Reencarnado en una Gardevoir.

Capítulo 10.-Deus.

—Hazme tuya —Me dice Rose mientras se acerca hacia mi cada vez más, con un rostro sonrojado y una mirada extraña.

—E-Espera —digo tratando de alejarme pero topándome con una pared.

—¿Hm? ¿No te atraigo? —pregunta acariciando mi mejilla y acercando sus labios.

—¡STEVEN! —Volviendo a la realidad me caigo de la cama.

Adolorido observo a la Lilligant quién suspira al verme y me pide que me vaya a lavar la cara, al hacerlo, toco mi pecho y siento como mi corazón late rápidamente.

Al recordar aquél sueño, los colores se me suben a la cara y rápidamente me enjuago el rostro tratando de olvidarlo.

"¿Por qué me pongo así? Recuerda: Es una pokémon, tú un humano, no eres pokefilico"

Mientras pienso en ello, la señora Sylvie aparece detrás de mí, pero al llamarme me espanto y el chorro de agua golpea mi cara.

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Camino junto a la señora Silvye, llegando al orfanato, dónde ayudaríamos por hoy a la señora Gianna, que últimamente ha comenzado a sentirse mal.

Por eso, venimos a ayudarla todos los días.

"Aunque espero se recupere pronto, no me gustaría ver morir a alguien"

En cuanto nos acercamos pude oír una voz que hizo que se me sonrojara inmediatamente.

—¡Bien! ¿Qué más quieren que haga? —pregunta notablemente animada.

—¡Increíble! —exclama Drake observando a la Lopunny.

Abbey parece percatarse de mí, pues empieza a mover la mano en su dirección, en ese momento Rose voltea en mi dirección y de inmediato aparte la vista.

Tanto Drake como Abbey se percatan de esto y se ven confundidos.

—¿Se conocen? —pregunta Drake a Rose.

—P-Podría decirse que sí —responde la capitana.

La pequeña Ralts me mira pícaramente, al tiempo que me acerco con la señora Sylvie.

—Oh vaya, sólo espero que no estén de tortolos —dice la tipo planta sin tapujos.

Tanto Rose como yo comenzamos a balbucear sonrojados.

—Ya les dije que es un malentendido —comenta la Lopunny—. Sí yo no lo hacía él hubiera muerto ahogado.

—¡E-Es cierto! —digo respaldando a la tipo normal.

Así fue más o menos el resto de la tarde. También se encuentra Castia, pero ella está atendiendo a la señora Gianna.

—Aunque es extraño, ¿Por qué vienen tantas personas a ver a la señora Gianna? —pregunta la señora Sylvie.

—¿No lo sabes? —Niego con la cabeza ante su pregunta—. La señora Gianna fue la fundadora de esta ciudad junto a un humano hace unos setecientos años.

Me quedé atónito ante esa respuesta, sabía que la señora Gianna era vieja pero no tanto. La observé sorprendido.

—¿Es normal que las Blissey vivan tanto? —pregunto mirando a la Lilligant.

—Realmente te hace falta informarte —dice Rose—. Ella es la única miembro de su línea evolutiva desde hace mucho tiempo.

—¿Y por qué no, simplemente siguió procreando? —pregunto mientras los mayores se miran entre sí.