Capítulo 2

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-Venga y abre ya el correo para ver si te dan el puñetero viaje a Cracovia.

-Que no, que no. es inútil mirar eso, está denegado seguro...

Mientras yo me lamentaba y hacía como que lloraba, porque bien cierto es que no caía ni una lágrima. Como diría mi madre. La ganadora del oscar a persona más dramática es para... Ángela, yo siempre le digo que ojalá fuese eso cierto significaría que sería rica y no tendría que pasar penurias, esos que dicen que el dinero no da la felicidad que lo transfieran a mi cuenta, eso de que la riqueza es la familia, el amor, la amistad, bla bla bla, es consuelo de tontos, ojalá decir eso tumbada en una hamaca en el caribe.

-Trae. Alicia me quitó el móvil y empezó a llorar, ya lo dí todo por perdido, mi sueño a la mierda totalmente, que injusta era mi vida, siempre me ponía obstáculos y yo en todos me caía.

-Ves como no me lo daban. Ella seguía llorando, vamos había cogido más berrinche que yo.

-Cuando vayas allí tienes que prometerme que vas a tener el skype a mano todos los días, me vas a traer muchas cosas, aunque sean piedras, vas a follar mucho y sobre todo vas a disfrutar de estos cuatro meses. En ese momento me puse yo a llorar también como una loca, mi sueño se cumpía.. por fin algo de buena suerte este año.

-Eso ni lo dudes, mi niña.

Hoy pasé directamente de Hugo, no le hice caso en las cuatro horas que tuve clase con él, hoy no podía amargarme. Estaba pensando en que me tenía que comprar ropa de abrigo cuando noté que toda la clase me miraba.

-Excuse-moi? Dije, aunque mi cerebro estaba pensando en la chaqueta verde militar que vi en la tienda y que tenía que ir a comprar.

-Me está vacilando ¿verdad Ángela?

-No. Dije disimulando mis ganas de reir.

-Acompañeme fuera de clase.

Ya me había metido en otro lío con este profesor, seguro que no me aprueba la asignatura.

-¿Se puede saber qué le pasa?

-A mí no me pasa nada, es usted el que parece que tiene algo en contra de mí. OH MY GOD creía que acababa de cagarla... mis pensamientos salieron sin filtro.. esto me ocurría muy a menudo, lo malo de la situación es que ahora había ocurrido con mi profesor.

-No debería de sonreír como una idiota, cuando se le pregunte algo, parece que se está riendo de la persona que le pregunta.

-Señor usted tiene un problema ¿Quiere que le diga cuál?

-Ilumíname

-Está usted amargado y necesita un buen polvo. Ahora si que la había cagado.

-¿Cómo ha dicho?

-No pienso repetirlo, ahora si me disculpa me voy... fui a abrir la puerta y me agarró la muñeca, su tacto era suave y su mirada era intensa, no sabría decirte si era de deseo o de furia. Pensé que seguro que sería de lo segundo.

-Quizás la que necesita un polvo eres tu, bonita. No supe qué contestar. A partir de ese momento dí la asignatura por suspensa, no pensaba ir ni un día más clase.

Fui a la cafetería como cada mañana y allí encontré a Rosana que casualmente estaba allí, desde que me dijo aquello del polvo estábamos tensas en casa, hablábamos lo justo y necesario.

-¿Qué haces aquí?

-He encontrado trabajo de camarera curiosamente aquí, ahora comeré aquí tres días a la semana así que no hace falta que hagas de comer para las dos esos días.

-Bueno... hoy que iba a hacer mi maravillosa lasaña.

-Eso es traición... ¡la haces cuándo no estoy! dijo todo esto riéndose.

-Tranquila que yo te guardo para que cenes. Le di un beso y me senté en una mesa en la que me dispuse a desayunar, terminé mi trabajo y después iría al piso para hacer la comida ordenar mi cuarto y preparar las clases para la tarde, mi vida era estresante no paraba de un lado a otro y para colmo llevaba un día de mierda en el que no daba pie con bola. Al parecer la clase había acabado porque Alicia apareció en la cafetería.

-Tía qué te ha dicho el profesor que ya no has entrado más.

-Nada y no me hables más de ese personaje ya no pienso entrar más a clase.

-No puedes hacer eso, deberías...

-No me hables más de eso.

Como me vió cabreada decidió pasar del tema por un momento y dejar que el tiempo pasara.

-¿Comemos juntas?

-Vale, voy a hacer lasaña, vayamos a mi casa. Dije esto porque en realidad estaba de ánimo bajo y necesitaba de ella para animarme, ahora tendríamos que buscar compañera de piso nueva porque Ana la compañera que teníamos se había ido cuando acabó la carrera en junio, por eso no os lo he comentado antes y encima nos cuesta llegar a fin de mes. Cuando me iba a ir Rosana me interceptó.

-Me ha llamado una chica por el anuncio del piso, está dispuesta a verlo esta tarde. ¿casualidad? Se me iluminó la bombilla.

-Bueno pues que pase pero yo estaré en la academia.

-No pero no me has entendido, si le gusta, se queda y trae todo a casa ya hoy.

-Que me da igual Rosana. Mientras que pague y no me de la lata estará bien.

Fuimos a casa y empecé a cocinar la lasaña con bechamel tan rica que mi madre me enseñó, comimos vimos un capítulo en Netflix, después Alicia se fue y yo preparé mi clase, esa tarde tenía a los más pequeños, los que más quería, es obvio ¿no? los niños son el alma más pura, más sincera que existen. Al principio cuando monté la academia pensaba que no iba a venir nadie, pero me sorprendí de la acogida que tuve, sobre todo con ellos.

-Niños, ¿Habéis hecho los ensayos de hoy?

-Si. Dijo la más trabajadora, cuando era alumna, siempre solía decir que no iba a ser como mis profesores, no iba a tener preferencias o favoritismos, aunque no los tengo es inevitable derretirte con los niños que te trabajan y responden a tu modo de enseñar es perfecto, yo me siento la más realizada del mundo.

-Yo no, ni lo voy a hacer. Este era Pablo a diferencia de Amaia nunca hacía nada y siempre me estaba vacilando, en definitiva me saca mucho de quicio, decidí llamar a la madre.

Pregunté a los que quedaban y me dijeron que sí lo habían hecho, di la clase y me fui a casa. En la academia dejé a un amigo que tenía contratado por eso no eran tantos los beneficios que obtenía. Tenía empleados y eso no era barato de mantener.

Llegué a casa con un ojo abierto y el otro cerrado, con unas ganas de darme una ducha que ni os imagináis y cuando llegué me encontré a Rosana comiendo como una persona que lleva sin comer meses, la miré al parecer con una cara de exasperación.

-¡Qué? Tu lasaña es lo mejor.

Al entrar en el baño tuve que cerrar la puerta corriendo, me encontré a una chica de pelo rizado y ojos verdes en el baño, desnuda. Mis mejillas ardían muchísimo, que puta vergüenza, fui corriendo al salón y le grité a María.

-¡Te has vuelto lesbiana y no me lo habías dicho, desalmada, mala amiga, mala persona!

-¿Pero Qué dices! Es Mada nuestra nueva compañera, a mi me gustan las pollas más que a un tonto un lápiz, aunque no te digo yo que no probaría con una tía.

-Dios, esas cosas se avisan, la he visto en pelotas.

-No pasa nada... dijo una voz tímida a mis espaldas. -Soy Mada.

Yo no lo sabía pero ese fue el comienzo de una maravillosa amistad.

¿Casualidad o causalidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora