Brutal

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Durante la semana que duró la enfermedad de Kanon, se hizo costumbre que Camus deleitara a los nocturnos asistentes del lugar con sus bailes sensuales y siempre terminaba bailando con alguien, pero Milo no había vuelto al local y aunque Aioria insistía noche tras noche, nunca lo invitó a bailar...

Era la última noche y Camus se despedía feliz de Saga porque le había ido muy bien esos días, había disfrutado, había ayudado a sus amigos y los clientes le habían dejado increíbles propinas por lo que estaba muy agradecido.

-Camus, está muy de noche... espérame y te llevo a tu casa

-No Saga, te agradezco; hoy no he visto a mi hermanito en todo el día y quiero verlo ya...

Mañana nos vemos en mi horario normal... gracias por todo! salúdame a Kanon!

-Lo haré... gracias a ti! Buenas noches!!

La noche estaba en su esplendor, la luna detrás de los árboles daba un hermoso paisaje para apreciar...

Camus caminaba ligero, quería llegar con su patito y darle un beso de buenas noches, cuando escuchó pasos a poca distancia tuya...

No quiso voltear, sólo apresuró el paso pero oyó zancadas y unos brazos fuertes lo tironearon.

-¿Creíste que me dejarías como idiota y te irías así de fácil? No me conoces, chiquito! Soy Aioria Leoni, mi padre es muy influyente y rico... nadie me desprecia...

-Yo lo siento... no me gusta que me traten mal o que me insulten...

Camus tenía miedo del rostro de ese chico que en un comienzo le resultó atractivo pero luego cambió a ser un patán desagradable.

-Ven conmigo ahora, sabrás lo que puedo hacer cuando quiero algo y se me niega...

Lo jalaba fuerte del brazo y para horror de Camus, lo alejaba del camino y lo adentraba en el pequeño bosque que él cruzaba cada noche para volver a su hogar.

-Suéltame por favor, debo volver a mi casa... me esperan...

Camus estaba sintiendo mucho miedo pero no lo quería demostrar

-No, muchachito...

Habían llegado a un claro donde había árboles pequeños y la hierba era suave; Aioria no soltaba el brazo de Camus y ya se notaban las marcas de sus dedos en su piel.

-Llegamos

Dijo el mayor y dando un brusco empujón al chico lo arrojó al piso y se tiró sobre él.

Intentó besarlo pero Camus se defendía con todas sus fuerzas así que lo golpeó salvajemente, le propinaba golpes en el estómago y las costillas, le abofeteaba y poco a poco, fue ganando la batalla...

Camus sangraba y no podía respirar por el dolor y el peso de Aioria sobre él.

-De...déjame ir por favor...

Camus ya no tenía fuerzas para defenderse, sólo pedir por su piedad.

-Jamás! te lo dije, me avergonzaste frente a todos... lo pagarás aquí y ahora...

Tomando sus dos manos con una de las suyas y poniéndolas sobre su cabeza para sujetarlo mejor, lo besó brutalmente, lastimando sus labios al morderlos...

-Eres dulce... suave...

Su voz entrecortada por la agitación pero no dejaba de besar a Camus y él ya estaba semi inconsciente.

-No, no te me desmayes que quiero que sientas TODO lo que voy a hacerte.

Desgarró la ropa de Camus, el chico ya no respondía a nada... lo soltó y ni se movió...

Se bajó los pantalones y dió vuelta el cuerpo debajo suyo como si se tratase de un muñeco, lo levantó desde las caderas y se forzó dentro de él...

Lo hizo con furia, sabiendo que lo destrozaría internamente porque obviamente era virgen pero no le importó...

Se movió con dificultad al principio, luego la sangre de su víctima le sirvió de lubricación y lo tomó con gusto hasta terminar dentro suyo.

Se salió, limpió su miembro cubierto de sangre con la camisa del chico, se vistió y lo dejó allí, inconsciente y con la vida en un hilo.

Alguien corrió hacia el cuerpo tendido en el suelo, corría desesperadamente y al llegar, lo volteó llorando y lo tomó en sus brazos...

Llamó una ambulancia mientras rogaba que no fuese demasiado tarde...

-Perdóname! fui cobarde y no te defendí... perdóname... resiste... no te mueras...

Bailarina particular (Private dancer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora