Ser invisible

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Madrid, marzo de 2018

Narra Agoney

Levanté la cabeza y las ví, ahí, las cuatro rubias de mis amigas plantadas mirándome como esperando a que dijera o hiciera algo.

-¿Qué coño miráis?- pregunté ya mosqueado.

-¿No vas a decir nada?- preguntó Mireya mirándome con una ceja arqueada.

-¿Sobre qué?- respondí con otra pregunta.

-Jo, Ago, pues a lo de ir al cumple de Raoul- dijo, esta vez, Nerea.

Sonreí irónicamente y me acomodé en el sofá.

-¿Y por qué tendría que ir al cumpleaños de ese gilipollas?- pregunté tranquilamente.

Las cuatro me miraron y resoplaron.

-Pues porque tienes una cara de garbanzo batío que no te aguantas con ella- soltó Mireya.

Miré realmente mal a la malagueña y solté un bufido.

-Además eres el único de las amigas que no lo ha felicitado ni por las redes sociales ni nada- dijo Nerea.

-Es que ellaaa se hace la interesanta- dijo Miriam.

Las cuatro chicas empezaron a reírse por aquello y yo las miré fruciendo el ceño, enfadado.

-No sé qué cojones os hace tanta gracia a vosotras cuatro- dije subiendo el tono de voz y me levanté del sofá.

Nerea les hizo un gesto con la mano para que se callaran y tiró de mi brazo para que volviera a sentarme.

-Va, Ago, no te enfades que estamos de broma- dijo la chiquitina intentando calmarme.

Yo resoplé y mis cuatro amigas volvieron a mirarme atentas.

-Ahora en serio, Ago, que no quieras felicitar a Raoul públicamente pues hasta lo entiendo porque estás dolido pero, hostia, no te pongas así con nosotras y vente al cumpleaños aunque sólo sea por estar las amigas juntas- dijo Miriam.

Mimi se sentó a mi lado en el sofá y me miró.

-La leona tiene razón. Además mereces ser feliz y disfrutar de una fiesta, que para eso es una fiesta, aunque sea en casa de tu ex- dijo Mimi súper segura y sonrió.

Yo resoplé y pasé una mano por mi pelo. Ellas me miraban con cara de buenas esperando una respuesta a todos los argumentos que me habían dado, cada una de ellas.

-Esto lo hago por vosotras- dije, al final.

Ellas aplaudieron contentas y se tiraron encima de mí para besarme y abrzarme. Ahora mismo tenía complejo de peluche, pero eran mis niñas y las adoraba.

***

Barcelona, marzo de 2018

Narra Agoney

Llegamos a Barcelona y fuímos directamente a casa de Raoul. Una vez allí miré a mi alrededor, porque no reconocía ni un sólo ladrillo de aquella enorme casa, mientras Nerea llamaba al timbre.

-Esta casa no es la de siempre- acabé por decir.

Ricky, Mimi, Miriam y Mireya se giraron hacia mí y me miraron con una ceja arqueada, como si hubiera dicho una gilipollez, los miré sin entender nada y acabé por encogerme de hombros con gesto indiferente.

-Es que ya no vive con sus padres, ahora vive sólo- explicó Nerea, mirándome, y volvió a tocar el timbre.

-Lo que hace tener dinero...- dije en voz baja y metí las manos en los bolsillos de mi vaquero.

PROMETO |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora