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Paso una semana para que el castaño pudiera atender a la puerta de su casa, había intentado llamarlo, pero recordaba que no le había pedido su teléfono, había ido al Instituto, pero el chico ese Scott siempre salía solo y se alejaba en cuanto lo v...

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Paso una semana para que el castaño pudiera atender a la puerta de su casa, había intentado llamarlo, pero recordaba que no le había pedido su teléfono, había ido al Instituto, pero el chico ese Scott siempre salía solo y se alejaba en cuanto lo veía, en cuanto respectaba en el otro chico Theo jamás le pediría ayuda.

Por lo que decidió tomar la iniciativa de visitarlo en su casa, era un sábado a media día y aparcaba su camaro en la entrada, había demasiado silencio en el lugar, agudizó su oído para saber si se encontraba y escucho su respiración, pausada y calmada, seguramente se encontraba recostado, pensando como él lo hacía cada que tenía oportunidad.

Bajo del auto acomodando su ropa, se sentía ridículo, jamás imagino sentirse de esa manera, tan vulnerable, pero a la vez tan entusiasmado de contemplar a una persona, tan nervioso al no tener idea de que hacer al tenerlo de frente, temeroso de que supiera lo que era y se apartara de su lado, Derek Hale simplemente era un desastre en ese momento y el único que podía recomponerlo era ese pequeño humano de ojos tan bellos.

Toco un par de veces la entrada y esta no abrió, se apartó ligeramente para ver movimiento, pero no había nada, volvió a tocar dos veces más y la respuesta era la misma.

Entonces la brisa llevo consigo su olor desde la parte de arriba, justo frente al árbol frondoso dónde provenía aquella fragancia. Trepó aquellas ramas sin dificultad y llego a la ventana abierta, coloco ambas manos para poder sostenerse y entrar cuando lo vio recostado efectivamente sobre la cama, su mirada perdida en algún lugar del techo mientras sus ojos rojizos de tanto llorar lo ignoraban.

Eso le causo tanta tristeza y un dolor que sentía propio, simplemente le dolía verlo de aquella manera.

- Stiles - dijo entrando por completo a la habitación.

Este no respondió.

- Stiles por favor - pidió acercándose un poco.

- ¿Cómo aliviar esto Derek? -pregunto su voz perdida - ¿Cómo sanar algo que tienes el valor de hacer?

- No puedes hacerlo, el dolor siempre estará ahí, recordándote la persona que perdiste y jamás recuperaras - tenía experiencia en eso, su familia eran la prueba de ello.

El chico se recompuso sentándose y recargándose en el respaldo de la cama, seco una de sus lágrimas y lo miro con sus ojos acuosos y nariz sonrosada, parecía un pequeño niño en busca de consuelo, uno que pidió cuando le ofreció sentarse a su lado y este no objeto.

- No tengo más fuerzas para esto Derek - dijo desesperado.

- Nadie las tiene, pero el tiempo pasara y el dolor que tienes será menos doloroso, menos fuerte y soportable, podrás seguir adelante te lo aseguro - se moría- de ganas de en ese momento abrazarlo con fuerza contra su pecho para que esos ojos volvieran a tener vida, pero no tenía el coraje de hacerlo.

- ¿Estás seguro? - pregunto.

- Lo estoy - contesto - Porque yo pase por lo mismo - el chic lo miro esperando que continuara - Mi familia murió cuando yo solo era un niño.

- Un incendio fue lo que se mencionó - lo interrumpió el castaño recordando la plática de sus padres aquella noche.

Se tensó en su lugar al recordar aquel día, el día en que murió una parte de él.

- Mi padre, mi madre y mi hermana mayor murieron ese día, y yo ... no pude ayudar - dijo con las ganas de correr de nuevo en ese momento.

- No podrías, aunque hubieras querido, no fue culpa tuya - había escuchado eso tantas veces, por su tío, Cora, incluso de los para médicos que habían llegado al lugar, pero el simplemente no creía en sus palabras.

- Lo que trato de decirte Stiles es que el dolor jamás se ira, pero solo te puedo asegurar que mejorara.

El chico lo vio a los ojos y sintió la profundidad y verdad de sus palabras y por una extraña razón se convenció de aquello, que un chico que apenas y conocía se encontraba en su habitación apoyándolo.

- Gracias Derek - dijo el castaño.

Este le sonrió y recibió a cambio aquella sonrisa que se había privado de ver, ese niño en definitiva se había convertido en todo para él.

- ¿Puedo pedirte algo? - pidió el lobo con su mirada fija en los contrarios.

- Lo que quieras - respondió sonriéndole ligeramente.

Trago saliva nervioso, ¿Qué tal si cometía un error?, ¿Qué tal si se apartaba de el?

Pierde el miedo a lo que deseas, de esa manera ganaras más que perder ese miedo - fue lo que su madre le dijo una vez.

- Yo ... - se acercó más a donde estaba el chico hasta llegar a la orilla de la cama, su corazón latía con una velocidad que creía imposible, sus manos comenzaron a sudar y el simplemente estaba paralizado frente a esa cama.

- Derek ... - trato de saber que sucedía.

- ¿Puedo darte un beso? - dijo con voz baja pero audible, reacción que causo en el humano una sorpresa.

Te dije Derek, ¿Creíste que iba a aceptar? - se dijo mentalmente, recriminándose de aquella absurda petición.

Fue hasta que observo al chico sonrojado de las mejillas que supo que podía hacerlo.

Tomo el valor necesario y se acercó un poco más, coloco una de sus rodillas sobre la cama y con una de sus manos la llevo al respaldo, mientras que la otra tomo el mentón del chico con suma delicadeza para levantar su mirada y poder contemplar su rostro con más claridad.

- Puedes - escuchosusurrar antes de que se inclinara completamente rosando sus labios contra losdel chico.

I will not hurt youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora