Amistad

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La habitación del hospital estaba apenas iluminada y no se escuchaban ruidos cercanos.

Miró hacia todos lados sin entender qué estaba haciendo allí, él no estaba herido, sólo unas laceraciones en sus muñecas y tobillos...

¿por qué no le dejaban ver a Kanon? ¿Por qué había un oficial de policía en su puerta y su padre no podía verlo?

Se movió lentamente en su cama y al sentir el roce de sus manos contra las sábanas, recordó la mano de Kanon acariciándole mientras bailaban...

Sus ojos se llenaron de lágrimas y ya no pudo evitar el llanto... quería y necesitaba verlo, que supiera que estaba allí con él ¿Estaría consciente? ¿Saga estaría con él? Seguro que lo estaba cuidando, era la otra persona en el mundo que lo amaba tanto como Camus... 

Se secaba las lágrimas cuando la puerta se abrió y una sombra entró en la habitación despacio; su voz sólo fue un murmullo pero Camus entendió y su felicidad se hizo ver en segundos

-Milo! ¿Cómo pudiste entrar?

Su alegría pronto regresó a la tristeza y sólo comenzó a llorar, siendo al instante contenido por el otro chico...

-¿Qué pasó, Milo? ¿Cómo está Kanon? ¿Por qué no puedo verlo?

-Camus... te drogaron a tí también... yo... yo fui a esa fiesta en el barco... me quedé bastante oculto porque no quería que Aioria me viera...

Milo movía las manos nervioso y se separó de Camus.

-Yo... yo vi cuando Kanon se desvaneció y supe al instante que era una trampa para ustedes... me bajé del barco... llamé a la policía...

Ví cuando llegaron pero creo que como siempre fue demasiado tarde para evitar todo lo que pasó... lo siento tanto...

-¿Sabes de Kanon? yo... necesito verlo... yo lo... no me dejan salir...

-Estás en un hospital con protección al testigo... los Leoni están furiosos y lo tomarán contra nosotros, contra todos...

Yo... el oficial de la puerta es familiar y me dejó pasar pero tienes prohibido el contacto con todo el mundo... Aioria pertenece a la mafia igual que su padre... estás en peligro, Cam...

-No me importa... quiero ver a Kanon... yo...

-Kanon ya no está aquí... su hermano se lo llevó a Grecia... dijo que a tu lado no tendría paz jamás... 

-¿Qué? ¿Cómo? Saga dijo eso?... por qué?...

Camus  trataba de respirar mejor, su garganta estaba cerrada y el nudo que tenía no se iba...

-... no... yo quiero estar con él...

-Tanto lo amas?

Sus palabras salieron de su boca antes de poder pensarlo y obtuvo la respuesta sin querer oirla...

-Kanon es todo en mi vida... junto a mi familia... siempre ha estado conmigo desde que me acuerdo...

Fue mi defensor en mi infancia, mi protector y hermano mayor ante todos; siempre me hizo sentir especial, importante y cuando fui creciendo... él no cambió, me respetó y me ayudó en todo...

Yo creí que mi cariño hacia él era un lazo de hermanos, que era agradecimiento puro por todos estos años que me dedicó... pero...

Pero... hace un tiempo que me dí cuenta que no es así, que va más allá de todo... sí, es tanto lo que lo amo que duele... y él no lo sabe... nunca me atreví a dar un paso más allá de la amistad por miedo a perderlo... Kanon me ve sólo como a un hermanito menor...

Milo no supo que decir, hubiese dado su vida porque esos sentimientos fuesen para él... el peliazul sabía perfectamente que Kanon no veía a Camus como a un simple amigo o como a un hermano, él había visto amor en los ojos del gemelo cuando bailaban juntos pero...¿qué podía hacer?

Tampoco se lo diría a Camus, dentro suyo, una parte pequeña y egoísta le decía que si no se volvía a saber de los gemelos, él tendría una oportunidad con Camus... además, después de todo, los amigos no habían cruzado la barrera como él creía...

El chico delante suyo lloraba sin cesar abrazado a su almohada, era sólo un chico indefenso en las fauces de un león hambriento...

De pronto recordó el mensaje que se le había encomendado y que la confesión le había hecho olvidar momentáneamente.

-Cam... debo darte algo que Saga me dio cuando lo vi por última vez en el hospital...

Sacó un papel del bolsillo y se lo entregó; Milo vio como la cara de Camus palidecía y empezaba a temblar convulsivamente. Se asustó y lo abrazó fuerte

-¿Te sientes bien? 

-Es... es... de Kanon...

Camus temblaba y lloraba y miraba el papel en sus manos...

-Kanon dejó a mi nombre su cuenta bancaria para que utilice su dinero para...

Rompió a llorar nuevamente

-Para qué,  Cam?

Milo no entendía nada

-Mi... mi hermanito... sufre una enfermedad y ... está muy mal... Kanon y yo comenzamos a bailar juntos para que yo juntase el dinero necesario para llevarlo a China...

Ya me faltaba poco... con ésto... con ésto... ya lo puedo hacer operar a Hyoga... mi patito se va a operar gracias a Kanon...

De pronto Milo entendió muchas cosas: la soledad de Camus, su personalidad introvertida y reservada...

Ese chico sentado frente a él era un perfecto extraño; nunca lo había pensado más que como al chico bello y sexy del que se había quedado encantado aquella noche...

Jamás vio mas allá de eso y ahora entendía que nunca podría compararse a Kanon, el ser que Camus adoraba porque era quién más lo conocía en el mundo.

-Yo... yo no sabía de tu hermanito... Saga tan sólo me dijo que todos los papeles estaban en orden, que sólo tenías que retirar el dinero...

-Pero... pero entonces Kanon está bien y fuera de peligro!

La carita de felicidad de Camus hizo que Milo se sintiera bien por un momento...

- No... Cam... Kanon no estaba bien, recibió muchos golpes y estaba muy mal físicamente...

El que hizo todo posible a pedido de Kanon, fue Saga; aprovechó el hecho de ser gemelos idénticos y se hizo pasar por su hermano... lo siento mucho... 

-Aún estando mal pensó en mi y en mi hermanito... te das cuenta Milo que es imposible no amarlo?

Las palabras de Camus eran dagas al corazón del otro chico pero se sobrepuso al dolor de no tener chances con el menor...

Emitió un suspiro enorme y le sonrió con dulzura... nunca le haría saber a Camus cuanto lo quería y seguiría siendo su amigo y lo ayudaría en todo lo posible... 

-Cómo haremos para salir de aquí sin que nos vean?

Camus preguntó suavemente y Milo le hizo una gran sonrisa cómplice.

-Te dije que el guardia es de la familia y nos dejará salir

Camus sonrió y fue una caricia para Milo, que no se esperó nunca en la vida, recibir el beso de agradecimiento que le dio el otro chico en su mejilla. 

-Gracias Milo! estoy muy feliz de haberte conocido! eres una gran persona!

Bailarina particular (Private dancer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora