-¿Y hay algún lugar al que vayas a salir?- pregunto el pelinegro dándole un sorbo a el vino en su copa.
-Ahmm... No, creo que no- dije tratando de recordar si tenía que salir por algo.
-Perfecto- dijo en un susurro el cual escuché.
-¿Porqué?- ladee la cabeza en señal de confusión.
-Eh... no, no por nada- sonrió "inocente"
-¿Seguro?- arqueé una ceja.
-Si, si- respondió algo inseguro.
-Esta bie...
-Bueno no- interrumpió mi hablar- Alon tú... Ehm, tú... tú...
-¿Yo...?- hice un movimiento con la mano indicándole que prosiguiera.
-¿Quisierassalirconmigoestanoche?- hablo tan rápido que apenas y pude entenderle.
-¿Salir?- asintió- ¿A dónde?- lo mire confundido.
-Solo dime si quieres o no- me miró directo a los ojos.
-E-esta bien Jos, si quiero- sentí mi rostro arder probablemente por un sonrojó.
-Gracias- suspiro- bueno llamaré a un amigo para que vaya a mi casa por las llaves de repuesto de mi auto, después iré a mi casa a arreglarme y volveré por ti a las 8:00 ¿De acuerdo?
-Si, claro, solo una cosa ¿qué debo ponerme?
-Pues lo que quieras.
-Si, pero me refiero a algo formal o básico.
-Como sea te verás hermoso- giño sonriendo para después introducción una porción de lasaña a su boca.
-De acuerdo- bajé la mirada hacia mi plato tratando de disimular otro de mis sonrojos.
-Bueno y ¿Qué haremos mientras llega mi amigo?
-Podemos ver películas, o jugar videojuegos.
-Las películas están bien- ese chico no para de sonreír y yo de sonrojarme- bueno, ya terminé, estuvo delicioso, gracias Alon.
-Oh no tienes nada que agradecer, me alegra que te haya gustado- dirigí mi vista de nuevo hacia mi plato que ahora se encontraba vacío- yo también termine, podemos ir a ver las películas si quieres.
-Claro- se levantó de su lugar para después extender su mano para que yo la tomara, me puse de pie y nos dirigimos a mi habitación.
Jos.
Me encantaba sentir la mano de Alonso entrelazada con la mía, era la sensación más linda del mundo, entramos lentamente a su habitación, yo solo me dediqué a observar detenidamente cada parte de ella, hasta que algo llamo mi atención, era un teclado montado sobre el escritorio color caoba de Alonso.
-¿Sabes tocarlo?- mire al rubio que ahora mismo se encontraba buscando algo que ver en Netflix.
-¿Eh? Ah, si un poco- sonrió nervioso.
-¿Tocarias algo para mí?- sonreí como niño pequeño.
-¿Ahora?- Su expresión cambio a preocupación-
-Si, por favor- sabía lo nervioso que el estaba pero de verdad quería escucharlo.
-De acuerdo- se levantó de su cama que era donde se encontraba dirigiéndose al escritorio- ¿Qué quieres que toque?- hablo sentándose en la silla que estaba delante de este.
-¿Te sabés... Perfect?
-Eh... S-si- lo escuché tragar saliva con dureza, se giró hacia donde estaba el teclado, noté la forma el la que limpio "discretamente" el sudor de sus manos frotandolas en sus jeans.