Prólogo

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-Sé mi novio, pidió Joel observándolo desde el umbral de la puerta, con una mirada en su rostro que le decía al ecuatoriano que preferiría estar en cualquier otro lugar menos donde estaba ahora.

Una broma, definitivamente, ahogó una carcajada que pugnaba por salir ante la expresión seria del chico de largas pestañas que le hizo entender que no jugaba al respecto.

-¿Qué? Gritó sin embargo

-¡Oh vamos!, no me hagas repetirlo Christopher, me escuchaste, sé mi novio, pidió nuevamente con un tono alto y resuelto.

Esta vez, sí rió con ganas, aquello era demasiado ridículo, confuso, disparatado, tonto, extraño, bizarro, absurdo no podía encontrar una palabra que pudiera definir esa situación, ¿por qué el chico que apenas y le hablaba, que todas las mañanas al encontrarse en el lobby del apartamento lo miraba con indiferencia, hastío, casi con odio, como si creyese que era alguien tan insignificante que no merecía ni siquiera el saludo de su parte, le hacía semejante petición? Es más la única razón por lo que sabían de la existencia del otro era cada vez que el mayor invitaba a algunos amigos para una pequeña fiesta en su habitación y Joel golpeaba la puerta en medio de la diversión pidiendo que  bajasen la música y lo dejaran dormir.

-Síii, claro, buena broma amigo respondió fingiendo limpiar una lágrima invisible con el dedo índice en cada ojo ahora si me disculpas tengo mucho sueño y debo descansar, mantenerme hermoso para las chicas, mujeres, damas, heterosexual ¿entendiste?,  chii..cas  deletreó como explicando a un niño pequeño.

-No te hagas ilusiones mostró una mueca que Christopher podría jurar pretendía ser una sonrisa no será de verdad, solo necesito que te hagas pasar de mi pareja por una semanas, te pagaré.

La mención de dinero interesó a Christopher, eso de tener dos trabajos al mismo tiempo le resultaba muy complicado para asistir a clases y perdería la beca si seguía durmiéndose por lo agotado que siempre se encontraba, además su compañero de piso se mudaba dejándolo con todos los gastos hasta encontrar a otro y él ya se había planteado buscar una pieza más pequeña que pudiera cubrir.

-¿Cuánto? Preguntó antes de meditar bien sobre el tema.

-$ 1000 la semana, tal vez por un mes, aproximadamente.

Esa cantidad podía sacarlo de apuros, además, ¿qué podría pasar?, él tenía clara su sexualidad, amaba a las mujeres, y estaba seguro de que Joel era inofensivo, un tanto gruñón, que siempre se encontraba enfadado con el mundo pero buena persona al fin y fingir estar en una relación con alguien tan aburrido como su vecino, sería fácil, ¿verdad?

-¿Entonces? Preguntó Joel impaciente

-¿Por qué yo?

-Por guapo, ¿te interesa, sí o no?  Volvió a repetir con una entonación sarcástica.

-¿Esto es en serio?

-Yo nunca juego

- Quiere decir que tendré un, ¿adelanto?

-La primera semana

-Trato hecho....novio.

Sonrió sin poder ocultar su felicidad ante la visión esperanzadora de que al fin podría salir de sus deudas, al menos por un rato y  por otro lado la idea de algo nuevo y emocionante era tentador, la adrenalina que prometía aquel experimento podría resultar ser divertido.

             



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