Capítulo 11

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-La falta de sueño, no haber comido muy bien en días añadido a una situación de estrés, fue mucho por sobrellevar. Corrija eso y su compañero estará como nuevo.

Aunque solo en apariencia el semblante de Joel se mostraba impasible, escuchó las indicaciones del doctor con calma y luego de eso cerró la puerta tras acompañarlo a la salida.

¿Es que acaso nadie le había dicho al insensato torpe de su novio que el cuerpo necesita comida para sobrevivir? ¿Y cómo esa opción era incluso posible que pasara con él?, el chico que solía devorar todo a su paso. Parecía que lo hacía aposta, es más debería estar furioso con el ecuatoriano, castigarlo para que entienda toda la preocupación y la ansiedad que le había causado, pero no podía, le era imposible enojarse, no cuando se encontraba aliviado de que no fuera algo más grave.

Se desplomó visiblemente con la cabeza entre las manos, dejándose caer en el sofá cerca a la cama del mayor quien dormía con la respiración pausada y haciendo pequeños sonidos con la boca, de pronto sus ojos se negaban a apartarse del rostro de su novio, sabía que Christopher era atractivo, es decir, la fila de acompañantes femeninos que corrían tras él debió haber sido prueba más que idónea de ello, incluso la hija de uno de sus socios, Daniela estaba interesada en él, el recuerdo de que la mujer besó a su novio de pronto lo molestó sobremanera , fue un impulso pero lo hizo caminar hasta donde dormía y besarlo con fuerza, como si intentara borrar cualquier rastro ajeno a él.

Al darse cuenta del rumbo de sus pensamientos, se apartó tan rápido como si la calidez del mayor lo hubiese quemado por todos partes. ¿Christopher era suyo? Claro que no, ¿de dónde había salido eso? Pasó las mano por su rostro con impaciencia,  ¿qué demonios pasaba con él últimamente? Era factible la idea de que Vélez, con su manera tan genuina de ser, sus contagiosas y sonoras carcajadas, la forma de querer hacerlo feliz todo el tiempo y mostrarse tan paciente y permisivo a sus intentos como si nunca tuviera bastante de Joel, como si en verdad disfrutase de sus caricias, ¿estuviera jodiendo su cabeza?, ocasionando todo un caos en su vida y eso implicaba un gran problema, en donde si se descuidaba por un segundo caería dentro de un abismo profundo, mucho más que en donde su primer amor lo dejó, Christopher estaba siendo curioso y podría estar reaccionando al estímulo sin que eso implicara nada más, dependía de sí mismo no permitirse confundir las cosas, el chico era solo un empleado. Uno del que quieres apropiarte, abrazar y acariciar más que a nadie en el mundo, una voz en sí refutó. Definitivamente ya se estaba volviendo loco. Christopher se movió bajo él, una señal de que pronto despertaría y debía comer algo, caminó fuera hasta su propio apartamento, cogió el teléfono y marcó el número de su asistenta, pidiendo que le trajera comida nutritiva pero comestible.

Christopher se despertó, divagó con la mirada hasta entender que se encontraba en su habitación, su tabla de skate colocada estratégicamente al lado de su mesa de estudio, su mochila colgada en el perchero y las cosas que fueron traídas de la casa de su amiga que aún no habían sido comodadas correctamente fueron los primeros objetos que reconoció, ¿qué había pasado con él? Como si su cerebro buscara respuestas a eso, las imágenes de él gritando y Joel intentando calmarlo le vinieron de golpe, se sonrojó ante el recuerdo, se cubrió el rostro con la manta  deseando olvidar su berrinche, no era la primera vez que le pasaba, ¿por qué junto a él actuaba tan infantil? Le cedía el control de todas sus acciones, se dejaba llevar, buscaba siempre llamar su atención, queriendo ser mimado, quería sentirlo cerca, quería no ser responsable de nada por una vez, perderse y encontrarse junto a él, quería ser protegido, quería ser su amor. No estaba seguro de qué exactamente le estaba pasando y para ser sincero consigo mismo, no sabía a ciencia cierta que quisiera la respuesta tampoco. Evidencia suficiente de lo patético que llegaba a ser por él.

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