Había pasado bastante tiempo desde que Christopher hubiera salido a divertirse con sus amigos, a ir a bailar, tomar cada bebida alcohólica que pusieran delante solo porque sí, nunca necesitando escusas para divertirse, reír a todo pulmón por cualquier ocurrencia boba de sí mismo o amigos, ser feliz porque podía, porque hasta algún tiempo atrás siempre había seguido su propia filosofía, disfrutar de la vida sin complicarse demasiado por nada, ni nadie, porque en un mundo lleno de inquietantes peligros asechandote todo el tiempo seguías con vida. Sin embargo, los amigos que habían permanecido junto a él y en especial su hermano, Richard había insistido para que los acompañe a aquel lugar y considerando todo lo que su amigo hacía por su pellejo, de como en los últimos meses se había encargado de él, como si de un niño se tratase, lo menos que podía hacer para corresponder aunque sea en un mínimo su esfuerzo era cooperando, ya no quería seguir siendo una carga molesta con la que lidiar.
Pensó que su amigo aún guardaba la esperanza de que todo sería como antes, ¿dónde está mi amigo?, ¿dónde está el Christopher que solía reírse de todos y de todo, el Christopher que le hubiera dado tres vueltas a esto y seguir como si nunca hubiera pasado? Había preguntado Rich una vez.
A Christopher también le hubiera gustado saber dónde se había ido ese Christopher, aunque siendo sincero consigo mismo, no estaba tan seguro de querer que volviera, aquel chico había sido un feliz ignorante del dolor que estaba sintiendo en este momento, aquel era un tonto iluso y egocéntrico, y a veces solo a veces, su situación le permitía ser egoísta y le daba igual no ser divertido para sus amigos. Le habían roto el corazón. Por supuesto que todo era un poco diferente.
Aquel Christopher de entonces parecía ser totalmente opuesto a él, con tan solo 6 o 7 meses de diferencia aquellas memorias de su yo de tiempo atrás, alguien mucho más simple y relajado se le presentaban tan lejanos ahora, un sueño, otra vida como si fueran los recuerdos de alguien más.
Las primeras semanas desde su separación, si así se puede llamar ese episodio en particular, habían sido algo difíciles de sobrellevar para él, sintiéndose un perdedor total había descuidado cada aspecto de su vida, el trabajo del que fue despedido por irresponsabilidad, su aspecto personal muy lejos del encantador y mujeriego de antaño, el cabello algo más largo, una especie de barba de tres días, las ojeras bajo sus ojos mucho más marcados resaltando sobre la palidez de su piel y el atuendo desaliñado, eres un desastre total Chamaquito, solo te falta nadar con vagabundos y ya está, había bromeado un día su mejor amigo intentando hacerlo reír, y para agregar algo más de drama estaban sus notas de la Universidad que se fueron a pique y que por poco pierde la beca.
Sí, definitivamente los rompimientos no eran lo suyo.
Pero un día como a los 2 meses de aletargamiento, ver a Richard intentar sacarlo de su estado de tristeza constante como si su vida dependiera de ello, esforzarse demasiado para que él volviera a ser el mismo de siempre, arrastrarlo a su antigua vida, e incluso, cual niño llegar a amenazarlo con contarle todo a su madre si no se esforzaba por salir de todo ese lío emocional en el que estaba tan hondo, lo hizo conciente de lo importante que era Richard en su vida y ya no quería seguir preocupándolo más, aquello había sido una de la razones para seguir adelante, pero aunque lo averigüence admitir lo que más lo impulsó a seguir con su vida fue su orgullo, aquel sentimiento suyo que creía que no había sobrevivo a todo esto, aquella reacción cuando vió a Joel y Erick una tarde salir juntos en la televisión hablando de lo maravilloso que había sido la coloración mutua de las corporaciones Pimentel y Colón, juntos, sonrientes y bastante cercanos como si al fin hubieran recuperado sus lugares en el mundo, obviamente sabía lo que estaba por venir, sabía que solo era cuestión de tiempo para que esos dos regresaran a su magnífica al lado del otro, lo esperaba tanto que evitó a toda costa enterarse de ello, evitó cual obseso buscar noticias en la televisión, las redes sociales y demás plataformas, estaba más que seguro de ello pero eso no amortiguó en nada el dolor, una cosa era imaginar y luego estaba la certeza, que había acabado por romper su corazón pero aunque la ironía ya es demasiado, a la vez eso también le había dado fuerzas para superar todo, a mierda el perfecto Joel, ¿no lo quería? Pues bien, no importa, él encontraría no solo a uno sino a muchos que sí lo hicieran, después de todo era Christopher Vélez, chicas y chicos eran los que más sobraban en el mundo.
ESTÁS LEYENDO
Atrapados
FanfictionA veces se puede pasar años enteros sin vivir en absoluto, y de pronto toda la vida se concentra en un solo instante... Una idea loca, hace que Christopher y Joel se encuentran jugando a ser pareja.