FiestOT

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-¿Estás nerviosa?- Susurró Mimi mientras estiraba los brazos a mi lado.

¿Nerviosa? Más bien estaba atacada. La gente gritaba, ansiosa porque Roberto diese comienzo a mi actuación. Aunque por el momento sólo entrevistaba a Aitana.

Todavía no me creía cómo había llegado hasta allí, hasta la final de Operación triunfo. Y menos, que mi actuación final fuese así.

Habían sido cuatro semanas muy duras, las dos primeras a nivel sentimental, las otras dos siguientes a nivel de trabajo.

Como sabía perfectamente, la nominación con Crislo fue la peor semana de todas. El saber que me iba a tener que separar de ella el lunes hizo que nos pasásemos la semana juntas, inseparables y eso hizo aún más dura la despedida.

Un escaso 51% quiso que yo fuese la que continuase. Y si la gala fue dura porque además de eso, me había tenido que comer ciertos comentarios del jurado, la semana siguiente sin ella había sido aún peor.

La nombraba constantemente pensando que seguía allí, pensaba que aparecería en cualquier momento por la puerta... sabía que quedaban semanas para volver a verla pero era inevitable después de todos los buenos momentos que había vivido con ella.

Además volvía a estar nominada. 

Yo ya contaba con ello, me parecía y sentía que ya había llegado muy lejos en el programa. Por dios, jamás hubiese pensado en que yo pudiese pasar de la gala 3... y ahora estaba a las puertas de la final.

Quería con todas mis ganas llegar, pero sabía que la competencia era tremenda y que, ahora todo dependía del público. 

Decidí cantar 'Volver', y si me iba, despedirme cantando y bailando un tango. Pero una vez más, el público decidió salvarme. Esta vez con un aún más ajustado 50,3%.

Creo que tardé como un día y medio en salir del shock y creerme que podía estar dos semanas tranquila, porque ya era una de las finalistas de OT 2017. Concienciarme de que la gente realmente me apoyaba y le gustaba lo que hacía.

Esa misma noche, la pasé casi en vela, recordando el día que vi La Llamada con Mimi y por casualidad dimos con el anuncio de que comenzaba aquella aventura. Ella había apostado que entraría, que llegaría a la final. Ella ya apostaba por mí cuando ni siquiera yo había comenzado a jugar. 

Quedaban sólo dos semanas para que aquello se acabase, y aunque me moría por salir y ver todo lo bueno que me esperaba fuera, me costaba respirar cada vez que lo pensaba. ¿Sería capaz de arreglar todos los problemas que tenía pendientes? ¿Cómo sería aquella nueva vida donde probablemente tuviese 'fans' que me siguiesen con cada cosa que hacía? Madre mía, fans, que raro sonaba decirlo.

La siguiente semana fue muy rara, porque era en la que se escogía al representante de Eurovisión.

A mi me habían tocado dos temazos, un poco fuera del estilo que yo tenía, pero que eran muy pegadizos y bailables. ¿Lo mejor? Es que me tocaba cantar uno con Aitana. A pesar de no estar del todo cómodas con él, trabajamos a tope y lo pasamos genial ensayando juntas. Se notaba que ya no teníamos la presión de las nominaciones. 

Lo que menos nos esperábamos nosotras es que íbamos a ganar las votaciones y que íbamos a tener que representar a España ese año en Eurovisión. Vamos, es que Aitana casi se cae de culo cuando Roberto dio la noticia.

Ya cuando la cantamos 'Lo malo' por primera vez en la gala, el público cantaba con nosotras, ya se sabían la canción.

Aunque nos pareciese muchísima responsabilidad aquel nuevo reto, estábamos muy ilusionadas. Íbamos a ser las primeras reggaetoneras de Eurovisión, pero al menos estábamos juntas en aquello, con un mensaje de empoderamiento femenino.

Serendipia // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora