Capítulo 18

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-Tranquilo Hugo, podemos seguir hablando en otro momento, ahora vete a descansar y yo tengo que estudiar, en cuanto acabe voy a la cama.
Me dió un pico que me sentó genial pero no quería aquello, no lo quería por el simple hecho de que tenía fecha de caducidad, estaba cagada, tenía miedo, un miedo horrible que no me dejaba respirar últimamente y lo mejor de todo chicos es que no sabía a qué tenía miedo. Los exámenes finales iban acercándose cada vez más, yo no estaba yendo a clase y tenía que aprobarlas todas, con un poquito de suerte lo haría y podría dedicarme de lleno al trabajo de fin de grado y a lo mejor me sobraba tiempo para viajar a París que es donde mi amiga María estaba de erasmus. Todavía no había asumido que no iba a realizar el erasmus pero que iba a hacer... era mi hermana a quien dejaba aquí, en coma, hay prioridades en la vida. Siempre me han dicho que tener una amiga es como tener un tesoro, nosotras eramos a veces muy iguales y otras tan diferentes pero cada momento con ella para mí era como un pequeño regalo que iba guardando en mi corazón y si esto había pasado así era por algo. Dejé de darle vueltas a la cabeza ya había sido suficiente aquél día, terminé de estudiar y me fui a la cama para descansar.
Me acurruqué junto a Hugo y me abracé a él.
No sé en que momento me levantó y me empotró contra la pared, lo sentía duro como una piedra, sus labios perfectos me devoraban, primero la boca... después el cuello... Dios como me ponía.
-¿Puedo?
Me pidió permiso para lamer mis pechos, mis pezones, estrujarlos.. moderlos... yo solo sentía una quemazón que nada más aliviaba sus labios. Me quitó las bragas porque la ropa había volado antes y me colocó las piernas en sus hombros. Y chicas tengo que deciros que me desperté empapada y jadeante... ya me extrañaba a mí que una persona durmiendo tuviese esa energía así de repente. Vaya chasco me llevé y lo peor de todo el calentón no se me bajó en toda la noche.
-Buenos dias, despierta pequeña... hay que ser buenos y tengo q irme a trabajar pronto...
-mmmm
-Te he hecho el desayuno, tortitas.
-No tenías por qué.
En cuanto me levanté fui a lavarme los dientes y a darme una ducha, seguía caliente.
-¿Qué tal has dormido?
Él me preguntó eso sin ninguna malicia pero yo fui tonta.
-Bien, he soñado contigo.
Y tanto que había soñado con él.
-¿Qué has soñado?
Mierda, rápidamente le dije que no me acordaba pero cómo no iba a acordarme. Algunos dirán que era una  mentirosa pero no iba a decirle que había soñado con él follandome y que era mi fantasía de noche y de día.
Cuando se fue llegó Mada y casi que empecé a respirar, era martes y el jueves tenía la cena.
-¿Cómo lo llevas?
Estaba tan abstraida pensando en el momento que me había empotrado que no escuchaba. Me tiró una piel de pepino y después de reirme y pegármela en la frente como de pequeña me hacía mi abuelo... le conté el sueño, no paraba de reirse.
-Verás cuando Rosana se entere.
-¿No te atreverás? Como se entere me la lía con Hugo.
Después de unas cuantas amenazas y carcajadas por nuestra parte, Mada me confesó que se había enamorado de su jefe.
-Anoche lo besé y casi me lo tiro en su escritorio, la tiene enorme, lo sé porque se la chupé.
-Demasiados detalles, quien iba a pensar eso de ti hija de mi vida.
-Tú sabes que mi madre me echó de casa por que no aceptaba mi sexualidad.
Os hago un pequeño inciso, ella salía con una chica y su madre eso no lo aceptaba.
-Bien pues creo que la forma de volver a recuperarla es esta... además el me gusta... y me tiene loca...
-Mada no hagas el idiota, Tú eres tú y no tienes que cambiar por nadie, si hoy quieres estar con ese tío fantástico pero si mañana quieres estar con una tía me parece ideal y no tienes que dar explicaciones a nadie.
-Él pensará que soy una cualquiera.
-¡Por dios Mada! Quién iba a decir que eres bisexual, piensas como una retrógrada, que más da quién se haya acercado primero, lo importante es que casi hacéis el amor y eso es algo bonito.
-No te flipes que iba a ser un polvo.
-BUENO un polvo me da igual.
-Quizás la que debería echar uno ya eres tú.
Y cuando fue a ducharse eso mismo fui a hacer, iba camino de la universidad a echar el mejor polvo de mi vida.

¿Casualidad o causalidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora