Confesión

578 79 125
                                    

Narra Milo

La noche que te vi danzar en el escenario... parece que hubiese pasado una eternidad y sólo fue hace 15 días...

Esa noche mis ojos se posaron en ti como nunca lo habían hecho en nadie...

Eras tan tímido, tan agradable al mismo tiempo y tu inocencia se reflejaba en tus sonrojos... te diría hermoso? no... eso es poco... perfecto! sí, esa palabra te hubiese definido mejor...

Me invitaste a bailar delante de Aioria y yo supe que esa acción tuya traería consecuencias, pero no me importó de momento.

Me habías elegido a mí como tu príncipe azul, esas fueron tus palabras y yo me sentí orgulloso de mí mismo...

Te disfruté tanto mientras bailábamos, mis manos recorrían tu espalda y tú no me rechazabas, sólo apoyaste tu rostro en mi pecho y me dejaste guiar...

Nunca olvidaré tu suave beso al separarnos y con la sonrisa que me agradeciste; fue tan increíble, casi irreal...

Pero todo lo bueno termina.

Al salir del local Aioria estaba muy borracho y las tomó conmigo; los chicos se habían marchado luego del baile inicial y sólo habíamos quedado nosotros dos.

FLASHBACK

-¿Cómo pudiste aceptarlo? yo lo quería para mí! debió ser mío en ese baile!

-Aiori...

No pude terminar de hablar porque me golpeó duramente el rostro y me hizo caer al piso...

Me pateó brutalmente como si fuese un extraño, yo no le reconocía... me dejó tirado en el piso, no le importó nada de mí, su amigo...

-Que te sirva de lección para no meterte entre un Leoni y su presa...

FIN DEL FLASHBACK

No pude levantarme de la cama por dos días y luego tenía miedo de encontrarlo en la calle, así que sólo me desaparecí por el resto de la semana...

Pensé que estando sobrio se le pasaría el enojo y volvería a ser el Aioria loco pero bueno que yo conocía...

Esa noche, tu última noche en el show, decidí ir a verte... no podía dejar de pensar en tí, en tu rostro, la suavidad de tu cuerpo... tus labios en mi mejilla...

El local estaba lleno como de costumbre y me quedé en un rincón, esquivando gente conocida y fuera del alcance de Aioria, a quién veía sentado junto a Shura en una de las mesas principales...

Bebían y hacían escándalo, ya estaban borrachos...

Saga te presentó y fue una ovación generalizada... sonrío al pensar que Kanon nunca obtuvo esa locura que desataste en el público desde la primera vez...

Eres especial, tan hermoso y sexy pero tan seguro de lo que quieres y de quién eres... 

Bailaste, sacaste a un chico a bailar y morí de celos cuando te apretó contra él e intentó besarte...

Pero tú lo separaste con cortesía de tu persona y le dijiste que no se equivocara... que eras un bailarín pero que no tenías más intenciones que esas, sólo bailabas allí...

Te hiciste respetar y el chico entendió y se disculpó... me hubiese gustado ser tu amigo y conocerte más...

Salí del bar al terminar la función, me quedé esperando... esperándote mejor dicho... no sabía bien por qué lo estaba haciendo, no sabía ni qué te diría...

Allí estaba cuando saliste con Saga y te despediste con tu típica sonrisa, te seguí desde lejos para no asustarte porque ese lugar es peligroso...

Sólo lo ví llegar, acercarse como un león a su presa, te apresó del brazo y te llevó a los tirones al claro del bosquecito y allí fui testigo de las acciones más horrorosas que vi en mi maldita vida...

Te tiró con brutalidad al suelo, golpeándote y yo, sólo miraba congelado en mi escondite, recordando el dolor que había sentido en carne propia...

Tú tratabas de defenderte pero un Aioria enojado y borracho es difícil de vencer y pronto te superó en fuerza y maldad...

Te escuché suplicar y aún ahí no me pude mover; vi con pavor como destrozaba tu ropa mientras se reía y te manoseaba, vi como te dió vuelta y te...

Dios, me odio, me detesto... sólo observé, creo que ya estabas inconciente, no te movías y sangrabas mucho...

Maldito cobarde que soy, te dejé solo, tu valiente príncipe azul es un maldito cobarde!

Aioria te dejó ahí, sin más, le importó nada si estabas muerto...

Yo esperé a que se fuera y me acerqué corriendo adonde estabas; casi no respirabas y tu palidez extrema me asustó mucho.

Te sostuve en mis brazos hasta que llegó la ambulancia... nunca despertaste y yo miraba tu rostro ensangrentado, al igual que tu cuerpo (puse mi campera sobre tu cuerpo para ocultar tu desnudez) y no podía dejar de pensar en que te había tenido entre mis brazos disfrutándote mientras que en ese momento, te tenía entre mis brazos mientras tu vida se escurría...

Acá estoy ahora, en una silla en esta sala del hospital donde sigues inconsciente...

Tu padre viene todos los días a verte pero no se queda mucho y le encarga a Kanon que le avise si despiertas...

Kanon está tan cansado como yo, no se ha alejado de tu lado un segundo, está muy pálido, aún no estaba bien recuperado de su enfermedad pero no le importó y se instaló aquí...

Seguido lo veo llorar con tu mano entre las suyas, creo que ya no sólo eres su amigo, creo que te ama...

¿Qué haré cuando despiertes? ¿Tendré el valor de pedirte perdón por no ayudarte, por no jugarme por ti cuando me necesitaste?

Bueno, sólo espero que despiertes, que te cures... que olvides... idiota soy... ¿cómo es posible olvidar algo así?

Pero si yo pudiese, si me dejaras, yo te ayudaría a salir adelante... 

No... eso no es cierto... soy un maldito cobarde que no hizo nada por ti...

¿qué puedo hacer ahora para compensar lo que no hice? ¿Amarte? ya te estoy amando, pero no me podré perdonar nunca...

Ese chico que está sentado a tu lado, que llora porque también se siente culpable, él... él dice que es toda su culpa por haberte dado el trabajo...

Él no sabe... yo no debería estar aquí y sin embargo acá estoy, purgando mi culpa en esta confesión y aceptando que te perdí antes de poder tenerte...

A pesar de ser un maldito cobarde... te amo Camus... perdóname... 

Bailarina particular (Private dancer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora