Capítulo 20

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Opté por no abrirle la puerta a mi jefe, ya iría más tarde en su busca, lo que estaba claro es que el momento se había roto. Ojalá ella no viera en mis ojos lo que quería expresar porque al  final todo se ve hasta la mentira mejor guardada sale a flote como los trozos de un barco que acaba de chocar contra un iceberg.
No paraba de pensar en ella, intento convencerme de lo contrario pero se que esto es inevitable. Estaba preciosa con ese body sexi en mi escritorio, maldita sea me la iba a follar encima de mi mesa y lo iba a hacer tan fuerte que aún me duele la polla del calentón, se que nunca me escuchais hablar así pero es que nunca me habeis visto así de cachondo. Ángela mi preciosa Ángela que ojos más bonitos tenía, solo podía pensar en sus ojos marrones pidiendome más. Me entró el miedo, nos pasa a veces a las personas,  nos cagamos vivos hasta el punto de cagarla pero chicos eso es ley de vida, es el ser humano en general. Cuando escuché que mi jefe se había marchado dije sin querer parecer un mierda
-Lo siento esto no tenía que haber sido así.
-oh... está bien
Mierda la estaba volviendo a cagar..
-No malinterpretes, te habría follado hasta que me hubieras suplicado que parase, pero no sé las cosas contigo son diferentes, no eres como las demás.
-Sé que no soy una modelo pero no he visto que no te gustase lo que estabamos haciendo... oh lo siento, que ridícula he sido, creía... bueno da igual, Encima de que tú estabas ayudandome con lo de mi ex voy y me confundo.
-confundirte con qué
-Creía... creía que te gustaba, que.. que había algo especial en nosotros. Que había un nosotros pero veo que no, vaya palo.
Cogi su mano y me la acerqué a mi polla.
-¿Te parece suficiente o quieres más para tener claro que no me gustas si no que me encantas?
-Yo...
-No me he explicado bien quiero decir que tú eres diferente a las demás, no eres un simple polvo y yo lo sé.
Se ha puesto roja... como un tomate pera dandole el sol, tan preciosa ella con el pelo desordenado y los labios hinchados de los besos que nos estabamos dando hace un rato. La cojo en volandas y la llevo al sofa y le quitó los corchetes del body uno a uno sin dejar de mirarla a los ojos e intento mantener el autocontrol de no tirarmela en ese mismo intante, bajo los tirantes del body y livero primero uno y después el otro pecho y los masajeo, toco sus pezones erectos, apuntandome y los pellizco, suelta un jadeo ahogado. Desvío la mirada hasta su cuello donde cualquier vampiro sería feliz con aquel festing, empiezo a mordiscos pequeños, besos intento controlarme pero no lo consigo acabo dandole mordiscos cada vez más grandes y ella, ella... cada vez gime más y se restriega contra mi paquete, bendito autocontrol señores. Sigo los besos por la mandíbula hasta que llego a su boca y la deboro frenéticamente que ganas les tenía a esos labios rojos tan bonitos y tan sexis. Todo en ella era sexi.
-Hugo...
-Dime cariño
Yo diciendo cariño? Que me estaba pasando me estaba convirtiendo en un blando..
-Lo necesito ya... estoy preparada
Otro gemido, otro movimiento, mi polla palpitando  cada vez más. Yo tambien la necesitaba.
-Tomas algo? Ella asintió. Me bajé los pantalones y dejé mi erección al descubierto, su cara de sorpresa me gustó, llevé su mano para q me la masajease y dioooooos que bien se sentía eso...
-Eres la primera después de Sandra.
Le quité el body por completo e introduje mi polla en ella, se sentía tan bien, tan acogedora. No sabía cuanto iba a aguantar así que empecé a tocarle el clítoris para acelerar su orgasmo.
-Dios, esto no debe ser bueno
-Lo malo cariño, sería  que no lo hicieramos, no se como hemos tardado tanto. Le dije y bendita maravilla. Notaba cada vez mas tensas sus paredes vaginales, y yo cada vez daba embestidas más fuertes. De repente se puso encima  y me cabalgo, esto si que no lo esperaba.
-¿Te queda mucho? Le dije no podía aguantar mucho más
-No.... pero correte ya si quieres
-Aquí nos corremos los dos ojos negros.
Hizo un movimiento de caderas que me hizo gemir fuerte, agarré su culo y la ayudé a acelerar el proceso, estaba cerca lo notaba, mordiscos en sus pechos, en el cuello, no te como se tensaba.
-Cariño llegamos juntos venga
-ya... ya llego Hugo... oh siii
-QUE ME HACES. Digo mientras me sacudo en su interior. Cuando nos corremos nos miramos fijamente, dios mío... la beso y beso, estoy perdido, Rafa tenía razón.

¿Casualidad o causalidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora