La primera vez

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Kanon y Camus llegaron al departamento de día.

Ellos se habían hecho cargo de los invitados luego que la feliz pareja abandonase la fiesta... habían entregado los recuerdos, ayudaron en todo lo más posible y ahora volvían, cansados pero felices...

El gemelo había tomado el bastón porque su cuerpo ya no respondía ante el cansancio.

Camus se había preocupado porque lo había visto pálido hacia el final de la fiesta y el hecho que se apoyase en el bastón cuando lo detestaba, no era buen signo.

Lo ayudó a ir a la habitación, le quitó el traje, la camisa (el moño lo tenía de lazo en el cabello)y lo recostó suavemente en la cama.

-No soy un bebé Camie, puedo hacerlo solo!

Se quejó pero le gustaba que el menor se preocupara por su salud, por él, y que le dedicara esos momentos de intimidad. 

-Sé que puedes, mi amor, pero quiero que te relajes y descanses... 

-No te vayas, Camie! quédate conmigo a dormir... 

-Claro que sí, no pensaba irme! sólo que quiero que descanses porque el día fue muy largo y te puede hacer mal...

Camus comenzó a quitarse el traje también, su corbata estaba anudada en su frente y a los ojos de Kanon, era una imagen muy sexy la de su amado.

Se quedó en bóxers y entró a la cama, acurrucándose al lado de Kanon, no dejando un sólo espacio entre ellos, su cabeza apoyada en el pecho del mayor, su brazo rodeando la cintura y su pierna trepada a las del gemelo...

Kanon sólo bajó su barbilla para sentir el aroma del cabello de su amado y acariciarlo hasta quedarse profundamente dormido.

-Camie... te amo... 

-Y yo a ti, Kan...

Un beso suave, dulce e inocente y los dos dormían como ángeles.

Una molestia interna despertó a Camus, estaba acostado en una mala posición tal vez, se dijo y cuando se fue a enderezar vio que tenía una prominente erección.

Durante el sueño, Kanon había girado y al estar tan cerca abrazados, sus miembros se rozaban... el mayor aún dormía plácidamente, su rostro era tan angelical en sueños...

Camus tenía una guerra interna...

Desde la violación, Camus se había cerrado al sexo; no se había tocado ni masturbado nunca, no sentía deseos de estar con nadie y ésto había empezado a cambiar desde que había vuelto Kanon a su vida...

El gemelo con su sonrisa, sus gestos, lo excitaba de manera increíble y ahora que ya caminaba y estaba recuperando todo el control de su cuerpo, pronto podrían pasar al siguiente plano de la relación...

Ese era otro miedo, qué pasaría cuando Kanon quisiera tomarlo? él ya lo había tenido en su boca y sabía lo grande que era...

De solo pensar que no lo podría tomar o que llegaría a recordar el dolor de la violación, se estremecía y un profundo dolor lo invadía...

No era un tema que estaba dispuesto a charlar con Kanon por el momento aunque no lo podría aplazar por mucho tiempo tampoco...

Se levantó despacio y fue al baño; allí abrió la ducha y sin esperar a que calentase, se metió debajo y dejó que el agua lo acariciase y relajase...

Él sabía qué era lo único que lo relajaba realmente y sin pensarlo, comenzó a tararear una suave melodía y su cuerpo siguió el ritmo; sus brazos se elevaron y de a poco se fueron abrazando a su cuerpo, acariciándose sensualmente...

Bailarina particular (Private dancer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora