NARRADOR - MITSUHA

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Esta vez una llamada la despertó en la mañana en lugar de la alarma.

—Oh, eres tú, Tessie.

»No, sólo estaba algo distraída. Estoy bien.

»¿Qué? ¿El festival? Pues...

»Ya veo, sí. El cometa. Hoy es cuando mejor se verá, ¿no?

»Bien, iré. Ahí nos vemos.

Más tarde, cuando el sol se hubo metido, Mitsuha se reunió con Saya y Tessie junto a la carretera, al lado de una máquina expendedora de bebidas.

—Aquí estoy —dijo cuando llegó.

—¡Ahí está! —dijo Saya.

—Hasta que llegas —dijo Tessie.

Luego, ambos se quedaron espantados.

—¿Qué te pasó, Mitsuha? —tartamudeó Saya.

—Tu..., tu... —decía Tessie—. ¡Tu cabello!

—Se ve un poco gracioso, supongo —respondió Mitsuha.

Se había cortado el cabello más arriba de los hombros. Si le preguntaban la razón, lo había hecho simplemente porque sí. Vestía, además, un yukata, al igual que Saya.

Cuando emprendieron camino al lugar del festival para contemplar junto al pueblo el espectáculo celestial, Mitsuha iba varios pasos delante de Saya y Tessie.

—¡Oigan! —les gritó— ¡Ya lo veo!

La chica se apresuró. No habían llegado al lugar donde todo el pueblo se reuniría, pero quiso desviarse del camino y entrar en un pequeño terreno llano.

Y allí, de pie y con la boca abierta; con los ojos puestos en el cielo, Mitsuha contempló aquel hermoso espectáculo que el cielo ofrecía. El cometa Tiamat dejaba a su paso una estela de los colores del alma, de los colores de la vida. Precioso. Mitsuha sentía cómo todo aquello parecía verterse dentro de sus ojos.

—¡Increíble! —escuchó a Tessie decir tras ella.

—¡Guau! —exclamó Saya.

Y entonces, Mitsuha notó algo.

El cometa había desprendido un trozo de sí. Un cometa cinco veces más pequeño que el original ahora brindaba un espectáculo adicional. Era precioso.

Pero de un segundo a otro, Mitsuha tuvo un mal presentimiento.

Y entonces...

TU NOMBRE (君の名は) | Adaptación literariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora