Tuve muchas ganas de decirle a Alexander que me daba mucho gusto volver a verlo. Supe que se mudó a Nueva York, toda su familia son nefilims. Hay varias cosas que no planeas encontrarte en tú vida. Ahora yo era el Rey, mi deber era proteger ambos mundos, el sobrenatural e Idris como nación. Ese era un punto al que nunca imaginé llegar.
La ceremonia luctuosa del mundo terrenal fue diferente porque mi madre y mi hermana estuvieron ahí. También varios ciudadanos, miembros de la realeza y mi prometida. Se respetaron los siete días de luto de nuestras tradiciones. La princesa Seelie que estuvo a mi lado a todo momento, los rumores empezaron a correr y se hizo el reconocimiento frente a todos. Seelie Queen era mi prometida.
La mirada de tristeza y devastación de mi hermana me estrujó el alma. Una boda estaba a punto de realizarse, en unos días más.
-¿Qué tal si huimos? ¿Por qué no nos escapamos? -Me preguntó Clarisa en medio de lágrimas.
Era de noche, todo Idris hablaba de mi prometida, y yo tenía que lidiar con esto. Más que desde los funerales mi hermana y yo no hemos intimado. Ella se veía agotada y hundida en la desesperanza. Pero yo no podía venderle una historia de amor que sabía no tendríamos.
-Clary, tontita... Sabes que el abuelo hizo este arreglo con la familia Queen...
-Ni siquiera son de la realeza ahora -me interrumpió.
-Chaparra, hice un juramento ante la nación, no puedo huir y dejar a nuestra madre en peligro, huir es de cobardes -le aclaré.
-¿Qué pretendes? ¿Qué yo me convierta en tú amante? -preguntó ofendida.
Me acerqué a ella y acaricié sus bellos cabellos zanahoria. Deposité un beso en su frente.
-Sería la única forma en que podamos estar juntos.
-No, me niego, no quiero ser la otra. No quiero que después que tengamos sexo vayas a la cama con esa bruja, no quiero compartirte -ella me empujó enfadada y sus ojos verdes brillaban de rabia contenida.
-Estás siendo egoísta, los Morgenstern somos los protectores, no puedo anteponerte a ti. Sobre nuestro millón de habitantes.
-Jonathan, lo que siento por ti no lo he sentido por nadie, estos días verte con ella han sido los más difíciles de mi existencia. Termina ese compromiso.
Me alejé al ver que ella no quería ceder. Mi padre siempre le reclamó a mi madre por consentir en exceso a la chaparra. Ahora entiendo que tenía razón. Tal vez si ella supiera sobre el mundo de las sombras, yo podría explicarle la clase de juramento que hice y ahora llevo una runa en mi piel.
-Lo siento Clary, no puedo prometerte algo que es imposible para mi cumplir.
-¡Pero Jonathan!
Yo la ignoré, tenía que hacerlo, por mucho que quisiera besarla. Clary tenía que entender, que ser amantes era la única forma de estar juntos. Podía dar una teoría a mi Consejero Lucian o a mi madre, que los dos siendo hermanos nuestra sangre será pura y podré proteger a mi nación, pero está en los manuscritos, hermanos de sangre no pueden fornicar ni ser pareja, es considerado una abominación. A mí me gustaba esa abominación. Salí de la habitación, con mi hermana gritando a todo pulmón mi nombre. No miré hacia atrás, pero a quien me encontré frente a mi fue a Alexander Lightwood, mi guardaespaldas.-La voz de su hermana se escuchó hasta el final del pasillo -me dijo viendo hacia la puerta.
-Está teniendo un berrinche, así que simplemente la estoy ignorando. -Le expliqué y continúe mi camino.
-¿La dejarás hacer un berrinche?
Encogí los hombros -Ya tiene 19 años, tiene que entender varias cosas y que no siempre tendrá todos sus caprichos.
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EL HEREDERO
FanfictionEn el universo alterno de la monarquía constitucional de Idris, la Familia Real reside en el Gard. El rey Valentine Morgenstern está gravemente enfermo. Enfrentándose al descenso de la popularidad real en el país, se decide llevar a cabo la gran bo...