NARRADOR - MITSUHA

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¿Pero quién eres tú?

¿Quién? ¿Quién?

¿Quién era?

Una persona importante; querida.

Alguien a quien no quiero olvidar.

Alguien a quien no debo olvidar.

¿Quién? ¿Quién?

¿Quién eres?

¿Cuál es tu nombre?

Mitsuha corría con prisa, con miedo. Tenía que llegar con su padre cuanto antes, tendría que intentar convencerlo a como diera lugar. Ya cierta cantidad de personas habían salido de las áreas de más peligro, pero unas cuantas habían comenzado a regresar debido al nuevo anuncio de la alcaldía.

Corría.

Adelante, en la superficie del Lago Itomori, la estela del cometa Tiamat se reflectaba. Mitsuha llevó su vista al cielo para verlo mejor.

—¡Se está rompiendo! —chilló.

Y así, presa de su descuido, trastabilló y calló al suelo de roca.

Venía con mucha velocidad, así que, presa también de la física, esa misma velocidad la siguió empujando aún en el suelo, haciéndola rodar camino abajo. La chica seguía consciente, o al menos lo estuvo antes de chocar su cráneo con un borde del camino y perder el conocimiento.

Ese camino estaba desierto, nadie pasaría a socorrerla.

Oye, para que no nos olvidemos de esto cuando despertemos, escuchó una voz en su cabeza. Hay que escribir nuestros nombres en la mano del otro. Ten.

Abrió los ojos. Estaba tirada en el camino. ¿Cuándo tiempo había pasado allí? No importaba. La voz seguía reproduciéndose en su cabeza.

... escribir nuestros nombres en la mano...

La cabeza le palpitaba fuerte. Dolía. Su vista estaba nublosa. Delante de ella, su brazo derecho. Llevó los ojos a su mano, entumecida, y la abrió como pudo.

TE AMO

La chica comenzó a llorar, e intentó erguirse pese al dolor de su cráneo. Lo logró, aunque trastabilló y necesitó apoyarse en el balaustre de al lado.

Seguía con la vista en lo escrito en la palma de su mano.

—Con esto no puedo recordar tu nombre... —susurró para ella. Envolvió su mano con la otra y la llevo a su rostro mojado.

Se quedó así unos instantes. Luego, reanudó su marcha.

—¡Papá! —gritó cuando entró en la oficina del alcalde. Nunca lo llamaba papá.

En los espacios para sentarse de delante del escritorio de su padre estaban su abuela y su hermanita Yotsuha.

—¿Mitsuha? —dijo la abuela.

—¿Onee-chan?

—Tú otra vez —fue lo dijo su padre.

【たき】TAKI

Era como si estuviese presenciando un sueño.

Simplemente era una hermosa vista.

El cometa Tiamat se estrelló con Itomori.


TU NOMBRE (君の名は) | Adaptación literariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora