Vida nueva... vida infeliz...

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Se encontraron en el lugar pactado; Camus aún lucía el buzo de Milo con capucha que le quedaba enorme y que había servido para que saliese del hospital sin ser parado por ningún guardia.

Con la cabeza gacha y saludando amablemente sin mostrar nerviosismo, había dejado el lugar en que estaba prisionero desde hacía unos días...

Milo tomaría su lugar en la cama en caso que alguien mirase dentro de la habitación.

Al llegar la noche, Milo salió sin ningún problema de aquel lugar y tan pronto estuvo en la calle, corrió al lugar de encuentro.

Camus lo esperaba escondido en un rincón, no conociendo el lugar ni sus alrededores... al ver llegar a su amigo, la sonrisa se instaló nuevamente en su rostro.

Planearon todo: con el celular de Milo pero con número desechable se comunicaron con Degel y le contaron los detalles de sus movimientos desde ese momento...

El padre de Camus respiró más tranquilo al escuchar a su hijo al teléfono y sabiendo que aquel jovencito que había conocido en el hospital hacía cerca de un año, lo estaba ayudando...

Con toda tranquilidad y sin que nadie sospechara, Degel sacó los pasajes hacia China para él y Hyoga, juntaron todas sus pertenencias y poco tiempo después, ambos se encontraban rumbo al aeropuerto, junto a la enfermera que cuidaba al niño...

Unos días después, un jovencito pelirrojo, de ojos color carmín con pasaporte recién sacado, subía a otro avión rumbo a China, con el resto de pertenencias de la familia...

Los Leoni nunca se enteraron cuando los Verseau dejaron el país para siempre...

Un niño de cabellos rubios como el sol corría en el parque seguido por un perrito pequeño; era su segunda salida desde el accidente que lo había postrado en una cama y tras la operación que había llegado en el momento justo para salvarle la vida...

Su joven hermano lo observaba sentado en una banca al lado de un hombre en silla de ruedas.

Ya había pasado lo peor, seis meses tras la operación y todo había salido fantástico! Hyoga volvía a tener una vida normal!

Camus observaba con amor a su patito, que incansablemente, corría tras el perro... le sacaba fotos de cada movimiento que el niño hacía y las enviaba a un número en Grecia.

-Sólo míralo y dime si no es bello verlo así!

Escribía rápido y una sonrisa se le escapaba de los labios.

-¿Le escribes a Milo? envíale mis saludos y dile que cuando quiera puede venir a visitarnos

-Él lo sabe papá! pero igual se lo digo...

De pronto su rostro se volvió triste y su padre lo notó en seguida.

-¿Aún no sabes nada de él, verdad?

-No... Saga ya no tiene el mismo celular, nunca me envió un mensaje siquiera diciéndome si Kanon mejoraba... no sé qué pasó...

-No pierdas las esperanzas, Cam, él volverá a ti, yo lo puedo presentir...

-Gracias padre...

Un mensaje le cortó la conversación

-Tu hermano es un solcito! dile que lo quiero mucho...

Y le envió una foto suya comiendo una manzana, que hizo sonreir nuevamente a Camus...

"Las costumbres no se pierden jeje!" decía abajo.

Camus se acercó a su padre y se tomaron una foto juntos, enviándola al instante.

Milo no le contestó en seguida, aunque Camus podía ver que el chico seguía conectado.

Ya se estaban yendo del parque cuando un mensaje entró y Camus se quedó mirando la pantalla sin articular palabra.

Una foto estaba entrando y tardaba en cargar pero los rasgos de las personas en ella le resultaron familiar.

-Dita y Masky?

Los enamorados aparecieron a pleno en la pantalla del celular y se podía ver que Dita tenía un papel en la mano.

-Mira quienes me visitan? llegaron recién, junto con tu foto y lo primero que dijeron fue que estás muy bello pero que luces triste... yo te conozco mejor y también lo sé...

Camus sintió que las lágrimas le traicionaban y comenzaban a rodar por sus mejillas.

-No estoy triste, sólo cansado...

Mintió y lo hacía muy mal... aún escribiendo

La pantalla vibró y se encontró en tele conferencia con los tres al mismo tiempo; tuvo que secarse rápido las lágrimas pero sus ojos no mentían y Dita se enterneció.

-Bebé, no llores... lo encontraremos...

Dita era muy dulce con Camus.

Habían hecho una hermosa amistad tras la partida de Francia y cuando Milo también había dejado el país con su familia para vivir definitivamente en Grecia.

Se visitaban a menudo y siempre estaban en contacto con el menor del grupo, que por el momento debía seguir en China hasta completar el tratamiento de Hyoga...

-Yo... no puedo más Dita... lo extraño... necesito saber de él, cómo está... dónde está...

-Te ayudaremos ahora que estamos en Grecia con Milo! Angelo consiguió un número de un viejo amigo de Saga así que veremos si lo podemos ubicar...

Dita agitó el papel que tenía en la mano.

Los ojos de Camus brillaron con esperanza y eso enterneció a Milo.

-Yo no te quería dar falsas ilusiones pero hace un tiempo que los estamos buscando... si están en Grecia, pronto los encontraremos, Cam!

-Gracias amigos... muchas gracias...

En eso unos enormes ojos celestes aparecieron en las pantallas de los tres amigos y se escuchó el saludo de un sonriente niño.

-Hola Milo! Dita! Masky! cuándo vienen? me prometieron llevarme a la muralla cuando estuviera recuperado y ya casi estoy...

Hyoga era tan hermoso y dulce como Camus, sus rasgos eran muy similares y ahora que Camus había vuelto a su color natural de cabello, se parecían aun más...

-Hola Patito!!!!

Saludaron a coro los tres...

-¿cómo te sientes, hermosura? tu hermanito está triste y necesita de un abrazo gigante... ¿le puedes dar uno?

Hyoga miró a Camus y lo abrazó con todo el amor de su corazón

-Éste va por ellos y éste va por mí! te amo Cami!

Volvió a abrazarlo y Camus rompió en llanto reprimido, partiendo el corazón de su padre, hermano y los tres amigos que observaban la escena a través de la distancia...

-Debemos hacer algo pronto o Camus no resistirá mucho más sin saber de Kanon...

Milo habló tras cortar la comunicación, y los amigos asintieron preocupados.

Bailarina particular (Private dancer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora