraño momento para ver que a ti ya no te deseo más, quizás porque en realidad nunca te tuve y tu alma (si es que tienes) ya le pertenece a Ella.
Tal vez este es por fin mi punto y coma, mi momento para amarme tanto para tener el valor de dejarte en el pasado, donde perteneces, y seguir adelante.
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Para Mi Amor Valiente
Non-FictionEsta no es una historia como tal. Es una carta dedicada a una persona a la cual quise mucho en algún momento de mi vida. A la cual le sigo teniendo un cariño inmenso. A quien sin proponérselo siquiera, logró convertirse en mi Amor Valiente... Si ést...