"Demons"

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06/01/2018

"Finalmente entiendo que no vuelves por mí. Vuelves porque no sabes en donde más estar..."

Aún no puedo entender como es que me hablas de tus amigos como si yo los conociera. Lo haces desde hace mucho. Pero a pesar de eso, nunca me diste más detalles para hacerme una idea de cómo son en realidad. 

Sin necesidad de preguntar me hablas de Miriam. Que te agobia el cómo se siente. Haces mención de algo interesante: En el pasado te han cuestionado qué es lo que eres capaz de hacer por alguien que 'amas'. Y tu respuesta es simple: Matar. Yo te respondo que para algunas personas, es un privilegio preocuparse y velar por el bienestar de quienes estiman, quieren o aman. Y lo haces de nuevo. Compartes conmigo el nombre de Ana, tu última relación sentimental. Traumas y problemas. Divagas sobre tu preocupación, estima y protección hacia ella tras dos intentos de suicidio, lo que tuvo como resultado paranoia y estrés en ti. Y después... ¿Qué fue lo que hizo? Ah, si. Creyó en las difamaciones que hizo la gente sobre ti y se fue de tu lado (A que ahora sabes lo que se siente ¿eh?). Charlamos un rato más. No dejas de decir tonterías y colocarte tu solito en un dilema existencial y hago lo que acostumbro en estos casos: me vuelvo fría. Te cuestiono para que tomes una decisión antes de que te diga algo ofensivo de lo que después me pueda arrepentir:

"- ¿En qué porcentaje crees que Miriam vale la pena?

- Supongo que vale la pena en un 20%.

- ¿Lo tomas o declinas?

- Mierda.

- La elección es solo tuya.

- ... Lo tomo.

- Bien. Ahora juégatela. Da todo de ti, no temas hacerlo y espero que no te paguen como veces anteriores."

Y al parecer da resultado una semana después...

  ~*~*~  

Hoy has solicitado mi ayuda o consejo sobre un hecho interesante: estás 'enamorado'. Nada que no sospechara ya. Supones que yo debo saber más acerca de estos temas... ¿Por qué demonios habría de saberlo? Te comenté en alguna ocasión que a la fecha no me siento cómoda con las relaciones de pareja, así que mi experiencia es casi nula. 

Pero no preguntas si conozco la sensación de la que hablas. Cariño, si leyeras esta maldita carta desde el principio tendrías tu respuesta. Lo siento, esta vez, aunque lo intenté, no puedo ayudarte. Simplemente te digo "Ve por lo simple. Y quiere. Quiere con todo el corazón. Ya verás que dejarás de verlo complicado."

Y subimos juntos de nuevo en un tren del pensamiento... Donde el fundamento principal resulta ser "No sé querer".

Hablas de Iván, de Rolando... De quien se te dé la gana diciéndome que ellos son como tu, que te comprenden. Que si no fuera por ellos estarías completamente solo porque no supiste como tratarlos en tu estancia en la frontera. La locura es lo que les mantiene unidos. Me haces cuestionarme a cada mensaje tuyo que recibo en mi móvil, por qué demonios volviste a buscarme. Ahora dime:  ¿Que jodido papel juego yo en todo esto? Yo NO SOY COMO ELLOS. Dime ya qué maldita pieza soy en tu tablero ¿Por qué o para qué mierda me quieres en tu vida? ¿Es por eso acaso? ¿Por que estás solo y te has dado cuenta que a pesar de todo yo siempre voy a ser Incondicional para ti? ¿Que así te vayas y regreses una y mil veces, siempre estaré aquí? ¿Vas a decirme que no me consideras tu amiga ni por asomo, pero que aún así esperas que me quede aquí como una tonta para servirte de confesora? ¿Eres tan narcisista, egoísta y cruel para darlo por hecho? 

Dímelo ya por favor. Ya no sé que mas hacer. Leo tus mensajes en los que me compartes tus preocupaciones, la "realidad de lo que eres", a veces parece que confías en mí, otras te cierras como una ostra y desapareces dejando en el aire tus frases a medias. Con cada conversación que tenemos surgen nuevos datos, ideas, palabras y pensamientos que tengo que añadir a la lista de expresiones que uso para intentar comprenderte. Y otras más a la lista mental de razones a la que inútilmente me aferro para seguir creyendo que te quiero como hasta hace poco.

Ya no puedo permitirme idealizar la persona que eres a mis ojos, y mucho menos ponerte en un altar. No más. Eres un simple ser humano. Despreciable, desalmado, destructivo, manipulador, MORTAL... 'Incapaz' de sentir amor (que tu le des una rotunda negativa al espectro de los sentimientos es una cosa muy distinta); no sabes tratar a las personas que te rodean. No supiste tratar a los 'amigos' que hiciste en Juárez y aunque protegiste a Ana dentro de tus estrictas limitaciones emocionales, ni así lograste que permaneciera a tu lado. Porque NO SABES QUERER. Eres un demonio, un guerrero... Un MONSTRUO.

Todo acorde a tus palabras y las de Iván. 

Y mientras tanto yo no sé de quien coño me estás hablando. Me faltó tiempo, tu presencia física y la convivencia diaria para poder reconocer a ese ser del que tu hablas, lograr diferenciar entre las cinco personalidades que habitan el mismo recipiente, porque de otra manera nunca podré verlo. Yo siento a una persona distinta. Incluso a veces aun siento a ese chiquillo de doce años que me sonríe desde el interior de mi cartera y de mis preciados recuerdos. Patético.

Te lo pido de nuevo: Dime que es lo que quieres o que es lo que esperas de mí. DIME QUE MADRES HAGO... Dímelo, porque se está volviendo frustrante. Siento que contigo estoy haciendo todo mal como persona. Cuando me hablas de cosas tan importantes o delicadas, terminamos bien la conversación, pero después huyo y me oculto por días. No sé cómo o qué decirte para ayudarte y peor si no me dices cómo hacerlo. La ira comienza a hacer mella en mi interior y no sé cuanto más puedo soportar en esta encrucijada.

Es lo mínimo que merezco: una jodida explicación. Debo atreverme a reconocerlo: eres un desconocido para mí...  

Para Mi Amor ValienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora