-Ángela
-Pablo
De repente lo llamó una clienta y fue lo mejor que me pasó, intenté ignorar el hecho de que acababa de reencontrarme con el que era el supuesto amor de mi vida, fue duro chicos. Muy duro. Verlo después de tanto tiempo tan guapo, tan como cuando era mío, pero esa vez al verlo sentí algo diferente ya no sentía ese cosquilleo que sentía antes, ya no se me erizaba la piel al mirarlo. El sentimiento se había esfumado mi primer impulso fue levantarme e irme pero no quería darle el gusto a ese hijo de puta.
-Ángela yo... lo corté no tenía nada que escuchar.
-Pablo no te preocupes todo está olvidado. Esperaba que con esa contestación bastase, su cara cambió quizás mi tono no era el más conciliador pero parece ser que para él lo fue porque su respuesta me dejó totalmente atónita.
-Qué te parece si te invito a esto y hablamos de todo.
No quise hacerle ver que realmente no queria saber nada de él, que no me daba igual tenerlo delante así que asentí, por lo menos la merienda me saldría gratis.
-¿Cómo te va todo?
-Bien
-¿Montaste al final la academia?
Le señale el montón de hojas que tenía que corregir y sonrió.
-Siempre fue tu sueño.
No os imaginais las ganas que me dieron de patearle la cara y otra cosa mas dolorosa, en ese instante mi teléfono sonó, me estaban llamando y el que llamaba era Hugo una luz se encendió en mi cabeza.
-Lo siento tengo que cogerlo.
Sé que Pablo vió perfectamente su nombre en la pantalla y yo me sentí satisfecha porque puso una cara que dejaba entrever más que ocultar.
-Dime cariño
-Ángela ¿Estás bebida?
-No, mi amor. Hablamos cuando llegue a casa. Chao.
Colgué y me divertí tanto de la cara que tenía que estar poniendo mi amor platónico y la cara que tenía el gilipollas de mi ex. ¿Por qué eran tan guapos maldita sea?
-¿Tienes pareja?
-Claro, llevo casi un año con él y ya hasta vivimos juntos. Juro y perjuro mis amores que las palabras salieron de mi boca sin filtro quería molestar, hacer daño.
-Yo también, mi novia se llama Elena, seguro la conoces te llevabas bien con ella, antes de que nosotros lo dejasemos.
-Sería antes de que tú me dejases ¿no?
-Bueno.. no quería...
Solté una carcajada me gustaba hacérselo pasar mal.
-No te preocupes te repito que ¡pasado pisado! Ahora soy una mujer moderna que disfruta del sexo sin complejos.
Otra cosa que me salió del alma, estaba que me salía desde lo de Rafa. Su cara seguía siendo de circustancia y de repente soltó.
-¿Quieres qué hagamos una cena en parejas?
Creo que mi cara lo dijo todo para mí que ese día estaba fumado porque a día de hoy sigo sin entender esa propuesta.
-Solo si te sientes cómoda.
-Claro por mí ningún problema, el sábado a las 10 en el...¿centro comercial?
-Allí estaremos.
Sonrió y se levantó lo estaba llamando su jefa, yo aún no era consciente de la locura que acababa de cometer sobre todo porque no tenía novio y ahora tenía que intentar convencer a Hugo para no quedar como una mentirosa-rencorosa.
Terminé el comando y me fui ya ni podía corregir ni nada, tenía que contarselo a alguien y necesitaba hablar con Hugo para contarle en el lio que lo había metido o quizás no quedar con Pablo quién sabía. Aparqué y subí a casa, abrí super rápido juro que nunca he corrido tanto y mientras colgaba la chaqueta, el bolso y el maletín empecé a relatar todo lo que me había pasado, tan eufórica estaba que no me di cuenta de que había más de un par de ojos mirandome.
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¿Casualidad o causalidad?
Chick-LitÁngela es enérgica, agotaría la paciencia de cualquier persona, quizás eso sea parte de su encanto. Estudia cuarto de carrera y además trabaja por la tarde en su propia academia de idiomas, pequeñita pero que no le va nada mal. Hugo, un profesor su...