Me sonroje al escuchar como me llamo y sonreí por lo bajo.
-Gracias Jos, tú también te ves... muy guapo.
-Gracias Alon- sonrió de igual manera sonrojado- bueno, ¿Nos vamos?- extendió su brazo.
-Claro que si- entrelace mi brazo con el suyo.
Subimos a su auto y condujo por un largo rato, yo solo me dediqué a escuchar las anécdotas que el me contaba, me encantaba ver como sus ojos brillaban por lo felices que eran esos recuerdos.
-Bueno, llegamos- paro en un lugar algo solitario, parecía ser un pequeño bosque, bajo rápidamente para abrirme la puerta.
-Wow- dije con asombro baje observando cada detalle del lugar, mis pulmones se llevaban con ese aire tan fresco, y el olor a pasto era demasiado fuerte y delicioso.
Jos tomo mi mano y caminamos una pequeña vereda más adelante pude ver pequeñas velas adornando nuestro caminar, nos detuvimos frente a una mesa muy linda, tal parecía una cena romántica.
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-¿Te gusta?- susurro en mi oído abrazándome por la cintura.
-Me encanta- dije con los ojos cristalizados apunto de llorar por la felicidad que sentía en ese instante.
-Ven, vayamos a sentarnos- tomo de nuevo mi mano dirigiéndome a una de las elegantes sillas.
Me senté y el hizo lo mismo estábamos frente a frente mirándonos a los ojos pude notar que el brillo en los ojos de Jos se había intensificado, tomo mi mano y comenzó a darle pequeñas caricias.
-Nunca antes había hecho algo así por nadie, y debes estarte preguntando porque lo estoy haciendo contigo si apenas nos conocemos, pero... ¿Sabes? Siento que te conozco de toda una vida, por años me pregunte que era el amor, jamás crei sentirlo, mi madre me dijo una vez que cuando encontrará a la persona indicada sabría lo que era el amor, que solo bastaría con ver los ojos de esa persona para saber que era la indicada- escuchaba con atención cada palabras que decía- y tú Alonso Villalpando, tienes los ojos más lindos que e visto en mi vida, tienes luz de luna en ellos, lo supe desde el primer día en que pude verlos, y lo comprobé la noche del baile de graduación, mientras sostenía tu cintura moviendonos lentamente y mi mirada se perdió en la tuya- no pude evitar sorprendeme y ponerme nervioso, crei que había convencido a Jos de que ese chico no era yo- eres sin duda la persona más hermosa que conozco, no puedo creer lo ciego que fui al no prestarte toda la atención que merecías, debí observarse con más dedicación todas esas veces que te ví sentado mientras me veías jugar, o cada vez que caminabas junto a mi en los pasillos con esos grandes suéteres que solías usar los cuales te hacian ver tan tierno, e incluso todas esas veces que te ví almorzando con Freddy mientras reías de esa manera tan dulce en la que lo haces y tus mejillas se ponen rojizas dejando ver aún más esas adorables pecas que adornan tu cara- mi vista se volvió borrosa, cada una de las palabras de Jos me hacían sentir esas mariposas en el estómago, sentía mi corazón saltar de alegría, nunca antes me había sentido tan feliz, creo que realmente no sabía el significado de felicidad hasta esa noche en la que solo la luna y unas cuantas velas nos iluminaban, ese momento en el que su mano y la mía estaban unidas encajando tan bien una con la otra.
Nos miramos a los ojos fijamente e igual que la noche del baile me perdí en el color miel de sus pupilas.
-Tal vez suene loco y un poco apresurado pero- hizo una pequeña pausa- ya no tengo ninguna duda, estoy perdidamente enamorado de ti, Alonso- me quede sin palabras, Jos tomo mi rostro y unio nuestros labios en un beso, habia soñado ese momento por años, imagine cada detalle pero todo era aun más perfecto en la realidad, los labios de Jos tenian un sabor tan dulce que podria quedarme en ellos toda la vida sin dudarlo, nos separamos por falta de aire y de nuevo nos miramos- Gracias Alon, gracias por enseñarme que es el amor.
-Jos...
-¿Si?
-Yo- reuni todas las fuerzas y el valor que habia dentro de mi y lo dije, ya no iba a callarlo más- Te amo- cerre los ojos cual niño pequeño esperando un regaño de sus padres por hacer alguna una travesura, senti una respiración muy cerca de mi y de nuevo esos labios sobre los mios.
-Y yo te amo a ti- susurro sobre mis labios y ambos sonreimos.
Esta noche no podia ser más perfecta... O al menos eso creia yo.
