(Escuchen la canción mientras leen, ya que gracias a eso me ayudó a escribir el capítulo♡)
Narra ______.
No puedo creerlo, todo este maldito tiempo estuve enamorada de Noah y ni siquiera me di cuenta.
Me levanté a buscar un vaso de agua e intentando no hacer ruido. Bajé por las escaleras y me dirigí a la cocina, agarré un vaso y abrí la canilla.
¿Cómo pude enamorarme de este idiota?
Reí a lo bajo, y tomé el agua. Dejé el vaso y me fui a mi habitación. Agarré una silla cómoda, una manta y salí al balcón. Mirar las estrellas y la Luna en una noche fría es perfecto, me hizo recordar en el momento en que Noah me besó.
Sus labios junto a los míos me hizo sacar una sonrisa mientras miraba las estrellas.
Luego de unos minutos sentí que alguien tiraba unas pequeñas rocas a mi ventana, me paré de la silla y fui a ver quién era. Saqué una sonrisa de oreja a oreja al ver que era Noah.
- Hola. -dijo con ternura.
- ¿Qué estás haciendo aquí? -pregunté con una sonrisa.
- Pues quería verte. -dijo dulce.
- Noah, es muy tarde. ¿No se preocuparan tus padres?
- Claro que no, dije que me quedaría en casa de Gaten. -dijo con una sonrisa.
- ¿Y que haces aquí? ¿Sólo para verme?
- No, quiero mirar las estrellas contigo. -saqué una sonrisa.
- De acuerdo, ve a la entrada y te abriré la puerta. -dije y él asintió.
Bajé las escaleras sin hacer ruido y llegué hasta la entrada, abrí la puerta despacio y él entró. Me miró con esos ojos profundos y hermosos.
- Ven. -dije tomando su mano y llevándolo a mi habitación. Reímos.
Llegamos a mi habitación y cerré la puerta con seguro, no mal piensen. Nos dirigimos hacia el balcón y saqué una silla cómoda para él.
- No quiero ser pesado per... -lo interrumpí.
- Desde que te conocí eres pesado. -reímos.
- ¡Hey! Pero ya hablando en serio, ¿porqué el otro día no me quisiste contar sobre tu vida? -me quedé paralizada.
- ¿En serio quieres saberlo? -pregunté.
- Pues sí. -susurró.
- Es que... tengo miedo. -susurré mirando hacia abajo.
- ¿Porqué? Sabes que puedes confiar en mi. -dijo con una sonrisa.
Suspiré y dije:
- Mi papá se suicidó en frente mio y también en frente de mi mamá. Te preguntarás porqué. Se suicidó porque mi mamá lo engañó y pues mi papá ha sufrido mucho hasta llegar al punto de suicidarse. Cuando tenía ocho años fui violada por un viejo estúpido y fue una cosa horrible, mi mamá hizo la denuncia pero... luego de dos meses mi mamá se acostó con él. Como verás, me cuesta abrir mi corazón hacia las personas. Más bien expresarme, definitivamente mi vida es una mierda. -dije mientras una lágrima recorría por mi mejilla.
- Tu vida no es una mierda, ¿de acuerdo? Fue un mal día, no una mala vida. Y lo siento mucho que te haya pasado toda esa porquería, no culparé a tu mamá por haber hecho eso. Todo el mundo puede cometer errores, y tú debes reconocerlo. -lo interrumpí.
- Noah, no quiero que me digas nada. Cierra la boca y abrázame. -susurré.
Y me abrazó, sus brazos me hacían sentir protegida y un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo. Me besó la nariz y nos miramos fijamente a los ojos.
- Está bien, ¿si? Todo estará bien. -susurró y yo sólo asentí.
- No tienes que hacer esto por lástima.
- ¿Lástima? Nunca sentiría lástima por ti. Tú me haces bien, y lo sabes.
- ¿En serio? -pregunté.
- En serio.
- Noah, los amigos no mienten. -dije con una sonrisa.
- Nunca te mentiría. -dijo acercándose a mi.
Sus ojos se dirigieron hacia mis labios, hasta que sucedió.
Nuestros labios volvieron a juntarse, pero no fue como los otros. Éste beso era mucho más lento, él mordió mi labio inferior y posó sus manos sobre mi cintura. Mis brazos apoyados encima de sus hombros mientras rodeaban su cuello, sonreímos en el medio del beso. Pero nos separamos por falta de aire.
- Ahora... ¿te sientes mejor? -preguntó Noah mientras trataba de recuperar aire.
- Mucho mejor. -dije con una sonrisa.